viernes, enero 31, 2014

NUEVA REUNIÓN DE CATEQUESIS FAMILIAR

Hoy tuvimos catequesis.

Los niños estuvieron ensayando cantos y viendo dibujos animados...

Los padres tuvieron una charla sobre las pensiones...

Mari Carmen estuvo preparando la decoración del templo

 

domingo, enero 26, 2014

Sexo, sociedad y progresismo

Por Jorge Eduardo Lozano 
Hace unas semanas, ocupó un espacio amplio en los medios de comunicación la situación de dos jóvenes embarazadas como consecuencia del abuso sexual y la violación. A más de un mes de realizados los abortos, me parece conveniente retomar algunos puntos que corren el riesgo de quedar desdibujados.
Lo acontecido lo vivieron jóvenes con capacidades diferentes. El debate -por así llamarlo- fue sobre el aborto. También se lo llevó al plano de la educación sexual. Pero poco se dijo de la educación sexual de los adultos, ya que adultos fueron los autores del atropello a la intimidad.
Poco se habló de la causa de esos embarazos: la violación y el abuso de las jóvenes. Eso es preocupante, porque poco es también lo que la sociedad ha reflexionado. ¿Cuántas jóvenes son abusadas en institutos o en sus casas? ¿Cuántas jóvenes adolescentes y también niñas son obligadas a prácticas sexuales contra su voluntad, de las que poco pueden decir por estar bajo amenaza? ¿No sentirán muchas de ellas que la sociedad eludió el debate? ¿No sentirán que dándonos cuenta del drama, no hemos hablado de ellas?
El abuso y la violación fueron despenalizados y quedaron -en el mejor de los casos- como realidades no deseadas. Es necesario decirlo: aquí faltó debate serio sobre un punto crucial de este drama, que es la conducta y comportamiento sexual de los adultos.
También en estas semanas se ha aprobado una ley que legaliza una mutilación y que traerá consecuencias directas en el comportamiento sexual: la ley de ligadura de trompas y vasectomía. Sin debate social y casi sin debate parlamentario, un delito ha pasado a ser un derecho. Parece que los marginados de siempre han aumentado en número y en agresividad y que hay que legislar para que no sean más, ya que muchos consideran a los indígenas, mestizos, suburbanos, extranjeros y villeros infradesarrollados y, por tanto, causa de subdesarrollo y de pobreza.
La causa de la pobreza es la concentración de la riqueza en unos pocos y la acumulación de la pobreza en muchos. No son los pobres los que organizan esta sociedad que los excluye y que los quiere cada vez en menor número y no en mayor dignidad.
Algunos discursos de políticos y sindicalistas parecen mofarse de la inteligencia ajena y de la dignidad de los pobres. Muchos pontifican con tono paternalista y de superioridad. En un país que exporta alimentos para abastecer a 300 millones de personas y que tiene un índice de población escaso, ¿es ésta una política soberana?
Hay que partir de las preocupaciones reales del pueblo real, no de supuestos o de modelos. Los pobres preguntan cómo alimentar a sus hijos, no cómo no tenerlos. Los amamos dándoles más cabida en nuestras vidas, no decidiendo cuántos hijos estamos dispuestos a autorizarles. No son mascotas hogareñas.
Otros argumentan que en muchos casos el marido llega borracho a casa y obliga a la mujer a tener relaciones sexuales contra su voluntad y a veces hasta con violencia también física. Me pregunto: ¿ligar las trompas es una solución?
En nuestra sociedad hay un cierto racismo velado: discriminación por el origen.
Los adultos hablamos de cómo los jóvenes viven la sexualidad y organizamos los programas educativos que ellos necesitan. Y por casa, ¿cómo andamos? ¿No son adultos los más grandes consumidores de pornografía? ¿No son adultos los que organizan el negocio de la trata y el tráfico de seres humanos?
Algunas personas que intentan acercarse desde la amistad al mundo de la prostitución me decían que es creciente la demanda de cuerpos cada vez más jóvenes, incluso sin preguntar por el sexo. ¿Qué pasa con esos hogares en los que maridos, en apariencia felizmente casados, buscan sexo fuera de casa? ¿Qué pasa en la sociedad que permite que se sacrifiquen sus hijas adolescentes para saciar deseos crecientes? ¿O no son también hijas nuestras? ¿Volvemos a discriminar por la cuna?
El acto sexual se va distanciando -hasta perderse- del conocimiento mutuo, del diálogo, del encuentro interpersonal, del amor. En la exaltación del placer se busca la satisfacción en un cuerpo sin persona.
Las políticas públicas llamadas "de salud sexual y reproductiva" han estado orientadas a una consideración de la genitalidad desvinculada no sólo de la persona y del amor, sino también de la sexualidad misma. La genitalidad se puede cubrir con un preservativo, pero los jóvenes siguen sin integridad ni identidad, sin trabajo, con frustración, cada vez más cerca de la muerte que de la vida. No se los respeta en su dignidad de varones y mujeres.
Necesitamos pasar de "políticas púbicas" a políticas públicas de verdad. Es reduccionista pensar la sexualidad sólo como genitalidad.
