lunes, abril 08, 2013

No queremos que nuestro hijo lo sepa

En casa tanto mi marido como yo, nos hemos quedado en el paro. Hemos pasado de vivir una situación acomodada, con un cierto nivel de vida, a un momento muy preocupante y lleno de incertidumbre. Tenemos un hijo de 11 años y no sabe nada. Le hemos dicho que papá sigue trabajando y que yo lo hago desde casa. No queremos que se entere de la situación para no preocuparle y, en la medida de lo posible, le mantendremos su nivel de bienestar, mientras podamos.  
En esta entrada voy a exponerles  mi opinión sobre esta forma de actuar: ocultar a los hijos los problemas de la familia.
EN QUÉ CONSISTE
Es una realidad muy extendida entre las familias que consiste en ocultar a los hijos situaciones problemáticas que están viviendo, para que parezca que no hay problemas y que todo es maravilloso.
He puesto como ejemplo el problema económico del desempleo, pero también ocurre con enfermedades graves o procesos de separación de la pareja. La actitud es clara: nuestro hijo no se puede enterar.
POR QUÉ ACTÚAN ASÍ LAS FAMILIAS
Considero que los padres están dispuestos a disimular y sacrificarse con la mejor de las intenciones y en los múltiples casos que conozco, las razones de actuar así suelen las que expongo a continuación.
1. Evitar sufrimiento y preocupación
La primera razón suele ser una actitud de sobreprotección: evitar que los hijos se preocupen y sufran como lo están haciendo los padres. En ocasiones, se evita el sufrimiento sin más motivo, otras veces, para que no les distraiga de sus estudios.
2. Mantener los “Mundos de Yupi”
Desde el nacimiento, los padres se empeñan en que sus hijos vivan de manera permanente y si es posible, de por vida, en los Mundos de Yupi; es decir, en un mundo maravilloso y de color, donde todo es felicidad, disfrute y placer; donde no existen contratiempos, preocupaciones, dolor, ni esfuerzo por conseguir nada.
Los “Mundos de Yupi” son una gran mentira que los padres se empeñan en mantener a toda costa. Porque en la vida, hay “cuestas arriba”, “días de niebla”, preocupaciones… y esfuerzo.
Hablar de la enfermedad de papá o de mamá o de que tenemos problemas económicos y ya no podemos vivir como antes, supone desvanecer la gran mentira y eso, piensan los padres, es algo que sus hijos no soportarían.
CONSECUENCIAS
El asunto es grave porque tiene consecuencias en el desarrollo de los niños y porque provoca, como vamos a ver, un efecto boomerang que se volverá contra ellos mismos.
1. Visión falsa de la realidad
Lo primero es que los padres están engañando a sus hijos: les están contando una gran mentira. Les  están dando una visión falsa de la realidad: las cosas no están así.
A veces los padres se quejan de que sus hijos son egoístas, de que no tienen consideración, pero se olvidan de que sus hijos no saben la verdad si les decimos que “esto es Jauja”, ellos viven como ciudadanos de esa ciudad.
2. De los problemas no se habla
Una de las consecuencias más importantes es que los padres enseñan a sus hijos una regla de oro: “entre nosotros, no hablamos de problemas porque nos hacemos daño”.
Si los Padres no comparten las situaciones difíciles, no se extrañen de que más tarde, sus hijos tampoco hablen con ellos de  lo problemas que tengan. Tampoco los hijos quieren hacer sufrir a sus padres.
Desde mi experiencia es una de las consecuencias que más cala en los hijos: aprenden que los tema problemáticos se abordan con amigos o conocidos, pero nunca en casa.
3. Personas débiles
Otra de las consecuencias de esta actitud es que finalmente no construimos un aspecto  muy importante de la inteligencia emocional de los niños: la fortaleza, entendida como capacidad para poder afrontar las vicisitudes de cada día.
Simplemente hacemos personas débiles, con una capacidad de tolerar frustraciones cada vez menor.
MI POSICIÓN
Mi opinión en este aspecto es muy clara y la expongo a continuación.
1. Informar y compartir
Hay que compartir e informar en familia de las diferentes situaciones que se están viviendo, también de las situaciones problemáticas.
Habrá ocasiones en las que no haya que dar demasiado detalles, pero estoy en contra de hacerles vivir en los Mundo de Disney: la vida es maravillosa, pero el sufrimiento y los problemas forman parte de ella.
En el ejemplo inicial, se trata de reunirse en familia y exponer el problema: papá y mamá se han quedado sin trabajo, mientras buscamos y encontramos, tendremos que ajustarnos a esta nueva situación.
Además, considero esto se debe hacer desde que son bien pequeños y tienen una mínima capacidad  para comprender.
2. Explicar las consecuencias
Además de exponer la situación hay que explicarles las consecuencias que conlleva. En el tema económico, por ejemplo, supone que todos nos tenemos que “apretar el cinturón”.
Hay que ser honestos y delicados en este aspecto, sobre todo evitando reproches continuos y culpabilidades. La situación ha cambiado y tenemos que colaborar cada uno a su manera.
3. Comprensión
La gran mayoría de los niños y niñas, cuando se les ha explicado la realidad y las consecuencias, se suelen mostrar muy comprensivos y colaboradores con la situación. Casi todos los padres comentan que se sorprenden de la reacción de sus hijos.
4. Unión
Cuando se comparten en familia estas experiencias y vicisitudes, se produce en la familia más cohesión, se cooperación y se estrechan los lazos.
5. Aprendizaje
Es una forma muy concreta de enseñarles que los problemas se sobrellevan mejor cuando se comparten con las personas que queremos especialmente.
Estos hijos no tendrán inconveniente en compartir con sus padres sus propias preocupaciones.
6. Fortaleza
Por último, contribuiremos hacer a nuestros hijos más fuertes y a ponerlos en disposición de afrontar los problemas de la vida con energía y determinación.
¿Y vosotros qué opináis?