martes, agosto 19, 2025

Meter la para entera y tener media pata metida

Cuando vemos a alguien que mete la pata entera muchas veces no dos damos cuenta de que la nuestra está medio metida y al ver al que la mete entera nos quedamos tranquilos porque la nuestra no está metida entera. En el país de los ciegos el tuerto es el rey. El tuerto no se da cuenta de que está tuerto cuando ve a otros ciegos. Si vemos a otro que tiene la pata metida entera podemos quedarnos tranquilos cuando vemos que otro la tiene metida entera. Si alguien con una mano cortada se quedara tranquilo porque ve a otro sin un brazo no nos parecería normal.

Cuando un eclesiástico de “alto rango” mete la pata a fondo ya sabemos quienes van a salir raudos a frotarse las manos. ¿Por qué con tanto interés? A mí con esta gente me parece más razonable hacer como con los aristócratas, ni caso. ¿Recuerda que pasó cuando un aristócrata dijo que estaba bien que las niñas se prostituyesen si así sacaban para ir viviendo? Sentimos asco y seguimos, no se le dio más importancia. Cosas de aristócratas. Cosas de salvajes. No recuerdo ni el nombre del tipo.

Pero los medios de intoxicación son así. Lo explica bien el presidente de la Conferencia episcopal y le hacen menos caso que al que mete la pata hasta el corvejón y se hace eco toda la ristra que estaban deseando que ocurriera para hacer caja económica y satisfacción de sus instintos. Un chollo.

Hace poco a una amiga de absoluta fiabilidad un importante programa de televisión la tuvo dos horas y media al sol para que hiciera unas declaraciones sobre inmigración. Los reporteros le dijeron varias veces que desde los servicios centrales del programa decían que no valía. ¿Qué pretendían? Que dijera lo que ellos querían que dijera.

No soy experto en historia de la espiritualidad pero los auténticos revolucionaros no parecen haber tenido esa mirada. Francisco y Clara de Asís, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, Ignacio de Loyola, Carlos de Foucauld, hermanita Madeleine (paridad casi casi…) no se han fijado en los desnortados sino que han emprendido con vigor la revolución en si mismos, en el pueblo y en sus comunidades, aunque lo llamaran reforma. Porque si ponemos la lupa sobre estas salidas de tono no nos damos cuenta de nuestro mas o menos fango y hasta nos creemos buenos.

Los medios eclesiásticos que destacan esas frases de ciertos eclesiásticos lo único importante que hace es dejarnos tranquilos en nuestra mediocridad. El racismo no puede hacer más tragable el microrracismo. El machismo no hace tragable el micromachismo. La dictadura no debe hacer más tragable la democracia formal. El paro no debe hacer más tragable la explotación laboral. La guerra no hace más tragable la violencia. La mediocridad nunca es la solución. Frecuentemente no es más que la justificación de formas un poco menos injustas.

¿sufrimos porque pecamos?

La doctrina cristiana de la redención, en buena parte de su desarrollo histórico, ha puesto un énfasis excesivo en la dimensión de la culpa y el pecado individual, presentando la salvación casi exclusivamente como liberación de la condena personal. Esta perspectiva, en muchos casos, ha dramatizado la condición pecadora de la humanidad, situando el centro de la fe en la reparación por el pecado más que en la restauración de la vida.

Sin embargo, al acentuar de tal modo la culpa, se ha tendido a relativizar el sufrimiento real de las víctimas de la injusticia, de la violencia y de las estructuras de pecado. La cruz, interpretada únicamente como pago por la culpa, se reduce a un drama individual y espiritual, perdiendo su fuerza como signo de la solidaridad radical de Dios con los crucificados de la historia.

Una teología de la redención más fiel al Evangelio debe poner en el centro no solo la superación del pecado, sino también la liberación del sufrimiento. El clamor de las víctimas, tan presente en la Escritura, es inseparable del misterio de Cristo que muere y resucita. Recuperar esta dimensión significa reconocer que la salvación no es solo perdón para el pecador, sino también justicia, consuelo y vida para quienes han sido heridos por el mal.


jueves, julio 31, 2025

El p*rnocardenal dscubierto por Javier Cercas

Cuando dediqué un artículo al significativo libro del conocido Javier Cercas sobre Bergoglio-Francisco, me pareció que entre todas las entrevistas merecía un espacio especial la dedicada a quien algunos habían llamado el p*rnocardenal.

Desde que fue elegido Francisco llamaba la atención la perspectiva pastoral de quien empezaba a ser llamado el teólogo del Papa, el Rector de la Pontificia de Buenos Aires. Circulaba por nuestros email un libro suyo escaneado, “La conversión pastoral”, realmente colosal. Era para varios lo mejor que habíamos leído: la pastoral necesitaba una conversión.

Por entonces un obispo auxiliar de Bergoglio visitaba España por razones familiares y nos decía que el Papa había pedido al teólogo que no se manifestara demasiado, que mantuviera un “perfil bajo”. Y así lo hizo Tucho -como muchos le llamaban- pero siguió opinando de manera normal en su Facebook ¡e interactuaba!, siempre con buen criterio.

A Cercas le llamó la atención precisamente el tono amistoso del ahora cardenal Victor Manuel Fernández. Tucho le cuenta a Cercas que una vez el arzobispo de México propuso a Bergoglio salir a comer algo, disfrutar de un asado y Bergoglio le convenció de que se quedasen en casa a comer un poco de pollo y verduras. Bergoglio “no sale nunca a cenar, nunca en su vida se ha tomado vacaciones, nada, no sé de ningún gusto personal”, dice el cardenal.

Tucho es un hombre libre y sorprende a Cercas recurriendo a un poema erótico para explicarle el máximo don de Dios, lo que ha hecho siempre la gran literatura mística, del Cantar de los Cantares a santa Teresa y san Juan de la Cruz: usar el erotismo para alabar a Dios, el amor humano para describir el amor divino.

El famoso escritor español quedó tan sorprendido que tuvo que investigar y descubrió: "También el padre Fernández lo ha hecho siempre: en 1995 publicó un libro titulado Sáname con tu boca. El arte de besar; en 1998, otro, La pasión mística. Espiritualidad y sensualidad, que consta de capítulos con rótulos como «El camino hacia el orgasmo» o «Dios en el orgasmo de la pareja», y donde se lee: «Acaricio tu rostro, señor Jesús, y llego a tu boca. [...] Acaricio tus labios, y, en un inaudito impulso de ternura, tú me permites que los bese suavemente».

Así entiende Cercas que a Tucho haya quien le llame el pornocardenal. Un gran teólogo. Un místico. Un influyente colaborador de la exhortación “La alegría del amor”.

EL PRIMER ARTÍCULO FUE:

¡Qué poco nos conoces chaval! Javier Cercas y el Papa Francisco como “El loco de Dios en el fin del mundo”

Cuando alguien del Vaticano ofreció al escritor español Javier Cercas viajar con el Papa a Mongolia y la posibilidad de que hiciera un libro sin revisión alguna y para la editorial que él quisiera se quedó perplejo y preguntó si no sabían que era un tipo peligroso. Podemos suponer que el enviado vaticano calló diplomáticamente y sabía que seguramente se creía más peligroso de lo que era en realidad. Podemos afirmar que posiblemente el escritor español Javier Cercas sea el ateo que más sabe de Francisco. Lo es gracias sobre todo a su Trabajo, esa palabra que por responder a una experiencia humanísima y humanizadora quizá debiera escribirse con mayúscula.

La chispa, sin embargo, que lo hizo posible fue la designación a dedo por algunas instancias vaticanas para que escribiera un libro sobre el viaje de Francisco a Mongolia. Así nació el libro “El loco de dios en el fin del mundo”. En el fondo está el espíritu de Francisco de tender puentes. Ese Francisco que prefirió ser entrevistado por la Sexta a por TreceTV. Ese Francisco que entiende literalmente lo de Pontífice (el que tiende puentes).

