SEÑOR JESÚS
Al comenzar este nuevo día,
escucho tu llamado a esforzarme
por entrar por la puerta angosta del amor auténtico.
Ayúdame a no conformarme con una fe superficial,
hecha sólo de palabras o rutinas vacías.
Que hoy no me engañe
pensando que basta con "haberte conocido" de lejos,
sino que viva cada momento
como oportunidad para elegirte en mis decisiones concretas:
en la paciencia con mi familia,
en la honestidad en mi trabajo,
en la compasión con quien sufre.
Jesús camino verdadero,
no permitas que el ajetreo del día
me distraiga de lo esencial.
Dame la valentía de dejar lo que me impide pasar por tu puerta:
mis egoísmos, mis perezas y mis autosuficiencias.
María, Madre de los que perseveran,
enséñame a ser constante,
para que cuando llegue la hora definitiva,
no me encuentres como extraño,
sino como hijo que aprendió a amar en lo cotidiano.
AMÉN
AMÉN