martes, octubre 28, 2025

EL FARISEO Y EL PUBLICANO ORDINARIO C XXX


A DIOS NO LE GUSTA
LA GENTE "PERFECTA"
(Lc. 18,9-14)
Como este fariseo de la Parábola que inflado, satisfecho y seguro de sí mismo... desprecia y juzga duramente a los demás calificándolos de ladrones, mentirosos y adulteros ... y llegando a atribuirles una elaborada y exhaustiva lista de defectos.
Este es un hombre arrogante que disfruta mirando a los demás por encima del hombro y que sube al templo, no a pedir ayuda, sino a pasarle factura a Dios por sus buenas obras que, eso sí, él solo reduce a dos:
- pagar los impuestos religiosos y - cumplir con la ley del ayuno...
mientras que se olvida de practicar lo más importante:
- el amor y
- la misericordia.
Este es un hombre que, cuando reza, no habla con Dios, ni escucha a Dios... solo habla y se escucha a sí mismo, bajo el frágil paraguas de su "ego".
Y, frente a la actitud engreída de este fariseo tan estirado, aparece la figura de un publicano que ni siquiera se atreve a levantar los ojos al cielo porque se considera un pobre pecador, necesitado de ayuda.
Este es un hombre humilde, insatisfecho de sí mismo, que no se considera superior a los demás... ni se ve capaz de juzgar, ni despreciar a nadie...
Por eso se dirige a Dios diciendo:
"Compadecete de mi, Señor, que soy un pecador".
De este relato se pueden deducir varias cosas importantes:
- Que a Dios no le gusta la gente engreida, sino la gente sincera y sin dobleces, que sabe pedir perdón de sus errores, con un corazón arrepentido, y que se esfuerza por superarse, cada día.
- Que Dios no es como nosotros, que, solemos vivir y nos dejamos llevar por apariencias...
Él no se deja engañar y nos quiere siempre como somos... aunque, a veces, arrastremos una vida bastante rota y distorsionada.
- Que para Dios, lo importante no son las cosas que hacemos o dejamos de hacer, sino nuestras actitudes profundas... aquello que nos brota del fondo del corazón... nuestros deseos y nuestras intenciones más hondas... que es, en definitiva, lo que da valor a nuestros actos...
Porque es precisamente ahí, en el trasfondo más profundo de nuestro ser y en el santuario de nuestro corazón, donde nos encontramos cara a cara con Dios.
Y es ahí donde Él nos mira y nos descubre:
- humildes o soberbios,
- justos o injustos,
- acogedores o distantes,
- misericordiosos o arrogantes...
El relato evangélico termina diciendo que estos dos hombres, después de estar en el templo, volvieron a casa...
Pero solo uno de ellos se fue justificado y en paz consigo mismo...
¿Cuál de ellos?
No el fariseo hipócrita y arrogante, tan seguro de sí mismo que despreciaba a los demás...
Sino el publicano humilde que supo hacerse cargo de la falsedad de su vida, sin tener que ofender ni despreciar a nadie...
¡Aprendamos pues, la gran lección de Jesús picapedrero que nos muestra hoy, el verdadero camino de la grandeza humana!
Manuel Velazquez Martín.

Rafa Pascual: Orar siempre (C ORDINARIO XXIX)

sábado, octubre 25, 2025

Perdedores de largo recorrido: incombustibles e indomables.

