Eugenio Rodríguez
Casi todos los curas hemos hecho algún comentario jocoso sobre las monjas; y las monjas sobre los curas. Ello no resta un ápice la profunda admiración por la legión de religiosas que se desviven por los demás transmitiendo gran alegría al tiempo que heroíca entrega. Las burlas proceden de las caricaturas. Algunos curas podemos ser caricaturas de cura por falta de autenticidad y también algunas monjas pueden ser caricaturas, especialmente en dos circunstancias: cuando más que dulzura hay almibar y cuando la gestión de la austeridad se transforma en el más frío espiritu empresarial.
Los viejos socialistas-socialistas eran grandes admiradores de muchas religiosas auténticas. De las monjas que se desvivían por las prostitutas, de las que atendían a los enfermos, etc. Todavia se cuenta en Sevilla que en las dramáticas e injustas matanzas de la Guerra Civil ni los más sectarios tocaron a las religiosas de sor Ángela de la Cruz, precisamente las que iban casa por casa atendiendo a los enfermos en medio de sus miserias, aunque hubiera que dejarse allí el estómago. Entre los libertarios no faltaron mujeres que parecían religiosas hasta el punto de llamar "la virgen roja" a una militante tan entregada como las religiosas. Con la misma idea de "maternidad social" que tanta admiración causa también hoy.
En la matanza perpetrada el lunes en la catedral copta de El Cairo una religiosa ocupó la portada de, al menos, periódicos tan variopintos como El Mundo, La Razón, La Vanguardia y ABC. A mí no me gusta ningún periódico, tienen demasiado que ver con la Banca, matona toda aunque con guante blanco. Pero El País es el culmen de todas las miserias y relegó a la religiosa a la página 3. Ellos no, ellos no pueden caer tan bajo ¡una religiosa "corriente" en portada!
"Dime de lo que presumes y te diré de qué careces" solemos decir. El Pais, que alardea de Diario independiente de la mañana es el más dependiente hasta de su propio sectarismo. Vio la luz gracias a los fávores del régimen franquista agonizante. Tuvo por primer director (hoy presidente) a quien fue director de informativos de TVE en el franquismo. Va a la cabeza del proxenetismo en cuanto a anuncios de prostitución. Ha protestado en su linea editorial contra cada propuesta que tuviera algo de autogestionaria. Aznar y Rajoy -tan diferentes- han compartido cobardía ante El País. El domingo corrió como la polvora por El País el espíritu de rabieta; se decían unos a otros: ¿una monja? Eso no. Un hecho más de sectarismo en estado puro. Por cierto: sectarismo decadente.