Espantada por el grado de adulación a los poderosos que estamos alcanzando mundialmente, vuelvo a la comedia “Miles gloriosus”, donde Plauto borda la sátira del vanidoso. El protagonista, Pirgopolinices, es un rico fanfarrón que presume de sus éxitos, victorias y conquistas con ridícula egolatría. Se cree un triunfador cuando en realidad es el hazmerreír de todos. El parásito Artótrogo, sin ingresos ni trabajo, lo elogia hiperbólicamente para que, a cambio de sus alabanzas exageradas, Pirgopolinoces lo invite a cenar todas las noches y le llene el estómago. Esta parodia tiene más de 2.000 años de antigüedad:
Artótrogo: Ni el propio dios Marte se atrevería a comparar sus proezas con las tuyas.
Pirgopolinices: ¿No le salvé la vida a ese tal Marte?
Artótrogo: Eso no es nada en comparación con tus otras hazañas. ¿Te acuerdas cómo en la India le rompiste la pata a un elefante de un puñetazo?
Pirgopolinoces: Y eso que lo golpeé con desgana.
Artótrogo: ¡Naturalmente! Si llegas a poner toda tu fuerza, tu brazo le hubiera atravesado la piel, el vientre y hasta la mandíbula a ese elefante.
Pirgopolinices: ¿Qué iba a decir?
Artótrogo: Sé lo que ibas a decir: es la pura verdad, lo recuerdo perfectamente.
Pirgopolinices: ¿Y qué era?
Artótrogo: ¡Fuera lo que fuera, da igual!
Pirgopolinices: ¿Te acuerdas por casualidad…?
Artótrogo: Claro que me acuerdo. Venciste a ciento cincuenta soldados en Cilicia, cien en Escilolatronia, acabaste con treinta sardos y sesenta macedonios. A todos esos hombres mataste tú en un solo día.
Pirgopolinices: ¿Cuántos suman en total?
Artótrogo: Siete mil.
Plauto, Miles gloriosus, traducción del latín de José Román Bravo
Artótrogo: Ni el propio dios Marte se atrevería a comparar sus proezas con las tuyas.
Pirgopolinices: ¿No le salvé la vida a ese tal Marte?
Artótrogo: Eso no es nada en comparación con tus otras hazañas. ¿Te acuerdas cómo en la India le rompiste la pata a un elefante de un puñetazo?
Pirgopolinoces: Y eso que lo golpeé con desgana.
Artótrogo: ¡Naturalmente! Si llegas a poner toda tu fuerza, tu brazo le hubiera atravesado la piel, el vientre y hasta la mandíbula a ese elefante.
Pirgopolinices: ¿Qué iba a decir?
Artótrogo: Sé lo que ibas a decir: es la pura verdad, lo recuerdo perfectamente.
Pirgopolinices: ¿Y qué era?
Artótrogo: ¡Fuera lo que fuera, da igual!
Pirgopolinices: ¿Te acuerdas por casualidad…?
Artótrogo: Claro que me acuerdo. Venciste a ciento cincuenta soldados en Cilicia, cien en Escilolatronia, acabaste con treinta sardos y sesenta macedonios. A todos esos hombres mataste tú en un solo día.
Pirgopolinices: ¿Cuántos suman en total?
Artótrogo: Siete mil.
Plauto, Miles gloriosus, traducción del latín de José Román Bravo