Hace muchos años comencé a dar a conocer en mi ambiente, en este blog y en canariassolidaria.blogspot.com, las entrevistas que yo mismo hacía en la entonces Radio Tamaraceite al Dr. Juan Gérvas. 
Me lo había dado a conocer hacia años un estudiante de Farmacia, Óscar Quintela, después profesional de buen nivel y hoy también profesor de universidad.  Más tarde fui sabiendo de su nivel científico y del de su mujer, Mercedes Pérez-Fernández. 
Con el tiempo fui viendo que eran una de tantas parejas tremendamente fecundas. A ellos les parecerá exagerado que me recuerdan a Pierre y Marie Curie, pero también a tantos seres humanos que hacen del matrimonio una aventura de amarse más cada día, lo cual solo es posible si cada día entra un poco más la familia humana en esa relación esponsal, cada día un poco más los más pobres, cada dia un poco más las estructuras sociales que determinan las vidas de todos.
 He ido experimentando la ternura que cultivan, una ternura combativa. Entre otras muchas cosas admiro en ellos su equilibrio en el uso del tiempo. Salir al campo, estudiar a fondo, atender a otros... tantas cosas. 
Recientemente pudimos echarnos un rato de gratísima charla y hasta me explicaron arte modernista de Madrid. Después nos fuimos a la charla que venían a dar al Ateneo de Madrid. Como siempre "sine pecunia" y pagándose el viaje. Y lo mejor, llevando (como hacían en la consulta) flores para hacer un poco más llevaderos los problema de la vida.
Os dejo un texto suyo que habla de ellos y de algo muy importante para todos, la constancia en la solidaridad. Aquí nos abren su corazón, su pensamiento, sus manos...
Eugenio A. Rodríguez


Juan Gérvas, Doctor en Medicina, médico general rural jubilado, Equipo CESCA, Madrid España, exprofesor de salud pública, Universidad Johns Hopkins, Baltimore, Estados Unidos.
Mercedes Pérez-Fernández, especialista en Medicina Interna y médica rural jubilada, Equipo CESCA, Madrid, España.
jjgervas@gmail.com mpf1945@gmail.com www.equipocesca.org @JuanGrvas

A estudiantes, residentes, profesionales y legos relacionados con el mundo de la enfermedad y la salud

A ti, que dudas:

A veces, muchas veces, tendrás ganas de abandonarte, de apartarte del camino, de decir “no puedo más y aquí me quedo”.

Son muchos los que lo sienten, y muchos los que lo transforman en hechos y dejan el camino en que tantos los necesitan; abandonan, desertan, no pueden más y lo dejan con la sensación de que es inútil resistir (de que no sirve de nada denunciar y que el único camino es renunciar).

O peor, permanecen y se transforman en cínicos que ya nada intentan, que todo lo aceptan, y que en su caminar sin ilusión contagian a quienes resisten sabiendo que el camino es largo y que tenemos que ser corredores de fondo.

De hecho, tenemos que aceptar tantas derrotas, tantos fracasos en lo personal y profesional, que acabamos siendo perdedores de fondo, de largo recorrido.

Perdedores sí, pero no agotados. Perdedores sí, pero no domados.

Sin cejar puesto que sabemos que la virtud revolucionaria es la constancia. Así que perdedores, sí, pero incombustibles e indomables en pos de un utopía que nos mueve.

Ya sabemos que la utopía es como la Osa Mayor, que nos ayuda a orientarnos y a localizar la Estrella Polar, y con ello a encontrar la ruta a seguir guiándonos por nuestro compromiso ético, profesional y social con los marginados, sabiendo que no callar es mantener la esperanza y que la desesperanza en una forma de deslealtad (que dijo Gabriel Marcel).

La derrota no vuelve injusta una causa, al contrario debería enardecernos para continuar por aquello de "estamos en derrota, que no en doma".

«Pienso que es necesario educar a las nuevas generaciones en el valor de la derrota. En manejarse en ella. En la humanidad que de ella emerge. En... que se puede fracasar y volver a empezar sin que el valor y la dignidad se vean afectados" que escribió Pier Paolo Pasolini.

Vivir es una alegría, y un sinvivir

Hemos sido nacidos y eso nos da la oportunidad de disfrutar de la vida pero por más empeño que pongamos en ello hay casi de continuo pequeños y grandes inconvenientes que hacen difícil vivir.

Tener salud es justo eso, disfrutar de la vida pese a sus inconvenientes. Es experimentar el gozo del vivir diario pese a las inevitables adversidades. Es ser capaz, incluso, de un morir saludable por entender que la vida es enfermedad mortal que tiene siempre un final.