Lamentablemente, en aquellas semanas, algunos que decían expresar la posición de la Iglesia también tenían posturas reduccionistas: hablaban sólo de la genitalidad, o de anticonceptivos y preservativos, pero no del amor, la felicidad y la libertad.
Es reduccionista también no hablar de conducta sexual, lo que implica hacer referencia a los actos humanos, la libertad, la responsabilidad, la ética y la moral en un marco antropológico. Cuando hace un tiempo vi que se había simulado un preservativo que cubría el Obelisco de la ciudad de Buenos Aires me pregunté si a los responsables de la campaña de prevención del sida no se les caería alguna idea creativa para hacer reflexionar sobre conductas de riesgo y ética sexual. A esto podríamos llamar "penelizar" la prevención. Sin pretender que la imaginación llegue al poder, al menos procuremos un poco de imaginación en los que tienen poder. Y no voy a entrar en consideraciones acerca de la dimensión económica que hay detrás de algunas propuestas relacionadas con la salud reproductiva.
Varios diarios y revistas usaron este titular en aquellos días: "Dime a quién invitas y te diré cómo valoras del tema". Hubo programas de TV que levantaron la puntería con planteos científicos o educativos. En otros, a los pocos minutos ya se veía que no llegarían más allá del reproche o la descalificación y que la verdad pasaría a segundo plano. No faltaron los que llenaron el tiempo porque había que hablar de la cuestión. Estuvieron ausentes las voces de mujeres violadas que hubieran seguido adelante con el embarazo, o jóvenes y niños concebidos en esas circunstancias, pero nacidos, y no abortados.
¿Qué implican la salud y la calidad de vida de los jóvenes? ¿Es oscurantista pretender que tengan posibilidad de vivir la genitalidad integrada con la sexualidad en el amor? ¿Es retrógrado pretender que los adolescentes no sean empujados a una experiencia sexual anacrónica? ¿Es fundamentalismo querer que haya opciones por el amor y la familia?
El embarazo creciente en adolescentes es doloroso y preocupante. ¿No se piensa hablar de conducta sexual? Fiesta, pero sin amor, sin cuidado de unos por otros. Repartieron preservativos como si fueran entradas gratis a Disneylandia y se encontraron con el Italpark desmantelado. ¿Seguiremos proponiendo, como algunas canciones, sexo a la deriva o sexo en el rebaño? Hace pocos días, un par de publicaciones hablaban del consumo creciente de Viagra entre los jóvenes (sí, entre los jóvenes). Sería bueno dialogar sobre este incipiente abuso y sus inevitables y nefastas consecuencias.
Hoy, un seudoprogresismo vacío de ideal y de futuro pretende ganar espacio de modo prepotente y autoritario. Al no haber inclinación hacia algo mejor por venir y por construir, el riesgo es caer en la tristeza o en el voluntarismo exagerado o en la fuga de la realidad. Vivimos en la llamada posmodernidad, que todo lo banaliza. No alcanzamos a distinguir si esta sociedad es evolución de la anterior o su devaluación, descomposición y degradación.
Es curioso ver cómo se unen en pos de un mismo proyecto electoralista sobrevivientes del naufragio del marxismo y fieles servidores de los intereses de las sociedades opulentas del Norte, que son justamente los que quieren menos pobres, no menos pobreza.
En estos días me acordaba de conversaciones con compañeros de la escuela y la universidad en los años 70. Algunos de ellos, militantes de izquierda, decían que coincidíamos en el rechazo al aborto. Para eso evocaban una cita del Che Guevara que nunca pude chequear: "Cada aborto es un revolucionario menos en América latina".
Hoy, algunos marxistas devaluados después de la caída del Muro, en 1989, tienen ganas de seguir repitiendo que la Iglesia es el opio de los pueblos. Algunos se quedaron sin batería en el control remoto y ven siempre la misma película. ¿Han fracasado las utopías? Si sólo viéramos el hedonismo, como expresión de egoísmos, individualismos y mediocridad, sería para desanimarse, correr a arriar banderas y guardarlas en un relicario. Los mismos jóvenes del Mayo Francés de 1968, ¿no son los que ahora no toleran el drama de la nueva emigración de los pobres?
El permisivismo beneficia a los más poderosos y perjudica a los débiles, a la vez que el relativismo imperante y creciente nos empuja a la soledad y al egoísmo. Si hacer el bien, ser solidarios, implantar justicia y construir la paz quedan sólo a la libre decisión de hombres egoístas, libertinos, relativistas, poco podemos esperar.
Seguramente tendremos más puntos de encuentro de los que nos imaginamos, porque todos amamos la vida. Pero lo que realmente tendría que preocuparnos debería ser que la vida de todos los hombres fuera vivible. Que pudiéramos cambiar cárceles por hogares, delincuencia por trabajo, soledad y abandono por presencia y abrazo. Y que la llegada de la vida nueva fuera tan deseada como la vida misma. .
Monseñor Lozano es obispo de Gualeguaychú y delegado de la Conferencia Episcopal Argentina para la Pastoral de Juventud.