En el libro se desvela el intelectual que sabe preguntar. Y relatar las entrevistas que hace. Las entrevistas al jesuita Spadaro y al cardenal Tolentino son sabrosísimas. Y además los describe bien, el primero un jesuita cauto, el segundo un poeta abierto. Otra entrevista magnífica (merecedora de ser comentada aparte) es la que tuvo con el cardenal Victor Manuel Fernández, llamado a veces el teólogo de Francisco y a veces el pornocardenal por las tan abiertas reflexiones sobre sexualidad como teólogo que se han hecho desaparecer sus libros sobre la cuestión.

Cercas tiene buenas preguntas. Pregunta a casi todos lo mismo. Una de las preguntas más importantes es si la sinodalidad es algo similar a la democracia. Unos dicen que sí, otros que no. El poeta cardenal Tolentino ofrece quizá una de las entrevistas más interesantes. Tolentino dice que Bergoglio es muy jesuita en la forma en que usa la imaginación. “Hay dos tipos de personas: los que tienen miedo de los demás y los que sienten curiosidad” señala. Francisco -dice- no tiene miedo de la imaginación, aunque es normal -como decía Santa Teresa- verla como la loca de la casa el Papa tiene fe en la imaginación, una fe tremenda. Por eso el año Santo 2015 lo inauguró abriendo la puerta Santa en la catedral de Bangui en República Centroafricana. Según Tolentino un sacerdote suele tener un discurso que vale para cualquier momento, en cambio Francisco busca sintonizar en el presente para intervenir en él y no le da miedo hacerlo.

Otra pregunta insistente de Cercas es que le parece en reportajes sobre el Papa que lo espiritual brilla por su ausencia, que lo religioso parece eclipsado por lo político. Todos le contestan prácticamente lo mismo, sobre qué es realmente lo religioso para el cristiano. En este asunto se mantiene el tozudo intelectual que parece Cercas completamente inamovible.

El bagaje cultural de Cercas normalmente le ayuda. Por ejemplo cuando Brunelli le cuenta que el Papa le dijo que el sentido del humor es la expresión humana que más se parece a la gracia divina, Cercas le recuerda que en español una persona con sentido del humor es una persona que tiene gracia. Francisco sabe bromear sabe reírse de las cosas y de sí mismo, dice Brunelli.

Sin embargo sorprende que Cercas confunda el dogma de la Inmaculada Concepción con el de la virginidad de María. No parece razonable que no haya dejado el original a alguien que sepa de estas cosas, por muy laica que sea la editorial. Parece que se fía demasiado de esa idea de Europa cristiana que él defiende y que merece muchas matizaciones.

Otro de los temas recurrentes es si la razón de ir Francisco a Mongolia es realmente acercarse a China. Algo parece haber en ello y algunos lo ven razonable, pero no CercaS quien ve con desilusión que el Papa no viaje a Mongolia por ser periferia sino para seducir al gigante, por “terrenales intereses políticos”.Y aquí me parece que se desvela la típica exigencia de muchos ateos por la pureza de los creyentes que ellos mismos menosprecian para sí mismos.

Los más queridos por Cercas resultan ser los misioneros. Quizá una admiración que se prefiere, en realidad, mantener en la distancia. De los misioneros admira la valentía, el sacrificio y la capacidad de hacerse de otro pueblo, lo que suele llamarse inculturación. Dice de una reunión de misioneros que se celebra “en medio de una atmósfera de fraternidad sin restricciones que hasta hoy no había respirado en ninguna parte”. Pero en el trato directo estos no se dejan embaucar Cuando dice al padre Ernesto, uno de sus admirados misioneros: “cuando todos los cristianos sean como ustedes se acabaron los problemas de la Iglesia”, según cuenta el autor ”el padre Ernesto me escucha riéndose de nuevo, negando con la cabeza y cuando termino de hablar me da una palmada piadosa en la mejilla: ¡Que poco nos conoces chaval!”, ¿la frase más importante del libro?

El libro me ha resultado muy interesante y me ha hecho reflexionar aunque resulta largo y no termina uno de saber qué busca el autor. En debates televisivos el autor ha sido criticado desde parte del pensamiento laicista por colaborar con la Iglesia. Me temo que Cercas haya sido un simple intelectual que ha sentido la fuerza de la fe pero no se plantea para si mismo lo que cita de Dostoievsky: “Mi fe surge del horno de mis dudas”.

lunes, julio 21, 2025

Kit de supervivencia para la salud mental y retirada de psicofármacos. Por Prof. Dr. Peter Gøtzsche.


NOGRACIAS (29 OCTUBRE 2020)

“Este libro ayudará a las personas con problemas de salud mental a sobrevivir y volver a una vida normal. La población general está convencida de que los medicamentos contra la depresión o la psicosis y los ingresos en unidades psiquiátricas son más a menudo dañinos que beneficiosos, y esto es también lo que muestra la ciencia. Aun así, la mayoría de las personas continúan tomando medicamentos psiquiátricos durante muchos años. Esto se debe principalmente a que han desarrollado dependencia a esas sustancias. Los psiquiatras y otros médicos han contribuido a que cientos de millones de personas dependan de los medicamentos psiquiátricos y, sin embargo, no han hecho prácticamente nada para averiguar cómo ayudarlas a dejarlos de manera segura, algo que puede ser muy difícil. El libro explica en detalle cuán dañinos son los medicamentos psiquiátricos y le enseña a la población cómo pueden retirarse de manera segura. También informa sobre cómo las personas con problemas de salud mental pueden evitar convertirse en pacientes psiquiátricos etiquetados de por vida y perder 10 o 15 años de su vida debido a la psiquiatría”.

“Peter Gøtzsche es un médico danés que combina sus extensos conocimientos prácticos y teóricos para producir textos que ayudan en la toma de decisiones diarias a médicos y a pacientes del mundo entero. Su dominio de la metodología científica da un enorme crédito a dichos trabajos. A destacar sus estudios sobre las mamografías de cribado del cáncer de mama, que demostraron su nulo impacto sobre la mortalidad y sus daños por sobrediagnòstico. También sus trabajos sobre la falta de efectividad y los daños del uso generalizado de psicofármacos, que le han llevado a estimar que en conjunto han producido más daños que beneficios y a acusar a las industrias de prácticas mafiosas para lograr su prescripción sin ciencia” por Juan Gérvas (miembro de No Gracias).

“Peter C Gøtzsche estaba «solo» cuando criticaba las prácticas que querían aplicarle a su mujer en el hospital al dar a luz. Con la creación de la Nordic Cochrane Center (entre otros centros internacionales) se balanceó (algo) esa asimetría actuativa médica. Sus (totalmente lógicos) requerimientos de los datos duros en el campo oncológico, farmacéutico y psiquiátrico causaron mumerosas quejas al periodista y C.E.O. de la Cochrane Mark Wilson que trató reiterativamente de amonestar a Peter de de una manera intimidante (mostrando así qué importaba realmente en la investigación científica a gran escala y a qué popes o espaldas plateadas no debía molestar). El desenlace con el cese de Peter como director del Centro Nórdico Cochrane tuvo proporciones bíblicas. Se volvió a desequilibrar el sonambulismo sanitario. Fuera de su blog y del Instituto para la Libertad Científica tiene a su alcance el blog NoGracias para poder errar las veces que quiera (albergando en cada intento suyo la posibilidad de acertar con sus críticas). La cosa no es defender a quienes no se equivocan. La cosa es dar voz a los que han sido «afonizados«. Y con su nuevo libro, Peter facilita un kit para ayudar a dar el carácter «post-psiquiátrico» a quienes andan bajo su yugo en vez de servirles de apoyo existencial” por Marc Casañas (miembro de No Gracias).