Cabe encontrar un resquicio que ayude incluso en las más tremendas circunstancias, como en el dolor insondable de la enfermedad mental grave, en el encarcelamiento arbitrario en celda de aislamiento o en el lento pasar de los días estando tetrapléjico.

Si es difícil en esas situaciones también lo es cuando todo está en contra de lo que parece lógico y prudente, de forma que se logra que quienes estudian medicina suelan perder la empatía con el paciente en el tercer año de facultad. O que médicos honrados acaben implantando prótesis de cadera por intereses monetarios. O que la población siga los dictados de los medios que promueven una medicina sin ética ni solidaridad basada en una ciencia sin fundamento, por ejemplo promoviendo la teoría del colesterol en cardiovascular, el uso indiscriminado de los “protectores del estómago”, el consumo de psicofármacos y ocultando los graves problemas de vacunas como las de la covid, gripe, herpes zoster y papiloma.

Determinantes ambientales y sociales

Entre los inconvenientes del vivir podemos destacar los determinantes ambientales y sociales cuando son adversos. Son esas circunstancias deplorables en que algunos nacen, viven y mueren, incluyendo un sistema sanitario público de cobertura universal que funciona mal, si existe. Son las “condiciones” de vida, que no “estilos” de vida.

El primer determinante social, y determinante para el resto de la vida, es el útero materno, donde se pasan 9 meses clave, con una tormenta genética que activa/desactiva genes en un proceso que conocemos mal. Este determinante, la estancia intrútero, conlleva un importante impacto de condiciones vitales maternas directas y epigenéticas que también conocemos mal. Es la pobreza, la nutrición, los medicamentos, las carencias y privaciones, la violencia, las enfermedades crónicas, la inseguridad, las infecciones, etc de la madre. La pobreza intraútero prolongada en la primera infancia explica la "condena" vital de la pobreza, especialmente en países como España en que está averiado/roto el "ascensor social" y naces pobre y vives pobre (y enfermo) y mueres pobre.

Los problemas de salud de los pobres son pegajosos en el sentido de que duran mucho, se complican frecuentemente y se mezclan fácilmente con otros problemas de salud y ambientales y sociales como la escasa y deficiente educación formal, las malas condiciones de las viviendas y los trabajos duros, insalubres y mal pagados.

Un sistema sanitario público de cobertura universal que funciona mal

Lo que añade dureza, además, es un sistema sanitario público de cobertura universal cuyos profesionales estén “quemados” y lo demuestren con un trabajo de mala calidad de cumplimiento de normas, guías y protocolos sin fundamento científico.

“¡Chica! No hay nada que hacer. Si queremos incentivos, no dejes de teclear donde conviene”.
“Yo no entiendo, pero si está en la guía es que funciona, ¿no?”.
“No hay suplentes este verano. Si queréis tener vacaciones, os suplís vosotros mismos”.
“En las prácticas, en el hospital, me siento como si fuera un cactus, no una estudiante. ¡Ni me presentan a los pacientes!”
“Se ha caído el techo del quirófano. ¡Menos mal que no había cirugía en ese momento...!
“He firmado 92 contratos en seis meses. Por supuesto, los fines de semana ni me los pagan ni cotizo”.
“Son cinco guardias al mes de 24 horas. Hay momentos de agobio tal que gritaría. A veces, de madrugada, ya no sé ni dónde estoy”.
“En este servicio cambiamos de pacientes cada semana, que es muy duro ver hasta morir a los pacientes oncológicos”.
”Soy R-1 y firmo ilegalmente altas. Me puedo quejar, claro, pero ya sabemos las consecuencias...”
“Las mujeres están crecidas, cada vez exigen más en el parto. ¡Ahora quieren elegir hasta la posición para parir...!”
“Insisten en que nada de medicamentos de marca, que todo genéricos, pero no hay comparación”.
“Son abusuarios sin más. No son pacientes, se han acostumbrado a exigir y pedir con insolencia, no hay manera”.
“¿La vacuna de la gripe? ¡Pues claro, en la campaña ya sabes de rutina lo que hay que hacer, sin pensar! Mejor con la vacuna de la covid al tiempo. ¡Y están los incentivos...!”.
“La ética será muy importante, pero a mí los laboratorios me pagan bien y no voy a decirle a cada paciente lo que me supone su inclusión en el ensayo clínico”.
“Con los recortes es imposible pagar la hipoteca, y los gastos escolares, así que trabajo en la privada por las tardes”.
“Es lo que hay, hoy aquí y mañana allí, prestando una atención de socorro”.
“Yo de conflictos de intereses no entiendo, pero voy a los congresos y formación continuada de las industrias, que siempre aprendes algo, además de pasártelo muy bien”.
Etc.

