viernes, marzo 21, 2014

AGRELO, LA VALLA Y LA IDEOLOGÍA DE DIOS


Eugenio A. Rodríguez
Algo de ruido mediático se ha levantado ante la afirmación del arzobispo de Tánger: “Dios es de izquierdas”. Y eso que él mismo lo advertía diciendo antes: “No sé si se me entenderá bien si digo que...”.
Las palabras de Agrelo no son discursos. El grito brota de la valla contra migrantes. Sin valla no hay frase. Él mismo relata su cambio de pensamiento al respecto: “Recuerdo que [en Astorga] pensé: qué vienen a hacer, quién les manda subirse a la valla, la Guardia Civil tiene que rechazarlos. Ése era mi pensamiento. Luego llego a Marruecos y me encuentro con ellos. Y mi pensamiento ha cambiado”.
¿Qué ha pasado? El dolor le ha traspasado... y su corazón se ha pasado al otro lado de la valla. Esa angustia compasiva le ha movido a la solidaridad. Y lo ha visto claro: Dios está del otro lado. No está con el orden. Dios está con el que salta la valla, no con el que la pone. Tampoco está con el que con una mano pone la valla y con otra discursea contra la valla, como hace la izquierda oficial (no real).
¿Entonces Dios no está con todos?
Pregunta “piadosa”, claro. Imaginemos una madre, que es de lo más parecido al amor de Dios. Tiene dos casas y dos hijos. A cada hijo le deja una casa. Valiéndose de triquiñuelas, legales eso sí, uno se queda con las dos casas. ¿Con quien estará la madre? ¿Alguien lo duda? ¡Con el desahuciado! ¿Acaso no ama también al desahuciador legal? Sí, pero le ama -precisamente- estando con el desahuciado, frente al desahuciador. Y estar con el desahuciado -precisamente- le exige estar frente al desahuciador; y así ama a los dos.
Y Jesús ¿con quien estuvo? En el pesebre. ¡Podría haber elegido el palacete de Herodes, pero no lo hizo! Y amó también a Herodes... pero estuvo del otro lado de la valla. Y ahora, en este valla... ¿dónde esta Dios? ¿de este lado o del otro lado? ¿Dios está con el asaltante o con el orden? Ya lo dijo Juan Pablo II: “Los migrantes son la avanzadilla de la solidaridad”. No dijo “los migrantes legales...”. Dios está siempre con las víctimas. Y aunque parezca otro tema, realmente no lo es: Este fue el asunto que dramáticamente no entendió el vasco Setién, que para eso vivía en Donosti. Sin embargo, el santo que daba nombre a su ciudad, San Sebastián, fue una víctima de las cuchillas de su tiempo.
Dios también ama a los de este lado de la valla. Pero nos dirige aquella mirada que dirigió al joven rico, el que prefirió anclarse en su pasado y sus seguridades. Él nos mira con ternura, pero plantea libertad, no sumisión al (des)orden establecido.
Por eso, si se quiere entender, se entiende bien que Agrelo diga que, sí, Dios es de izquierdas, porque no es de Orden sino de Futuro. No es extraño que se dijera que era el Mesías.