sábado, enero 25, 2014

Las reglas de un padre para criar a sus 12 hijos

Debían limpiar los baños desde los 3 años, cocinar desde los 7 y pagarse cada uno sus estudios universitarios

Francis L. Thompson se siente orgulloso de la familia que él y su mujer han sacado adelante en Estados Unidos. Hoy el pequeño de sus 12 hijos tiene 22 años y el mayor 37. Todos cuentan con un título universitario que se han pagado ellos mismos, están casados y educan a sus 17 nietos en los valores de autonomía, respeto y gratitud con los que les educaron. ¿Su secreto? Unas estrictas reglas que el matrimonio decidió adoptar pese a haber disfrutado de una cómoda situación económica. Éstas son algunas de las cosas que, a su juicio, hicieron bien:
«Los niños tenían que realizar tareas desde los 3 años», explica en Qz.com y en The Atlantic. A los 3 años uno no limpia los baños muy bien, pero a los 4 «ya realiza un trabajo razonablemente bueno», asegura este padre de familia, que hoy se explica en El Mercurio cómo muchos progenitores les decían que era difícil enseñar a un niño tan pequeño a limpiar bien un baño. «Nos decían: "No queremos perder ese tiempo. Es más fácil si lo hago yo". Y ese es nuestro punto. No se trata de que el baño quede limpio, sino del tiempo que dedicas a enseñarle cosas a tu hijo. Incluso a los tres años, saben que te preocupas por ellos y que pueden hacerlo mejor. Ya a los 4 años hacen un trabajo razonablemente bueno y están orgullosos de sí mismos».
A los 8 años se lavaban su propia ropa, en el día que se les asignaba para ello, y todos, niños y niñas, tuvieron que aprender a coser. Desde los 7 hacían la cena leyendo una receta y todos los miembros de la familia cenaban y desayunaban juntos.
«Nos molestaba cuando los padres obligaban a los hijos a comer todo, aunque dijeran que estaban satisfechos. Pero, al mismo tiempo, queríamos que tuvieran una dieta equilibrada. Nuestra solución fue darles la comida que más odiaban primero (generalmente vegetales). Ellos podían comerla o dejarla. Si elegían no comer, no podían comer galletas ni ningún aperitivo hasta la siguiente comida. Si querían, podían comer lo que no comieron antes y luego comer más. Funcionó fantástico», explica.
«A día de hoy nuestros niños no tienen miedo de probar diferentes alimentos y no tienen alergias a los alimentos», añade el padre, que asegura que todos sus hijos son «delgados, atléticos y muy sanos». Tal vez porque todos los niños tenían que practicar algún deporte en casa de los Thompson. Eso sí, podían elegir y cambiar si preferían otro. También tenían que pertenecer a algún grupo o club ya fuera de teatro, de historia o a los boy scouts y estaban obligados a servir a la comunidad. «Una vez recogimos la ropa vieja y la llevamos a México y la repartimos. Los niños vieron cómo era la vida de muchas familias y cómo agradecieron su ropa».
La educación era otro pilar importante. Todos los días había un tiempo reservado para el estudio. Si no tenían tarea, las empleaban en leer libros y si eran pequeños otros se los leían. «Por supuesto, estábamos junto a ellos durante las dos horas de estudio al día, para que pudieran pedir ayuda en cualquier momento», apunta. Pasadas las dos horas (o más si eran mayores), podían hacer lo que quisieran.
Si los niños llegaban a casa diciendo que su profesor les odiaba o no era justo, siempre les contestaron que debían encontrar la manera de aprenderse la lección «porque en la vida real, puedes tener un jefe que no te guste».
Cada hijo tuvo su propio ordenador, pero tuvo que construirlo a partir de los 12 años. El padre compró el procesador, la memoria, la fuente de alimentación, la caja, el teclado, el disco duro, la placa base y el ratón y ellos hubieron de arreglárselas.
Al cumplir los 16 años, les compraban un coche, pero uno viejo que tenían que reparar. Los padres pagaban los materiales, pero debían ser ellos quienes realizaran el trabajo. Y los doce tuvieron que trabajar para pagar sus estudios universitarios.
Francis reconoce en El Mercurio que en ocasiones se sintieron demasiado severos, «pero aprendimos una regla sencilla: si eres estricto, debes serlo con una gran dosis de amor, como abrazos, besos y siempre hablar con tus hijos diciéndoles cuánto los quieres». Ésa es la clave para educar a los hijos, a juicio de Thompson, ser firmes y cariñosos. «Darles cosas a los niños no es una demostración de amor. Enseñarles a ser honestos, trabajadores, a retribuir a la sociedad, querer a otros y demostrarles la importancia de la educación es la verdadera muestra de amor».
Pactaron con sus hijos algunas de las reglas y permitieron a sus hijos cometer errores, explica. «No les castigamos por hacerlo mal, dejamos que la lección fuera la herramienta de enseñanza». Así lograron que los niños no tuvieran miedo a probar algo nuevo.
Pese a disfrutar de una cómoda situación económica, el matrimonio Thompson no ha ayudado a sus hijos a comprarse una casa, o pagar su boda, aunque sí les proporcionaron toda la información y ayuda para hacerlo. «Los niños aprendieron desde muy temprana edad que nosotros, como padres, siempre estaban allí para ellos, pero los dejaban crecer sus propias alas y volar», asegura el padre de familia.
«Quisimos a los niños, independientemente de lo que hicieron (...) Dejamos que sufrieran las consecuencias de sus acciones y no tratamos de mitigarlas, aunque los vimos sufrir», añade Thompson antes de concluir: «No somos los mejores amigos de nuestros hijos. Somos sus padres».

