
carmelitas descalzos de Salamanca
El blog del padre Eduardo Sanz de Miguel: El Pastorcico de san Juan de la Cruz
San Juan de la Cruz tiene un bellísimo poema titulado "El Pastorcico", que habla de Jesús Buen Pastor.
En esta poesía, Jesucristo es presentado como un gran rey, que se enamora de una pequeña pastora (tú, yo, cada ser humano). Por amor a ella, deja su patria, sus riquezas, sus seguridades, y se hace él mismo un pobre pastor, como ella, para compartir su vida y enamorarla.
Ella le manifiesta su amor y se desposan, pero la pastora no termina de ser fiel. Una y otra vez regresa a sus antiguos amores. El pastor no la fuerza a quedarse con él, ya que respeta su libertad y, si no hay libertad, tampoco hay amor verdadero.
Este es un tema desarrollado por los profetas bíblicos, a partir de Oseas, que presentan a Dios como un esposo paciente y fiel y a su pueblo como una esposa que lo abandona y traiciona. Él sufre en silencio, porque no puede dejar de amar a esa esposa ingrata.
También aparecen estas ideas en muchos poemas de amor antiguos. De hecho, este poema es recreación de otro poema anterior, que cantaba el amor entre un pastor y su amada, aunque san Juan de la Cruz lo vuelve "a lo divino".
Al pastor no le importan las penas que le causa el amor: la pobreza, las incomodidades, los sufrimientos o la misma muerte. Sus verdaderos sufrimientos son provocados por el rechazo de aquella que tanto ama.
Sin dejar de pensar en ella, se deja morir de amor. Por eso extiende sus brazos en el árbol de la cruz, entregando voluntariamente su vida por su amada.
Que este texto nos haga reflexionar y suscite en nosotros amor y agradecimiento hacia el Pastor que nos ama “hasta el extremo” (Jn 13,1).
Un Pastorcico, solo, está penado
ajeno de placer y de contento,
y en su pastora ha puesto el pensamiento,
el pecho, del amor, muy lastimado.
No llora por haberle amor llagado,
que no le pena verse así afligido
-aunque en el corazón está herido-
más llora por pensar que está olvidado.
Que solo de pensar que está olvidado
de su bella pastora, con gran pena
se deja maltratar en tierra ajena,
el pecho del amor muy lastimado.
Y dice el Pastorcico: "¡Ay, desdichado
de aquel que de mi amor ha hecho ausencia
y no quiere gozar la mi presencia!"
Y el pecho, por su amor, muy lastimado.
Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado
sobre un árbol, do abrió sus brazos bellos,
y muerto se ha quedado, asido dellos,
el pecho, del amor, muy lastimado.
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Recomendamos el blog de Eduardo Sanz
por ejemplo explica un libro que recomendó León XIV
En su viaje de regreso desde El Líbano, el papa sorprendió al recomendar un libro que ayuda a comprender su espiritualidad: “La práctica de la presencia de Dios”, del hermano Lorenzo de la Resurrección, carmelita descalzo francés del siglo XVII. El pontífice remite a un fraile cocinero que, entre fogones y tareas humildes, descubrió una vía de unión con Dios tan profunda como accesible a todos.
Durante décadas, el hermano Lorenzo trabajó elaborando sandalias y cocinando para su comunidad y para los pobres. En la rutina de esa vida sencilla maduró una de las propuestas espirituales más luminosas de la tradición cristiana. Sus “Cartas” y “Máximas espirituales” no son un tratado, sino el testimonio de quien aprendió a vivir recordando que Dios está siempre presente y que basta una mirada interior para acogerlo.
Su mensaje es claro: la alegría nace de una conversación continua con Dios, cultivada en medio de las ocupaciones ordinarias. Como enseñaba santa Teresa de Jesús, también “entre los pucheros” se encuentra al Señor, que sostiene y alienta nuestras actividades.
Su enseñanza sigue viva, porque en una cocina, en un avión o en las tareas cotidianas, la cercanía de Dios puede volverse sorprendentemente palpable. El Hermano Lorenzo recuerda que la vida espiritual consiste en dejarnos poseer por Dios y mantener con él un trato amoroso, que transforma todo. Quien lo practica descubre una alegría incomparable. E.S.M.
Quien quiera profundizar en su mensaje, puede hacer un click sobre esta entrada (aqui) que le dediqué en el blog hace unos años.
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