lunes, diciembre 25, 2017

LA VISITA DEL ÁNGEL DEL DOLOR

El ángel del dolor visitó (en noviembre) mi casa.
Era hermoso y radiante.
Era hijo de Dios.
Era, aunque no lo creáis, el más alegre de cuantos conocí.
Entró en mis jardines y acarició mi sangre.
Riéndose cortó una de mis alas de trabajo y de prisa 
pero dejó intactas las de la ilusión y el coraje.
Me dijo:
Ahora empieza la segunda parte de tu vida, 
gemela a la otra, aunque algo tartamuda.
Vive. No gastes tus horas en hacerte preguntas.
Reordena tu escala de valores.
Pon en primera fila la amistad 
(tras de la fe, se entiende) 
y recuerda que Dios es bueno, 
que el hombre es mucho mejor de lo que él cree, 
que el mundo está bien hecho 
y que vas a vivir hasta los topes el gozo mientras vivas 
porque resulta 
que el ángel del dolor y el ángel de Belén son el mismo.
J. L. MARTíN DESCALZO