“Estén en vela”
Estamos en vela. El que está en la playa y VE migrantes que llegan. Quien está en casa y VE lleno el cubo de la basura. Aquel que VE acoso y le duele: en el cole, en el trabajo, en la cola, en la rotonda, en el médico, en el mercado, en el voto, en la campaña, en el sindicato, en el urbanismo, en la prensa, en… Está en vela el que VE a un cansado y no le carga más. Estamos en vela al leer, al preguntar, al llamar, al escuchar, al coger el teléfono, al escribir, al mirar. Estamos en vela cuando estudiamos con otros la realidad, cuando buscamos las causas, cuando metemos el hombro, cuando arriesgamos. Está en vela el que no entra al trapo del feminismo mandón, del ecologista postizo, del nacionalismo ombliguista. Está en vela el que entiende los defectos del otro aunque él no los tenga. Está en vela el que se sabe menor que el pueblo. Estar en vela es imposible desde el individualismo, desde el egoísmo. Sorprendente: no es fácil ni difícil; es humano, es cristiano, es alegre. Es sugerente, es promocionante. Es notar que creces hacia arriba cuando caminas hacia abajo. Es fraterno. Estamos en vela cuando amamos.