sábado, enero 18, 2014

REUNIÓN DE CATEQUESIS FAMILIAR

Ayer viernes 17 tuvimos nueva reunión de Catequesis Familiar. Los padres estuvieron dialogando de algunas dudas que han ido surgiendo en estos meses. Los niños estuvieron cantando algunas canciones de la Eucaristía intentando darnos cuenta del mensaje que contienen. También vieron en dibujos de Valivan la parábola de los talentos.
Los mayores en la oración final

jueves, enero 16, 2014

La encarnación de Dios... locura y grandeza... Maternidad y Cristo

La "locura" de hacerse hijo por parte de Dios... Cristo aprendió la Eucaristía y su entrega de María y José... El sacerdote, ingeniero y filósofo Pérez de Laborda: "Yo soy el burro (...) todos los niños son Jesús (...) y la madre... el espacio tiene puntos enganche como las tetas de la madre... (...) Herodes quiere matar a ese niño... sólo puedo hablar desde mi posición de burro".

sábado, enero 11, 2014

EL BAUTISMO DE JESÚS

Ayer viernes tuvimos catequesis tanto de padres como de niños. Resultó muy bien pero no hicimos fotos. Les invitamos a ver estas imágenes de la Fiesta que celebramos los cristianos este fin de semana:

miércoles, enero 08, 2014

Un sacerdote escribe al Papa antes de morir a los 31 años. No le pido a Dios mi curación, sino la fuerza y la alegría de continuar siendo un testimonio verdadero de su amor y un sacerdote según su corazón

Fabrizio nació en Nápoles el 8 de septiembre de 1982. Miles, casi tres mil personas, se reunieron en Ponticelli (NA), para darle el último saludo en la Basílica de Nuestra Señora de la Nieve, donde era vice-párroco. Un sufrimiento grande el del padre Fabrizio en los últimos meses, vivido siempre con gran fe y con una gran fuerza de ánimo. Siempre con una sonrisa, siempre con una palabra de consuelo para sus familiares y amigos que han estado con él hasta su último aliento. Aquí os ofrecemos la carta que envió al Papa.

