¿Se acuerdan de Pili, la psicóloga que nos explicó "Técnicas de estudio"? Hoy en su familia están de aniversario. Hace 6 años falleció María y le dejó "un hueco en su vientre". Esto nos dice:
“Yo tenía un hueco en el vientre que al principio me resultaba
insoportable. Cómo se puede vivir, amar, trabajar, criar, disfrutar,
cuando tienes un agujero, estás rota, no estás entera. Me sentía en
todas partes fuera de lugar, por mi agujero en el vientre. Pero al final
acepté que no iba a rellenarse ese agujero. Nunca. Un día de pronto caí
en la cuenta con mucha emoción que un agujero no tiene por qué ser algo
tétrico, estéril, triste y negro. Un agujero es el hueco de la
guitarra, es una maravillosa caja de resonancia. ¿No podría ser mi hueco
del vientre la caja de resonancia para el dolor de otros? Quizá yo
podría hacer sonar en mí algo de aquello que callan los inocentes, los
que sufren, los olvidados, los pobres… Un hueco puede ser también un
refugio. Un lugar seguro. En un hueco cabe alguien, sirve para acoger a
otros, un lugar en el que entrar. Como los refugios de la guerra civil.
Quizá a mi me sirviera el agujero para atender mejor a otros, para
aliviar mejor el dolor, que es mi profesión.” (Pilar Gómez – Ulla.
Psicóloga de Familiae. Colabora en la red “el hueco de mi vientre”)