jueves, diciembre 19, 2019

VER QUE LOS CIEGOS VEN Y MÁS (ciclo A Adviento III)


En una oficina de correos se recibió un carta para san Antonio, el patrón del lugar. Sin más. Los empleados estuvieron debatiendo si deberían dejarla junto a la imagen, entregarla a las personas que más van a la Iglesia o al cura. Tras largos debates decidieron abrirla, al fin y al cabo ellos eran tan de san Antonio cómo los demás y podía contener algo de interés.
La carta era una dramática exposición de urgentes problemas económicos y pedía 1.000 euros. Ahora sí que el debate fue vivo: Cáritas, Banco de Alimentos, el cura y hasta don Amancio Ortega barajaron… Con el mismo sentido común decidieron -como la vez anterior- implicarse ellos mismos e hicieron una colecta; salieron 800 euros y los enviaron.

Al poco llegó otra carta para san Antonio. ¿Qué debían hacer? Y se reabrió el debate: algunos temían una nueva colecta, otros un agradecimiento y otros no se pronunciaban. Finalmente decidieron abrirla y en ella nuestro amigo decía: “Gracias, san Antonio, recibí un donativo, pero otra vez pon más cuidado que los de Correos se han quedado con 200 euros”.

Esto pasa en la vida:  a veces (no siempre) vemos las cosas justo del revés. Algo de esto dice el Evangelio de hoy. Juan Bautista envía unos discípulos preguntando a Jesús si es el que ha de venir o hay que esperar a otro. No sabemos si la duda era de Juan o más bien (esto imagino yo) de los discípulos a quienes Juan había mandado a paseo: “Venga ¡vayan a preguntarle a él; no sé por qué no se impone de una vez”. Es posible que los discípulos de Juan se estuvieran quejando de lo que hoy llamaríamos noviolencia de Jesús, es decir, un amor que no se impone, que se entrega, que se dona sonriente. Jesús les contesta con una visión de los hechos.

A veces vemos las cosas al revés y Jesús nos anima a ver las cosas como son. A veces no vemos que está sucediendo, que los ciegos ven, que los cojos caminan… Ver el bien que ocurre depende más que de nada de nuestra mirada. Hay que verlo y no quejarse a Juan el Bautista de que Jesús está de brazos cruzados cuando en realidad se está dejando la piel.