A Su Santidad el Papa Francisco
     

Santo Padre,

En las oraciones diarias que dirijo a Dios, no dejo de rezar por usted y por el ministerio que el Señor mismo Le ha confiado, para que pueda darle siempre fuerza y alegría para continuar anunciando la bella noticia del Evangelio.

Me llamo Fabricio De Michino y soy un sacerdote joven de la diócesis de Nápoles. Tengo 31 años y hace cinco que soy sacerdote. Desarrollo mi servicio en el Seminario Arzobispal de Nápoles como educados del grupo de diáconos, y en una parroquia en Ponticelli, que se encuentra en la periferia de Nápoles. La parroquia, recordando el milagro sucedido en la colina Esquilino, recibe el nombre de la Señora de las Nieves y en 2014 celebrará el primer centenario de la Coronación de la estatua de madera del 1500, muy querida para todos sus habitantes.

Ponticelli es un barrio degradado por su pobreza y alta criminalidad, pero cada día descubro verdaderamente la belleza de ver lo que el Señor realiza en estas personas que se fían de Dios y de la Virgen.

También yo, desde que estoy en esta parroquia he podido ampliar cada vez más mi amor confiado hacia la Madre Celeste, experimentando también en las dificultades, su cercanía y protección. Por desgracia, hace tres años que me encuentro peleando contra una enfermedad rara: un tumor justo en el interior del corazón y desde hace algún mes, con metástasis en el hígado y en el bazo. En estos años nada fáciles, sin embargo, nunca he perdido la alegría de ser anunciador del Evangelio. También en el cansancio percibo, verdaderamente, esta fuerza que no viene de mí sino de Dios que me permite desarrollar con sencillez mi ministerio. Hay una cita bíblica que me está acompañando y me infunde confianza en la fuerza del Señor, es la de Ezequiel: “Os daré un corazón nuevo, meteré dentro de vosotros un Espíritu nuevo, arrancaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne” (Ez 36, 26).

En este tiempo ha sido muy cercana la presencia de mi obispo, el card. Crescenzio Sepe, que me apoya contantemente, aunque a veces me dice que descanse para no cansarme demasiado.

Agradezco a Dios también por mis familiares y mis amigos sacerdotes que me ayudan y sostienen sobre todo cuando hago las distintas terapias, compartiendo conmigo los diversos momentos de inevitable sufrimiento. También mis médicos me apoyan muchísimo y hacen lo imposible para encontrar los tratamientos adecuados para mí.

Santo Padre,

Me estoy alargando demasiado, pero solo quiero decirle que ofrezco al Señor todo esto por el bien de la Iglesia y por Usted de un modo especial, para que el Señor le bendiga siempre y le acompañe en este ministerio de servicio y amor.

Le ruego que me añada a sus oraciones: lo que le pido todos los días al Señor es hacer su voluntad, siempre y en todas partes. A menudo, es verdad, no le pido a Dios mi curación, sino la fuerza y la alegría de continuar siendo un testimonio verdadero de su amor y un sacerdote según su corazón.

Seguro de sus paternales oraciones, le saludo devotamente.

Don Fabrizio De Michino

martes, enero 07, 2014

LA EXPERIENCIA DE TENER 18 HIJOS


Los Postigo-Pich, con 18 hijos.
1) "Lo que hay es lo que hay, y si se ha gastado, pues se ha gastado. Lo que no vamos a hacer es ir a la compra a buscar el jamón dulce para el bocadillo del niño. Tiraremos de lata de paté, de lata de atún, o de lo que sea…”.

2) Productos "festivos", no: ni Cola Cao, ni Nocilla, ni coca-cola... Resultado: los niños, cuando son invitados a fiestas de amigos, disfrutan de esos productos más que nadie: "Siempre me cuentan, ‘¡mamá, no sabes lo que hemos comido!’. Ellos están felices”.

3) A partir de los 14 años, Rosa y Chema ‘cierran el grifo’ a sus hijos. “No les pago nada. Cada uno se gana su dinero de bolsillo. Durante el curso suelen realizar algunos pequeños trabajos como llevar niños a sus casas porque las madres no pueden, hacen de babysitter, dan clases particulares, o entrenan al equipo de fútbol de los pequeños del cole, y así tienen su dinero para comprarse sus caprichos”.