LIBRO ENTERO GRATUITAMENTE EN 

https://www.nogracias.org/2020/10/29/kit-de-supervivencia-para-la-salud-mental-y-retirada-de-psicofarmacos-por-prof-dr-peter-gotzsche/

Enseñar exige reconocer que la educación es ideológica


Paulo Freire

El saber que se refiere a la fuerza, a veces mayor de lo que pensamos, de la ideología, es igualmente indispensable para la práctica educativa del profesor o de la profesora. Es el que nos advierte de sus mañas, de las trampas en que nos hace caer. Es que la ideología tiene que ver directamente con el encubrimiento de la verdad de los hechos, con el uso del lenguaje para ofuscar u opacar la realidad al mismo tiempo que nos vuelve "miopes".

Sabemos que hay algo enclavado en la penumbra pero no lo vemos bien. La propia "miopía" que nos asalta dificulta la percepción más clara, más nítida de la sombra. Es todavía más seria la posibilidad que tenemos de aceptar dócilmente que lo que vemos y oímos es lo que en verdad es, y no la verdad distorsionada. La capacidad que tiene la ideología de ocultar la realidad, de hacernos "miopes", de ensordecernos, hace, por ejemplo, que muchos de nosotros aceptemos con docilidad el discurso cínicamente fatalista neoliberal que proclama que el desempleo en el mundo es una fatalidad de fin del siglo. O que los sueños murieron y que lo válido hoy es el "pragmatismo" pedagógico, es el adiestramiento técnico-científico del educando y no su formación, de la cual no se habla más. Formación que, al incluir la preparación técnico-científica, la rebasa.

La capacidad de "ablandarnos" que tiene la ideología nos hace a veces aceptar mansamente que la globalización de la economía es una invención de ella misma o de un destino que no se podría evitar, una casi entidad metafísica y no un momento del desarrollo económico, sometido, como toda producción económica capitalista, a una cierta orientación política dictada por los intereses de los que detentan el poder. Sin embargo, se habla de la globalización de la economía como un momento necesario de la economía mundial al que, por eso mismo, no es posible escapar. Se universaliza un dato del sistema capitalista y un instante de la vida productiva de ciertas economías capitalistas hegemónicas como si Brasil, México, o Argentina, debieran participar de la globalización de la economía de la misma manera que Estados Unidos, Alemania o Japón. Se toma el tren en marcha y no se discuten las condiciones anteriores y actuales de las diferentes economías. Se pone en un mismo nivel los deberes entre las distintas economías sin tomar en cuenta las distancias que separan a los "derechos" de los fuertes y su poder de usufructuarlos de la flaqueza de los débiles para ejercerlos. Si la globalización significa la superación de las fronteras, la apertura sin restricciones al libre comercio, que desaparezca entonces quien no pueda resistir. No se indaga, por ejemplo, si en momentos anteriores de la producción capitalista las sociedades que hoy lideran la globalización eran tan radicales en la apertura que ahora consideran una condición indispensable para el libre comercio. Exigen, en la actualidad, de los otros, lo que no hicieron con ellas mismas. Una de las destrezas de su ideología fatalista es convencer a los perjudicados de las economías subordinadas de que la realidad es eso, de que no hay nada que hacer sino seguir el orden natural de las cosas. Pues la ideología neoliberal se esfuerza por hacemos entender la globalización como algo natural o casi natural y no como una producción histórica.

El discurso de la globalización que habla de la ética esconde, sin embargo, que la suya es la ética del mercado y no la ética universal del ser humano, por la cual debemos luchar arduamente si optamos, en verdad, por un mundo de personas. El discurso de la globalización oculta con astucia o busca confundir en ella la reedición intensificada al máximo, aunque sea modificada, de la espeluznante maldad con que el capitalismo aparece en la Historia. El discurso ideológico de la globalización busca ocultar que ella viene robusteciendo la riqueza de unos pocos y verticalizando la pobreza y la miseria de millones. El sistema capitalista alcanza en el neoliberalismo globalizante el máximo de eficacia de su maldad intrínseca.

Yo espero, convencido de que llegará el momento en que, pasada la estupefacción ante la caída del muro de Berlín, el mundo se recompondrá y rechazará la dictadura del mercado, fundada en la perversidad de su ética de lucro.

No creo que las mujeres y los hombres del mundo, independientemente si se quiere de sus opiniones políticas, pero sabiéndose y asumiéndose como mujeres y hombres, como personas, dejen de profundizar esa especie de malestar ya existente que se generaliza ante la maldad neoliberal. Malestar que terminará por consolidarse en una nueva rebeldía en que la palabra crítica, el discurso humanista, el compromiso solidario, la denuncia vehemente de la negación del hombre y de la mujer y el anuncio de un mundo "personalizado" serán armas de alcance incalculable.

Hace un siglo y medio Marx y Engels pregonaban en favor de la unión de las clases trabajadoras del mundo contra la explotación. Ahora se hace necesaria y urgente la unión y la rebelión de la gente contra la amenaza que nos acecha, la de la negación de nosotros mismos como seres humanos sometidos a la "fiereza" de la ética del mercado.

En este sentido nunca abandoné mi preocupación primera, que siempre me acompañó, desde los comienzos de mi experiencia educativa. La preocupación con la naturaleza humana a la que debo mi lealtad siempre proclamada. Antes incluso de leer a Marx yo ya me apropiaba de sus palabras: ya fundaba mi radicalismo en la defensa de los legítimos intereses humanos. Ninguna teoría de la transformación político-social del mundo consigue siquiera conmoverme si no parte de una comprensión del hombre y de la mujer en cuanto seres hacedores de Historia y hechos por ella, seres de la decisión, de la ruptura, de la opción. Seres éticos, capaces incluso de transgredir la ética indispensable, algo de lo que he "hablado" insistentemente en este texto. He afirmado y reafirmado cuánto me alegra realmente saberme un ser condicionado pero capaz de superar el propio condicionamiento. La gran fuerza sobre la que se apoya la nueva rebeldía es la ética universal del ser humano y no la del mercado, insensible a todo reclamo de las personas y sólo abierta a la voracidad del lucro. Es la ética de la solidaridad humana.

Prefiero ser criticado de idealista y soñador inveterado por continuar, sin vacilar, apostando al ser humano, batiéndome por una legislación que lo defienda contra las embestidas agresivas e injustas de quien transgrede la propia ética. La libertad del comercio no puede estar por encima de la libertad del ser humano. La libertad de comercio sin límite es el libertinaje del lucro. Se hace privilegio de unos cuantos que, en condiciones favorables, robustece su poder contra los derechos de muchos, incluso el derecho de sobrevivir. Una fábrica textil que cierra porque no puede competir con los precios de la producción asiática, por ejemplo, significa no sólo el colapso económico-financiero de su propietario que puede o no haber sido un transgresor de la ética universal humana, sino también la expulsión de centenas de trabajadores y trabajadoras del proceso de producción. ¿Y sus familias? Insisto, con la fuerza que tengo y con la que puedo reunir, en mi vehemente rechazo a determinismos que reducen nuestra presencia en la realidad histórico-social a una pura adaptación a ella. El desempleo en el mundo no es, como dije y repito, una fatalidad. Es ante todo el resultado de una globalización de la economía y de avances tecnológicos a los que les viene faltando el deber ser de una ética realmente al servicio del ser humano y no del lucro y de la voracidad desenfrenada de las minorías que dirigen el mundo.

El progreso científico y tecnológico que no responde fundamentalmente a los intereses humanos, a las necesidades de nuestra existencia, pierde, para mí, su significación. A todo avance tecnológico debería corresponder el empeño real de respuesta inmediata a cualquier desafío que pusiera en riesgo la alegría de vivir de los hombres y de las mujeres. A un avance tecnológico que amenaza a millares de mujeres y de hombres de perder su trabajo debería corresponder otro avance tecnológico que estuviera al servicio de la atención a las víctimas del progreso anterior. Como se ve, ésta es una cuestión ética y política y no tecnológica. El problema me parece muy claro. Así como no puedo usar mi libertad de hacer cosas, de indagar, de caminar, de actuar, de criticar para sofocar la libertad que los otros tienen de hacer y de ser, así también no podría ser libre para usar los avances científicos y tecnológicos que llevan a millares de personas a la desesperación. No se trata, agreguemos, de inhibir las investigaciones y frenar los avances sino de ponerlos al servicio de los seres humanos. La aplicación de los avances tecnológicos con el sacrificio de millares de personas es más un ejemplo de cuánto podemos ser transgresores de la ética universal del ser humano y lo hacemos en favor de una ética pequeña, la del mercado, la del .

