lunes, septiembre 19, 2016

TONTOS

Santiago Agrelo
+arzobispo de TángerSegún la policía, el mantero agredió al agente y le rompió las gafas. Según la concejala del Ayuntamiento de Madrid, se produjo un forcejeo y, como consecuencia, se rompieron las gafas del agente.
Hasta ahí, todo normal.
Lo que ya no me lo parece es que, desde la cadena de radio de la Conferencia Episcopal Española, al policía se le considere un agredido cuyas palabras van a misa; y a la concejala se la considere sujeto paciente de un imaginario desfibrilador de tontos.
Dadas las dudas razonables que todos podríamos tener sobre la entidad de la agresión denunciada, al mantero se le habría de aplicar al menos y en todo caso la pena con que la ley sanciona la resistencia a la pública autoridad.
Nada que objetar a lo que piensen los periodistas, a lo que digan, a sus opciones políticas, a su visión del hombre y de la sociedad. Pero mucho que decir al hecho de que esos pensamientos, palabras y opciones puedan ser entendidos como línea editorial real –línea ideológica- de la cadena de radio de la Iglesia española.
Entonces me toca recordar que la Iglesia no puede dar la impresión de enfrentarse a Podemos –a ningún partido político- como si de un enemigo se tratase. Sencillamente, porque ella es de todos y tiene hijos en todas partes, también en Podemos.
Y habré de añadir, que la Iglesia, cuando se trata de personas que buscan el pan de cada día, ha de estar siempre con ellas y no con la ley, pues desde siempre ella ha considerado que para la necesidad no hay ley.
Puede que estas palabras me hayan hecho acreedor a un puesto en la sala de espera para que se me aplique una sesión adecuada en el desfibrilador de tontos. Si así fuese, procédase con misericordia, que ya no está uno para muchos trotes.

miércoles, septiembre 14, 2016

martes, septiembre 06, 2016

domingo, septiembre 04, 2016

CARTA DESPEDIDA DE ANTOÑITO

Resultado de imagen de chagalla muerte
Chagall: Jesús y la Cruz
Sabemos que algún día la muerte llegará, pero nunca estamos preparados para vivir sin esa persona. Antes de nacer, Dios decide quienes serán nuestros padres, hermanos,… incluso quienes serán nuestros amigos. 
Porque somos familias de almas, nosotros, nos sentimos bendecidos por los padres que nos han tocado por sus esfuerzos, sacrificios y amor. El mejor regalo de Dios para con nosotros, pero no el único.
No sabemos cómo calmar nuestro espíritu cuando tras ese frío vidrio ves a la persona que tantas veces viste sonreír, no hay palabras ni consuelo que alcance a darnos luz en la oscuridad… Y llega aquella palabra que no quisiera que existiera… resignación. ¿A caso la resignación borra la tristeza? Son sentimientos encontrados, pero aunque no queramos  debemos empezar a resignarnos y a cargar con las responsabilidades que hicimos  o dejamos de hacer.
La muerte no es algo que se supere, es algo que se acepta, porque hay algo que ni la muerte rompe: El amor.
Aunque no sintamos tu voz, ni veamos tus ojos ni podamos abrazarte siempre podremos cerrar los ojos y recordarte para decirte que te amamos y que nos abraces.
Eres el mejor padre, único e inmejorable, pero también el mejor amigo para tus amigos. Recuerdos felices son muchos y nos aferramos a ellos para darnos fuerza y sentido a nuestras vidas, aunque es indescriptible nuestro dolor.
Viejito, sabemos que tu viaje era inevitable. Nuestros corazones se tranquilizan sabiendo que estás con los que partieron antes que tú y con el amor de tu vida: nuestra maravillosa madre. Que Dios los reúne nuevamente para compartir la Gloria del Señor y vivir en la eternidad.
No queremos llorarte porque sabemos que sólo se fue una parte de ti, la que podíamos tocar.
Queremos que te lleves esta carta hasta el cielo y cuando no tengas nada que hacer…léela y sonríe porque nuestros corazones ahora sufren, pero están en paz con el señor y sé que nos darás fuerzas para seguir adelante.
Somos mariposas de luz…Tú una especial porque tus alas es una tuya y otra de tu hermana melliza Carmen que, sin saberlo, se fueron juntos, sin sufrir uno por el otro… claro, si no no podrían volar. Vuelen hacia la luz de dónde vinieron; aquí quedamos los que nos quedan cosas que vivir y aprender como que el amor más grande, el segundo regalo de Dios, es el tiempo. No se compra pero sí se agota, por eso dediquemos tiempo a la familia, amigos a todo el que te pida aunque sólo sea un instante, eso es dar amor. Ahora que tenemos tiempo yo intentaré hacerlo.
Yo tuve una tía muy especial que, cuando era pequeña, nos llevaba a mis primas y a mí a visitar a algún enfermo. Nunca entendí por qué ella, que era tan sensible al dolor, iba a visitar a esas personas. Ahora con el tiempo comprendí que lo que hacía era regalar amor; la única riqueza que tenía para compartir con los demás.
Espéranos en la luz, hasta que lleguemos los demás, cuando Dios lo decida.
Queremos agradecer a todos los amigos y vecinos de mi padre que siempre estuvieron ahí, en especial a Águeda que fue nuestros ojos y nuestras manos en la atención a mi padre, era como ella dice: su niño chico; y a Matías que fue como su ángel de la guarda y que en el tiempo que estuvo en el hospital lo visitaba varias veces a la semana regalándole tiempo y compañía, a lo que mi padre le respondía con los ojos brillantes.
Gracias a todos por regalarnos amor con este tiempo que nos han dedicado para honrar a mi padre.
Hasta siempre viejito.