4) Asamblea familiar de inicio de curso: todos reunidos, con papel y lápiz se apunta qué tareas de la casa tocan a cada uno ese año... “La casa es de todos, y entre todos la cuidamos”

5) Las reuniones de "¿en qué tengo que mejorar?". Se juntan todos una vez en invierno y otra en verano y se marca un objetivo de mejora para cada uno. Por ejemplo, Rosa, que como madre ya tiene 15 hijos a los que mandar, tiene como objetivo no ser "mandona" con su marido. El llorón, que llore sólo una vez al día. La seria, que sonría más.

6) Comer en familia, una fuente de felicidad. “Es cada día, es una rutina, pero es cuando nos encontramos todos, alrededor de la mesa, en el que nos miramos cada uno a los ojos y yo puedo saber si mis hijos están contentos, si tienen algún problema… Es un momento muy íntimo en el que estamos todos juntos, no cogemos el teléfono y la televisión es un intruso”.

7) Tener claro que quien educa son los padres, no el Estado. Por eso Rosa anima a colaborar siempre con asociaciones de padres afines, colegios con un ideario afín a la familia, etc... Pide "hacer equipo con otros padres".

8) Marcarse objetivos de superación: "si no avanzas, vas para atrás; siempre hay que tener metas, y cuando ya lo has conseguido, hay que ir a por otra... No podemos dormirnos, siempre podemos ir mejorando".

"Hay que tener mucha ilusión y ganas de luchar, y no olvidar que te desgastarás cada día para que los demás vivan más, pero esto da la felicidad que tanto ansía la gente", asegura Rosa.

Y es que por eso el libro se llama "Como ser feliz", porque de eso se trata... "Toda la vida es una lucha feliz por los demás, para servirlos y así ser feliz", añade esta madre animosa.

viernes, enero 03, 2014

«¿Qué es eso de que si uno no es proaborto no es de izquierda?»

El presidente de Ecuador arremete contra la ideología de género y el aborto.
(Eldiario24/InfoCatólica) Aunque el dirigente ecuatoriano expresó respeto hacia quienes defienden estas teorías, rechazó que «traten de imponer sus creencias a todos».
«Que no existe hombre y mujer natural, que el sexo biológico no determina al hombre y a la mujer, sino las 'condiciones sociales'. Y que uno tiene 'derecho' a la libertad de elegir incluso si uno es hombre o mujer. ¡Vamos, por favor! ¡Eso no resiste el menor análisis!», exclamó el Presidente.
«Esas no son teorías, sino pura y simple ideología, muchas veces para justificar el modo de vida de aquellos que generan esas ideologías. Los respetamos como personas pero no compartimos esas barbaridades», aseguró.

Adoctrinamiento en las escuelas

Correa advirtió además que se está adoctrinando en esa ideología (que calificó de «peligrosísima») en muchas escuelas: «No traten de imponerlo al resto, y no se lo impongan a los chicos, porque hay gente que está enseñado eso a nuestros jóvenes».
En octubre pasado, Correa había amenazado con dimitir si el Congreso ecuatoriano aprobaba el aborto. Ahora, se declaró partidario de la familia natural, aun a costa de parecer «cavernícola» y «conservador», aclaró, abriendo el paraguas a las críticas que sabe que recibirá: «Creo en la familia, y creo que esta ideología de género, que estas novelerías, destruyen la familia convencional, que sigue siendo y creo que seguirá siendo la base de nuestra sociedad».

Ser de izquierdas sin estar a favor del aborto y en contra de la familia

Consciente de las críticas que recibirá por colocarse a contramano del pensamiento dominante en el progresismo, Correa señaló que ser de izquierda no implica apoyar el aborto o estar en contra de la familia tradicional. «Esa es otra 'novelería': quién no se adscribe a esas cosas, no es de izquierda. ¿Qué es eso de que si uno no es proaborto no es de izquierda? –desafió Correa-. Entonces, ¿si Pinochet está a favor del aborto, es de izquierda? ¿Y si el Che estaba contra el aborto, entonces era de derecha?», preguntó también.
«Esas son cuestiones morales, no ideológicas», sostuvo, contrariando a una izquierda iberooamericana que, casi mayoritariamente, milita por la despenalización del aborto, en nombre del «derecho» de la mujer a «decidir» sobre su propio cuerpo.
El pasado 13 de diciembre, el presidente de Ecuador se había reunido sin embargo con representantes de los grupos LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales), con cuyos representantes se había reunido el día 13 para asegurarles que se opondría a su discriminación laboral o en otros ámbitos, pero sin que ello implicase considerar matrimonio a sus uniones.