Entre las transgresiones a la ética universal del ser humano, sujetas a penalidades, debería estar la que implicara la falta de trabajo de un sinnúmero de personas, su desesperación y su muerte en vida.

Por eso mismo, la preocupación con la formación técnico-profesional capaz de reorientar la actividad práctica de los que fueron puestos entre paréntesis, tendría que multiplicarse.

Me gustaría dejar bien claro que no sólo imagino sino que sé cuán difícil es la aplicación de una política de desarrollo humano que, así, privilegie fundamentalmente al hombre y a la mujer y no sólo al lucro. Pero también sé que, si pretendemos superar realmente la crisis en que nos encontramos, el camino ético se impone. No creo en nada sin él o fuera de él. Si, de un lado, no puede haber desarrollo sin lucro, éste no puede ser, por otro, el objetivo del desarrollo, en cuyo caso su fin último sería el gozo inmoral del inversionista.

De nada vale, a no ser de manera engañosa para una minoría que terminaría pereciendo también, una sociedad eficazmente operada por máquinas altamente "inteligentes", que sustituyeran a mujeres y hombres en actividades de las más variadas, y millones de Marías y Pedros sin tener qué hacer, y éste es un riesgo muy concreto que corremos.

Tampoco creo que la política que debe alimentar este espíritu ético pueda jamás ser la dictatorial, contradictoriamente de izquierda o coherentemente de derecha. El camino autoritario ya es de por sí una contravención a la naturaleza inquietamente inquisidora, de búsqueda, de hombres y de mujeres que se pierden al perder la libertad.

Es exactamente por causa de todo esto por lo que, como profesor, debo estar consciente del poder del discurso ideológico, comenzando por el que proclama la muerte de las ideologías. En realidad, a las ideologías sólo las puedo matar ideológicamente, pero es posible que no perciba la naturaleza ideológica del discurso que habla de su muerte. En el fondo, la ideología tiene un poder de persuasión indiscutible. El discurso ideológico amenaza anestesiar nuestra mente, confundir la curiosidad, distorsionar la percepción de los hechos, de las cosas, de los acontecimientos. No podemos escuchar, sin un mínimo de reacción crítica, discursos como éstos:

"El negro es genéticamente inferior al blanco. Es una lástima, pero es lo que nos dice la ciencia."
“¿Qué podríamos esperar de ellos, unos alborotadores, invasores de tierras?"
"Esa gente es siempre así: les das la mano y se toman el pie."
"Nosotros ya sabemos lo que el pueblo quiere y necesita. Preguntarle sería una pérdida de tiempo."
"El saber erudito que será proporcionado a las masas incultas es su salvación."
"María es negra, pero es bondadosa y competente."
"Ese individuo es un buen tipo. Es nordestino, pero es serio y solícito."

En el ejercicio crítico de mi resistencia al poder tramposo de la ideología, voy generando ciertas cualidades que se van haciendo sabiduría indispensable a mi práctica docente. La necesidad de esa resistencia crítica, por ejemplo, me predispone, por un lado, a una actitud siempre abierta hacia los demás, a los datos de la realidad, y por el otro, a una desconfianza metódica que me defiende de estar totalmente seguro de las certezas. Para resguardarme de las artimañas de la ideología no puedo ni debo cerrarme a los otros ni tampoco enclaustrarme en el ciclo de mi verdad. Al contrario, el mejor camino para guardar viva y despierta mi capacidad de pensar correctamente, de ver con perspicacia, de oír con respeto, y por eso de manera exigente, es exponerme a las diferencias, es rechazar posiciones dogmáticas, en que me admita como propietario de la verdad. En el fondo, ésta es la actitud correcta de quien no se siente dueño de la verdad ni tampoco objeto adaptado al discurso ajeno que le es dictado autoritariamente. Es la actitud correcta de quien se encuentra en disponibilidad permanente para estimular y ser estimulado, para preguntar y responder, para concordar y discordar. Disponibilidad hacia la vida y sus contratiempos. Estar disponible es ser sensible a los llamados que se nos hacen, a las señales más diversas que nos invocan, al canto del pájaro, a la lluvia que cae o que se anuncia en la nube oscura, al río manso de la inocencia, a la cara huraña de la desaprobación, a los brazos que se abren para abrigar o al cuerpo que se cierra en el rechazo. Es en mi disponibilidad permanente a la vida a la que me entrego de cuerpo entero, pensar crítico, emoción, curiosidad, deseo, es así como voy aprendiendo a ser yo mismo en mi relación con mi contrario. Y mientras más me entrego a la experiencia de lidiar sin miedo, sin prejuicio, con las diferencias, tanto más me conozco y construyo mi perfil.


Texto del educador y filósofo brasileño Paulo Freire, publicado en su libro "Pedagogía de la autonomía" 

viernes, julio 18, 2025

Seminario de estudio sobre la influencia de la industria en medicina

Vineta de Mónica Lalanda
Desde el 15 de julio al 8 de septiembre, abierta la inscripción para el #siapIndustria25
-toda la información en
https://seminariossiap.es/bsms/siapindustria25/

El debate virtual, por correo electrónico en Grupo Google, comenzará el 1 de septiembre

Es una iniciativa de los Seminarios de Innovación en Atención Primaria (SIAP) y la Asociación Acceso Justo al Medicamento con apoyo del Equipo CESCA, la Federación de Asociaciones de Defensa de la Salud Pública y NoGracias.

Objetivos del SIAP sobre «Industrias sanitarias, profesionales y pacientes. Cómo evitar una relación con frecuencia tóxica (corrupta)», a realizar por debate virtual (correo electrónico) desde el día 1 de septiembre de 2025, y encuentro presencial en Madrid, los días 26 y 27 de septiembre de 2025

Viñeta de Mónica Lalanda
El objetivo principal es generar conocimiento práctico sobre cómo lograr una relación prudente entre profesionales sanitarios (y sus sociedades), pacientes (y sus asociaciones) y las industrias (básicamente de medicamentos pero también las de tecnología, productos sanitarios, alimentarias y otras).

Son objetivos secundarios el análisis de la situación actual, la elaboración de propuestas de mejoras, la comparación internacional y el estudio de posibles líneas de investigación.

Logotipo de Juan Gérvas Zorrilla, Barcelona

El problema es que la relación de las industrias con profesionales y pacientes sobrepasa en muchas casos los límites prudentes y las industrias se convierten en un problema al poner el afán de lucro por encima del interés de la salud.

El SIAP está abierto a profesionales de la sanidad (medicina, enfermería, farmacia, trabajo social, técnicos, psicología, fisioterapia, nutrición, gestión, salud pública, etc), estudiantes, residentes, con actividad en clínica, docencia, investigación y/o administración, nacional e internacional, medio rural, jubilados, etc. También a pacientes y ciudadanos en general.

Viñeta de Mónica Lalanda
Comité Organizador, por parte de la Asociación Acceso Justo al Medicamento (por orden del nombre): Ángel María Martín, Fernando Lamata, Javier Sánchez Caro, Juanjo Rodríguez Sendín y Soledad Cabezón Ruiz, por parte de los SIAP (por orden del nombre): Juan Gérvas, Luz Vázquez Canales, Mercedes Pérez-Fernández y Raúl Calvo Rico y por parte de la Federación de Asociaciones de Defensa de la Salud Pública y NoGracias: Abel Novoa
Viñeta de Mónica Lalanda


lunes, julio 07, 2025

Dios en la poesía de Gloria Fuertes

www.salamancartvaldia.es

Fue mi hijo quien me presentó a Gloria Fuertes (Madrid, 1917-1998), poeta que le alegraba las mañanas de sus primeros años, desde que un día de agosto el poeta salmantino Raúl Vacas le regalara una cinta con los versos de Gloria; versos para niños pero con un claro mensaje que calaría profundamente en todos. Sí, de ella, Gloria, tan transparente por su sencillez: "Yo soy así como me estáis viendo ... / con nariz pinochil, / flequillo y entrecejo/ acusado ... / Vestida de soltera,/ mi moda es no ir a la moda,/ mi guerra es no ir a la guerra./ Soy más pacifista que artista/ más humanista que feminista,/ más alta que baja ... // Soy tímida y no lo parece,/ soy poeta y sí lo parece,/ soy gorda y sí lo parece ... /soy una niña y no lo parece. // Soy así.https://salamancartvaldia.es/ Como me estáis leyendo".


Su decantamiento por los niños me sorprendió, tenía el don de 'engancharlos' a su palabra cargada de humor, de sencillez, pero al mismo tiempo con esa posibilidad de tener encantamiento para llegar al corazón, y transmitir un mensaje; no uno cualquiera sino ese que ella había recibido mucho antes del inicio de los tiempos. Me atrevería a afirmar que su intención era la de emular a Jesús, el que dijo: "Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis...". Aquel que lo trastocaba todo, poniéndolo al revés, deshaciendo los moldes humanos. Pero siempre con un sentido de haber acertado, de alcanzar lo justo y bueno, como es su poema Al revés pero derecho: "Unas veces disfrazando / mi cordura de locura / otras veces al revés. / Unas veces mi cordero de lobezno / otras veces al revés. / Fui amada y yo pasiva / otras veces al revés... ". Por eso la carga de humor, de amor, y otra vez de humor en sus versos, y luego viene la fe que la ayuda a mover montañas. Quizá todo ese bagaje hace que su poesía sea retadora, comprometida.





Y mientras escribo sobre lo que siento a Dios en la poesía de Gloria Fuertes, me imagino que inicialmente saldrán voces incrédulas, extrañadas de que hubiera un ser así en medio de una poesía que algunos consideraban estrafalaria, como escrita toda a lo loco, donde solo resaltaba el humor y la ingenuidad. Pero la clave la encontré yo misma en su Diccionario estrafalario (que habíamos comprado para mi hijo, después que con canciones le enseñara a sentir pasión desmedida por las tablas de multiplicar), donde pude desvelar que escribe "con 'boli', imaginación y poesía, y jugando"; "describiendo palabras, lo que le sugieren que indican". Allí nos dice que "La imaginación y el humor son parte de la cultura". Insiste en que el título estrafalario es porque "como su nombre lo indica, es un libro desaliñado, despeinado, espontáneo, diferente, amesi, ameno y aburrido tampoco. Parece que está escrito a lo loco, pero lo he escrito a lo cuerdo. No sé qué dirán de este diccionario mis amigos los profesores y los catedráticos, pero si a vosotros, chicas y chicos, os parece 'guay' es bastante para ponerme contenta. Besos". Y así, se pone a escribir con una autoridad que no la tiene cualquiera, ni ayer ni hoy. Con lo cual confirmamos que su poesía no era para los sabios y entendidos, sino para aquellos que estuvieran abiertos a sentir el asombro delante de los versos que eran como un relámpago en medio del caos en que se ha tornado el universo.

Es más, sus poemas no tienen el ritmo de un maniquí, sino el de la musicalidad de todos los continentes que visitaba sin salir de Madrid. No era para los que solo piden poemas que crujen cuando los masticas y que no te dejan ningún sabor a emoción, a comunión, a desahogo.





Como lo dijo ella, "Mi pintura literaria no es abstracta. / Soy figurativa/ (aunque no me figuro nada)./ Solo lo que veo o siento, siento./ // Lo que me sucede/ es que veo el paisaje antes de mirarlo,/ siento el suceso antes de experimentarlo./ Y sobre todo/ sé lo que da de sí un no". Y escribía porque "La poesía es una manera de vida,/ una moneda de suerte,/ una formación del beso,/ una deformación de lo vulgar./ ¡Y a embellecer lo que veo!".





Y es que a ella le han dado una primicia, la de saber que el reino de Dios se ha acercado, lo puede ver en cada ser, en cada objeto que forma parte de la creación. Cada detalle cuenta la gloria del Creador. Él habita en todo; se preocupa hasta por lo más insignificante. Hasta de los poetas porque Él mismo es "el poeta que canta a los poetas desde su libro titulado 'Naturaleza". Pareciera que ella parafrasea el libro de Romanos, que dice que no hay excusa para no entender estas verdades: "Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos..." (Ro. 1.20-21). Por lo tanto, no se debe preguntar sobre lo evidente. He aquí su disertación sobre el tema:





UN HOMBRE PREGUNTA...

¿Dónde está Dios?... Se ve, o no se ve.

Si te tienen que decir dónde está Dios, Dios se marcha.

De nada vale que te diga, que vive en tu garganta.

Que Dios está en las flores y en los granos,

en los pájaros y en las llagas,

en lo feo, en lo triste, en el aire y en el agua;

Dios está en el mar y, a veces, en el templo;

Dios está en el dolor que queda y en el viejo que pasa,

en la madre que pare y en la garrapata,

en la mujer pública y en la torre de la mezquita blanca.

Dios está en la mina y en la plaza.

Es verdad que Dios está en todas partes,

pero hay que verle, sin preguntar

que dónde está,

como si fuera mineral o planta.

Quédate en silencio,

mírate la cara.

El misterio de que veas y sientas, ¿no basta?

Pasa un niño cantando,

tú le amas:

ahí está Dios.

Le tienes en la lengua cuando cantas,

en la voz cuando blasfemas,

y cuando preguntas que dónde está,

esa curiosidad es Dios, que camina por tu sangre amarga.

En los ojos le tienes cuando ríes,

en las venas cuando amas.

Ahí está Dios, en ti;

pero tienes que verle tú.

De nada vale quién te le señale,

quien te diga que está en la ermita,

de nada.

Has de sentirle tú,

trepando, arañando, limpiando,

las paredes de tu casa.

De nada vale que te diga

que está en las manos de todo el que trabaja;

que se va de las manos del guerrero,

aunque éste comulgue o practique cualquier religión,

dogma o rama.

Huye de las manos del que reza, y no ama;

del que va a misa, y no enciende a los pobres

una vela de esperanza.

Suele estar en el suburbio a altas horas de la madrugada,

en el Hospital, y en la casa enrejada.

Dios está en eso tan sin nombre que te sucede

cuando algo te encanta.

Pero, de nada vale que te diga

que Dios está en cada ser que pasa.

Si te angustia ese hombre que se compra alpargatas,

si te inquieta la vida del que sube y no baja,

si te olvidas de ti y de aquéllos, y te empeñas en nada,

si sin porqué una angustia se te enquista en la entraña,

si amaneces un día silbando a la mañana

y sonríes a todos y a todos das las gracias,

Dios está en ti, debajo mismo de tu corbata.

(de Antología, incluida en Obras completas, editorial Cátedra, 1984)





Hace tan fácil ver a Dios incluso a los que no lo ven o nunca podrán verlo. Insiste en revelar que Dios no se impone a fuerza de costumbre, a fuerza de monedas o discursos ambiguos. Dios es un tú a tú con el hombre, una comunión individual para luego ser comunitaria.

Y una y otra vez repite que Dios está aquí y ahora a pesar de que también está en el futuro. Y lo mezcla con la realidad a la que no puede renunciar porque Dios también es la realidad que la circunda, y ante la que no puede permanecer indiferente; una realidad a la que vive radiografiando; de ahí que se considere a sí misma vocero de los que tienen sed de justicia. ORACIÓN: Que estás en la tierra, Padre nuestro, / Que te siento en la púa del pino, /En el torso azul del obrero, / En la niña que borda curvada / La espalda, mezclando el hilo en el dedo. / Padre nuestro que estás en la tierra, / En el surco, / En el huerto, / En la mina, / En el puerto, / ... / Padre nuestro que estás en la tierra, / Donde tienes tu gloria y tu infierno / ... / Padre nuestro que estás en la tierra, / En la cigarra, en el beso, / En la espiga, en el pecho / De todos los que son buenos. / Padre que habitas en cualquier sitio, / Dios que penetras en cualquier hueco, / Tú que quitas la angustia, que estás en la tierra, / Padre nuestro que sí que te vemos / Los que luego hemos de ver, / Donde sea, o ahí en el cielo". (De Carmen Conde: Poesía Femenina Española)





Vamos desgranando los poemas y verso a verso se desvela el misterio. Se nos revela que su palabra era y es para aquellos que son De la vida cotidiana: "De la vida cotidiana / de fuera a dentro / penetran por mi piel / cada momento, / penas alegrías sucesos / y salen a la vez / de dentro a fuera / convertidos en versos". Tenía la capacidad innata de transformar la realidad en versos que podían alimentar y sanar a los pobres de espíritu o de pan. Pero eso solo lo podemos descubrir si entramos con seriedad por los recovecos de la poética de Gloria Fuertes, donde, como ya hemos afirmado inicialmente, te encuentras con un hilo conductor que une toda su temática y ése es el Soberano, el creador de su Verbo que se hizo carne a través de sus versos. Ella admira a ese Dios que todo lo puede porque "Dios sabe idiomas. /Lo admiro. /Dios lee /y lee en los pergaminos de nuestra piel, /lee en los surcos de nuestros campos. / Dios es telépata y lee /en los laberintos de nuestro cerebro /en las líneas de nuestras manos, /en las líneas de nuestros caminos. /Él sabe dónde vamos /y de dónde venimos. /Dios, en cuatro palabras /es el único que /'se las sabe todas".

Contundente es su afirmación sobre Él para deshacer cualquier complot que desbarate su existencia: "Dios no es una paloma. / Dios no es un señor con barba. / Dios es una energía / es una benéfica corriente eléctrica. / Dios es un amor inmensurable... // Y me interrumpió / el frío intelectual de moda. // -Gloria, Dios es un supuesto. / -Mira, no sé si será un supuesto, / lo que sí sé es que está en su puesto". En pocos versos resume que Dios trasciende imágenes y rituales de todas las épocas. Que Dios es un amor que salta las vallas de nuestro entendimiento, que no se compra; solo es un regalo dado por pura gracia. La poeta entiende que Dios no es moda, nunca se pasa; permanece para siempre, sobre todos. Ella sabe que es el único que no abandona su puesto, el que no varía con el paso de las estaciones, de las lluvias torrenciales, de los gobiernos y reinados, de las bellezas compradas a golpe de talonario; es el misterio que solo entienden los que tienen oídos para oír. Pero no es a ella a quien le compete quién va a oír y quién no; por eso no se preocupa pues sabe quién tiene la última palabra en todo.

Sabe que no ha visto a Dios pero sí tiene el Verbo, y el Verbo habitaba en ella después de pasearse por el mundo y degustar de cada instante para retenerlo en la memoria, y no olvidarse nunca más, y así planificar un segundo encuentro apoteósico. Lo había sentido porque había visto al Hijo: "Poderoso quien seas: / Por tu Hijo Jesús Hermano nuestro / hágase lo que Tú quieras. // ¡Ojalá lo que Tú quieras / sea lo que yo quiero! / Amén". (Poema Oración). Y está dispuesta a no hacer su voluntad sino la del otro. De oír lo que otros no quieren oír, el escalofrío de las cadenas que sonaban en el silencio de la noche, "aunque sin un rasguño de metralla / la guerra civil española/ me dejó en carne viva. // Amanecí en la sección de quemados".





Lo supo el día que aspiró una nueva vida y se despojó de todos los lastres que la hacían languidecer. Y oyó el murmullo del viento que venía para habitar con ella como si fueran uno solo. Cuando después de morir al tercer día renació y quiso hablarles a las multitudes de que ahora ya no era ciega, podía ver. Vio "que el mundo es un barrio"; que "además de hermanos / todos somos vecinos, /a nadie debe llamársele extranjero ... Y que "se ha inventado/ la radio/la televisión/los periódicos/los aviones ... Pero "queda por inventar el amor". Es ahí donde supo por qué escribe el poeta; de dónde viene y a dónde va; quién lo mantiene; y hasta cuándo. Supo cuál era su misión en este globo terráqueo. No se cree un Mesías, pero lo emula.

No se siente salvadora del mundo pero sí llegó a la conclusión, a mi entender, que su poesía podía ir más allá de ella misma, dejar de ser un proyecto suyo para servir a la humanidad. Podía ser un medio de respuesta a las preguntas que se plantea la cultura. Por ello, necesitaba el silencio, con ella, con Dios, su proveedor de palabras; estar a solas con él para entrar en éxtasis teresiano y salir de allí llena del espíritu, que es el que hace aflorar los frutos necesarios para entrar en diálogo con esos seres que esperan ansiosos y expectantes. Lo dicen estos versos: "Para escribir me escondo, como una mujer primitiva se escondía/ para parir. / Como un animal herido se esconde/ para lamerse a gusto la sangre,/ así nadie sabe de mí / cuando me pierdo para escribiros esto". O estos otros: "También se puede encontrar la libertad/ en solitario,/ en-cerrado/ en-tre cuatro papeles,/ es decir ¡libre!...". Necesitaba meditar, repensar, como un místico pero de esos que todavía no se han convertido en profesionales del misticismo. Como dice un poeta: "El poeta es un místico imperfecto porque lo que le caracteriza es la locuacidad. Un buen místico está encantado con el silencio, no tiene motivos para escribir. Los poetas son absolutamente imperfectos, necesitan publicar su obra". Hacer el bien con su escritura.

Sobre este hacer el bien con su obra, la Fuertes nos lo explica muy bien en su Poética: "Poesía debe ser/ comunicación/ penetración/ emoción/ hacer pensar/ pellizcar/ y crecer en la espontaneidad".

Esa comunión con ellos, el Padre y el Hijo, aflora en su piel; la hace exudar amor, porque Dios es Amor. Lo expresa claramente en un poema: "Dios es humor / y sobre todo Dios (y nunca mejor dicho) / es Amor. // Dios nos llena la despensa / Dios nos sonríe sin esperar recompensa. / Quiere que hagamos el bien. // Si en vez de un tiro en la sien / damos un beso en la sien / Dios nos guiña un ojo, / lo mismo a un azul que a un rojo. // Dios ama todos los colores: / Blanco, negro, amarillo... / porque Dios fue monaguillo". Y escudriñando más y más se va apropiando de ese ágape, perfeccionándolo para otorgarlo con más pureza. Pero en verso sonriente te dice que ése no es un amor cualquiera, tal como lo diría Pablo, el de Tarso, allá en Corinto, y a través de una carta en papel. Dice Gloria: "El amor todo lo soporta. / El amor siempre va con el perdón a cuestas, / con el corazón en la mano, / con la verdad en la boca, / con el beso en los ojos, / con la ternura en el llanto. / El amor tiene vocación de santo, / pero no pasa de mártir".

Ya lo dice en una entrevista que le hizo la periodista Laura Gómez Recas en 1984: "El amor está en todo. Yo creo que en todos mis cientos o miles de poemas está, latiendo, el amor".

Y vuelve a recalcarnos que "La realidad es mi trampolín / la realidad es lo que me eleva ... la realidad nunca miente, /la realidad es la fuente, / de mi inspiración". Para que no haya malas interpretaciones y digamos que lo suyo son las metáforas; no, lo suyo es la cotidianidad, el día a día de los mendigos de Madrid, o los niños descalzos que pretendemos esconder entre las cajas de cartón de los comercios abarrotados; es el amor entre dos, el mar que le gusta y le asusta, los que ligan para pagar las trampas; los de las chabolas, los que no tienen calor en invierno... Esa realidad es su combustible para coger la pluma y escribir. "Y ¡Que ellos inventen! / Yo cuento el cuento". Y cuenta: La gente dice:/ 'Pobres tiene que haber siempre'/ y se quedan tan anchos/ tan estrechos de miras,/ tan vacíos de espíritu,/ tan llenos de comodidad.// Yo aseguro/ con emoción/ que en un próximo futuro/ solo habrá pobres de vocación".

Gloria Fuertes no exportaba balas, sino amor. Amor en forma de verso que se disemina por todas partes del planeta donde vivo yo, o tú. O un globo que es la luna donde ahora vive Gloria Fuertes, y hasta allá dirigen su mirada los niños para seguir imaginándose sus versos en un globo, dos globos, tres globos...

Es el amor el que le hace percibir la realidad social, ser vocero de los que no tienen voz en el panorama actual. Le atañe todo lo que sucede en las distintas esferas de la sociedad, sea en lo económico, lo político, lo social, lo espiritual. Al margen de los lamentos... aunque estos planes no sean rentables. Por eso dice: "Sé que con poesía no se come / no se come no, pero se ama, / no es necesario no, irse a la cama, / aquí no pintan oros pintan manos...". El relámpago le ha permitido leer en su fulgor que el poeta no admite falsedades sino que las verdades son su baza. Porque ella vio al relámpago como lo hizo Rojas, de niño, en su Lebu natal; recibió en lo centelleante del fenómeno la iluminación del Todo y, desde ahí, del instante, y se le dio para siempre la revelación de la palabra... Quizá Gloria cayó de rodillas un día cuando la sorprendió otro relámpago en Madrid. Y a partir de ahí no se instaló en negocio alguno en cuanto a ortodoxia, más bien ha sido testigo activo de su tiempo.

El amor por el prójimo va más allá y se hace extensivo a la tierra que gime con gemidos indecibles. Reconoce que el hombre tiene una interdependencia con la naturaleza; ha tomado conciencia de que éste tiene el deber de administrarla con sabiduría, pues como ella dice en su poema Medio ambiente: "La naturaleza nos alegra o nos entristece, / mientras ella ni siente ni padece. / Bueno, /ahora sí parece que padece. / Ved las playas y los ríos / -muertos peces. / Ved los árboles sin brillo ni simiente. / Ese aire que los ojos enrojece, / que al pulmón ennegrece / y al pálido niño de la ciudad / envejece ... Quién ha sido el salvaje / que puso el árbol gris / y sucio el aire? ...". (Fragmento). No obstante, en su poema Ecología esencial le da por priorizar al hombre, hecho a imagen y semejanza del mismísimo Dios: "La tierra no es un regalo de nuestros padres,/ es un préstamo de nuestros hijos./ Curar la tierra sí -está enferma-/ pero antes, curar la pobreza/ curar al hombre.// Ecología sí/ pero antes el niño que el árbol,/ el niño antes que el río,/ el hombre antes que el mar./ Cometemos falta,/ si muere un árbol sin agua./ Cometemos crimen,/ si muere un niño sin pan ... ". Y continúa interpelando a una sociedad que parece que duerme...





Gloria no se dejó vencer por las burlas de aquellos que sin leerla, como algunos hicieran con la Mistral, la llamaron cómica, o la censuraron por volverse como un niño, sin saber que ella era la ganadora, porque hizo "lo que hace un poeta: perder en vez de buscar el aplauso".

No obstante, la poeta sabe que el desierto no es fácil, hay sombras. Por eso "Ella pide una oportunidad. Como una maletilla, ella. / (Ella es la Paz). / Va destrozada, / mal vestida, / delgada, / acerico de balas, / rasguño de metrallas. /Iba hecha polvo entre el polvo / de las sucias trincheras, / cojeando / con su melena blanca desplegada /se tiró al ruedo de la guerra, / -la Paz-. / Pedía una oportunidad. // Unos hombres con uniforme / la cazaron y a empujones / la esposaron en la barrera. / (Todavía la tienen detenida). / La Paz, / como una maletilla / sólo pedía una oportunidad".

Cada verso de amor de Gloria que hemos rumiado nos deja el sabor de la Paz, esa que tanto pregonó su Hermano mayor Jesús. Y ella lo tiene escrito en su corazón de carne. Y entre esos a los que Él llamó bienaventurados, a los que desprecian las riquezas y a su hija la soberbia, a los que son despojados de sus bienes... pues saben que su patria está en los cielos. "Mi partido es la paz / Mi partido es la Paz. / Yo soy su líder. /No pido votos, /pido botas para los descalzos /-que todavía hay muchos-". Pareciera que Gloria Fuertes estuviera intuyendo nuevos conflictos y quisiera prevenirlos pidiendo paz a voz en cuello, desesperada para que no se den nuevos éxodos ni llantos. Porque el poeta puede escuchar el gemido del hombre...





¿Por qué tantas arengas por la paz? Porque Gloria sabía de guerras, y mucho. Sabía que "las bombas no tienen ojos /y caen en la guardería". Que "En Madrid llovía metralla / llovían muertos". Que "Por tierras de Teruel /se quedaron helados. /El Ebro sabe mucho /de muchachos ahogados". Que "Todas las banderas huelen a proyectiles, /a heridas. /Todas las banderas huelen a sangre /de hombre joven...". Que "Una atómica /por reacción de odio en cadena /surgió en 1942 /y aún continúa...". Pero, paradojas del amor, a los jóvenes les lanza un mensaje: "Y no odiar al amigo /y menos al enemigo".

La poeta intuye que es profeta en medio del pueblo. Tiene el deber de exhortar y denunciar y anunciar restauraciones. Porque el poeta tiene la palabra, la mejor arma para cambiar los tiempos, y traer luz donde solo hay oscuridad. Hace reverdecer el tronco seco, crecer el ciprés en el lugar del espino. Por lo tanto, no puede ser esclavo; ya lo dice Gloria: "Mi espíritu revolucionario rebelde / no puede pertenecer a ningún 'partido', / pertenece a un entero / a la entera humanidad presente y futura". Le importan los mayores, los menores, de Madrid o de Colombia. O los del Cuarto Mundo. Porque no era una poeta localista sino universal.





Y no puede quedarse callada de versos, cuando tiene tatuada en la frente una Observación Universal: "La sordera de los santos me desboca, / el misterio de los malos me alucina, / la parsimonia indiferente de los médicos/ me llena de cólera salubre...". Y sigue escribiendo: "No quedaros con los brazos cruzados, / siempre podemos hacer algo. / Con los brazos cruzados / ya quietos en la caja / no podremos hacer nada".

Y es ese hilo conductor que descubrimos al inicio de estas impresiones, el que sigue guiando a la poeta para que no se desvíe ni a izquierda ni a derecha, sino que prosiga a la meta que perdura. Y continúe tejiendo palabras para ella, pero con la intención de llegar al otro, al que está próximo, prójimo. Y así, tejiendo y destejiendo mitiga la espera como una Penélope reforzada por una fe insobornable que mulle su lecho mientras llega El día en que se implante la paz:

El día que se implante la Paz,

sobre la Tierra

caerá una nevada tenaz

y duradera.

Todo será blanco

de miradas en fiesta,

los copos serán grandes

como sábanas cameras.

En aquella nevada,

Dios soltará sus banderas

y Cristo,

será feliz por vez primera.

Su poética no solo quiere mostrar las realidades del presente, sino que indica que tenemos esperanza de llegar un día a buen puerto, y esto para consuelo de los que se dignan a leer sus versos, pues seguro que ella ya había oído palabras milenarias que decían que esa esperanza es segura y firme ancla del alma. De ahí esa seguridad de un nuevo regreso de ese Cristo que volverá feliz para acabar con la espera que a veces se hace larga con el paso de los días.

La poeta no se cansa de hacer el bien pues sabía que a su tiempo cosecharía; sabía que su trabajo no sería en vano. Intentaba que su obra creciera y creciera sin desmayar, dando las primicias de todo lo que iba percibiendo mientras usufructuaba su parte a su paso por este mundo, donde iba como peregrina que ansía llegar a la meta del descanso.

Cuando "caerá una nevada tenaz y duradera", dice. Toda blanca, sin mancha, garantizada su pureza y su verdad. Ya no habrá llanto ni crujir de dientes. Sólo un coro de distintos colores que a una entonarán la canción de la unidad. Y volarán las palomas en son de paz. Y todos serán miembros del mismo Cuerpo, que es el lugar donde se produce la reconciliación y por ende la paz... para la nueva humanidad.

Como dijo otro poeta que fue mártir allá en la Alemania en 1937: "... El seguidor de Jesús está llamado a la paz... Con esto renuncia a la fuerza y a la rebelión ... Su Reino es un reino de paz ... Los discípulos de Cristo mantienen la paz, prefiriendo sufrir a ocasionar dolor a otro, conservan la comunidad cuando otro la rompe, renuncian a imponerse y soportan en silencio el odio y la injusticia...".

Pero sabe que si calla el mal continuará, y no debe dejar de recitar su "Receta de cocina para los días de hambre: Se lavan bien los pies, las mondas de patatas, / se añade media cebolla / se pone a cocer en la olla / y se sirve con una rodaja de limón. / Se cena con miedo a que caiga un obús / y así tres años".

Y así segura lo dijo de una vez por siempre: "Aunque no nos movamos / nos vamos acercando / vertiginosamente al Desconocido / o bien el Desconocido / se acerca constantemente a nuestro aliento".

Esta poeta universal tendrá su nombre escrito en las estrellas a pesar de que alguno por equivocación, que no por ignorancia, quisiera encasillarla en el rubro dedicado a poetas para el entretenimiento, y así minimizarla. No, Gloria era como un grano de mostaza que se extendió a su paso por el cosmos, el mundo. Formando parte de ese Reino que se había acercado, donde los importantes son los niños, modelo de lo que hay que ser para poder entrar en él.

Porque tiene a alguien poderoso detrás, o delante, a Dios. Y lo dijo con un portazo en la entrevista arriba citada: "Dios no es una esperanza, es una realidad para las personas que tenemos la gran suerte de tener fe. Yo lo siento. A lo mejor no lo comprendo del todo, pero lo siento y eso ya es mucho".

Sirvan estas pinceladas sobre la espiritualidad en la poesía de Gloria Fuertes para que otros se adentren con mayor profundidad en su obra.

Nota: Salvo los poemas Un hombre pregunta... y Oración, todos los textos han sido tomados del libro Mujer de verso en pecho (Cátedra, 1996. Con prólogo de Francisco Nieva).





Jacqueline Alencar

lunes, junio 30, 2025

DURÁN Y LLEIDA - JULIÁ ALVARO (POST en X)

Era presentado como político  ejemplar, o así lo percibía yo, cuando se hablaba de él en entornos de instituciones católicas como la Fundación Pablo VI. Es razonable en tanto en cuanto se alejó de las disparatadas ideas del soberanismo (aquí), ¿pero es tan ejemplar?



jueves, junio 26, 2025

Rafa Pascual , El Corpus y la multiplicación de los panes (Corpus C)




  
Fraude The Chosen 
Eugenio Rodríguez

Mi opinión personal de la famosa serie The Chosen ha extrañado a las personas con las que comento estas cosas. A mí no me gusta. Creo que tergiversa la verdadera realidad bajo la apariencia de la fidelidad al texto.

Entiendo que "guste" porque el personaje es imponente: un Dios que quiere ser amigo, además de ser hermano, que dice y hace cosas tan nuevas es algo conmovedor.

Además hay elementos cinematográficos que pueden estar muy bien.

Pero si no responde bien a lo que verdaderamente pasó no ganamos nada. Si, además, esa lectura mágica aleja a muchos de Jesús creo que no nos tiene cuenta. 

La explicación de Rafa Pascual (audio en esta misma entrada) me parece mucho más acertada.

Este es el episodio:

 
Y aqui un fragmento del comentario de José Luis Guerra (comenta cada semana en Facebook como  Parroquia de San Francisco de Asís - Las Palmas de Gran Canaria

José Luis Guerra
Corpus Christi, a la luz del Evangelio (C) (Lucas 9, 11b-17)

Celebramos este domingo, el Corpus Christi, la fiesta de la vida: De la vida entregada, del cuerpo y de la sangre, entregado y derramada por nosotros. Participar del Cuerpo y de la Sangre de Cristo no tiene otra finalidad. Decía San León Magno – y así lo recoge la liturgia en sus formularios – que “cuando comulgamos en la Misa nos transformamos en aquello que recibimos”. Dios se hace presente en nosotros: Mi corazón lo absorbe y Él absorbe mi corazón…Nos convertimos en una sola cosa…El hombre, decía alguien, es la única criatura que lleva a Dios en su sangre. Llevamos en nosotros, lo decíamos el pasado domingo, un cromosoma divino.

Jesús hablaba a la gente del Reino de Dios y curaba a cuantos necesitaban sanación. Hablaba del Reino y anunciaba que el Reino de Dios estaba cerca y lo hacía con amor. Pasaba e iba curando la vida.El evangelio está repleto de milagros. Jesús toca la carne de los pobres y la carne se cura; toca los ojos del ciego y aquellos ojos muertos se llenan de luz; manda levantarse al paralítico y este se alza y baila por los caminos de Galilea con su camilla al hombro…Todo eso, todos esos milagros, se convierten en signos, en una especie de laboratorio, de adelanto, de ese Reino que predica…Esos milagros que realiza Jesús y la alegría que producen, esa sanación que se produce a su paso, es la puesta en escena de ese mundo nuevo que Jesús anuncia, liberado, sanado.

Y aquellos hombres y mujeres que le siguen se sienten seducidos por el sueño de un mundo nuevo, que ven cómo se hace realidad con Cristo…Y esto les seduce de tal modo que hasta se olvidan de comer…Por eso, los apóstoles se ven en la necesidad de intervenir: “Despídelos, dentro de poco caerá la noche y estamos lejos, estamos en un descampado sin posibilidad alguna para acoger a esta gente”. Se preocupan de la gente, pero adoptan la solución más mezquina: “Despídelos”. Pero Jesús no ha rechazado jamás a nadie, nunca ha despedido a nadie. Y da un primer paso hacia el milagro de los panes que más que “multiplicación” habría que llamar “división”. Jesús improvisa una solución al problema, que pasa por compartir, por la implicación personal en la solución de las dificultades: “Denles ustedes de comer”. “Den”, un verbo simple, práctico: DAR.

En el evangelio el verbo AMAR se traduce siempre por otro verbo concreto, activo, de manos: DAR. “Dios ha amado tanto al mundo que le dio a su Hijo…No hay amor más grande que dar la vida por los amigos…” Los apóstoles, sin embargo, no están en condiciones de solucionar el problema: No tienen sino cinco panes y dos peces…Un pan para cada mil personas…Es ridículo, no soluciona nada. Pero la sorpresa estalla en aquella tarde: un poco de pan, compartido, que pasa de mano en mano, que circula, resulta suficiente, porque sólo se podrá poner fin al hambre, no cuando cada uno se coma su propio pan, sino cuando dividamos, compartamos lo que cada uno tiene, cuando en lugar de acumular hagamos circular lo que tenemos: dos peces, un vaso de agua, aceite y vino sobre las heridas del otro, un poco de tiempo…En definitiva, cuando compartamos de verdad “La vida se multiplica cuando se da.” Todos comieron hasta saciarse. Ese “todos” es importante. En aquel descampado había niños, mujeres y hombres. Santos y pecadores, hombres honestos y hombres de doble vida, hombres escrupulosamente religiosos y muchos otros que quizás vivían al margen… Y “todos” comieron hasta saciarse…Nadie es excluido…