Al final hay una mayoría de profesionales que sacan el trabajo adelante por vocación o haciendo de tripas corazón. Pero el sistema sanitario público de cobertura universal se va degradando y empobreciendo, cada vez más, convertido en una beneficencia para pobres.

Los miembros de las clases alta y media rechazan ser tratados como “la gente” y contratan servicios privados, que además se descuentan en la declaración de la renta (y al final pagamos todos, pues).

Los funcionarios, de jueces a militares y de profesores a administrativos, también escapan del sistema sanitario público de cobertura universal con sus MUFACE y Cía, que les permiten el acceso directo a especialistas y hospitales privados (pagado con dinero público, el de todos).

Perdedores de largo recorrido, bien acompañados, alegres y sin caer en el cinismo

La sensación es de abandono del compromiso, de la dignidad, de la ética, de la profesionalidad, de la solidaridad y de la ternura. La sensación es de fracaso, de haber perdido todas las batallas, de haber querido cambiar todo y no haberlo logrado en ningún caso.

Y es cierto, somos perdedores natos. Pero si creemos que ya no vale la pena entonces habremos perdido para siempre y todo.

Además, por ejemplo, uno descubre que el médico de Chauchina, un pueblo de Granada, le planta cara a la Gerente y le dice por lo fino que es una inútil y que es incapaz siquiera de organizar las suplencias y las vacaciones. Que no cuente con él como esquirol para ver pacientes “según surjan”, de los que no saben quien es su médico ese día/temporada. La falta de continuidad asistencial hace imposible la longitudinalidad, y conlleva muertes. Pablo Simón planta cara por escrito y sin miedo.
https://drive.google.com/file/d/1zYETAhdA-dZ_sHMui330mRLgK-ygfdou/view
¿Lo vamos a dejar solo?

¿Vamos a dejar solos a…?

¿Vamos a dejar solos a Carlos Navarro, Cristina Barrios y sus compañeros de los vídeos de “1cada8horas”, o “los folloneros de la Atención Primaria”?
¿Vamos a dejar solos a Carlos Ponte, Abel Novoa, Roberto Sánchez y toda la gente de NoGracias?
¿Vamos a dejar sola a Mónica Lalanda, la valiente de Segovia, ahora en Valladolid, con su Medicina Gráfica?
¿A los de Psiquiatría Delirante de Valladolid?
¿A Juan Simó y su “salud, dinero y atención primaria” de Pamplona?
¿A la Asociación Internacional de Estudiantes de Medicina con su proyecto Farmacríticxs?
¿A Segio Minué y su “Gerente de Mediado” de Granada?
¿A la Asociación Madrileña de Salud Mental?
¿A la Asociación Española de Neuropsiquiatría?
¿A Raúl Calvo, su “medicina en la cabecera”, de Camarenilla y Arcicollar, Toledo y su compromiso en el Colegio de Médicos?
¿A Roberto Sánchez y sus variaciones clínicas y filosóficas?
¿A la Red Española de Atención Primaria?
¿A los de SanidadDesnutrida?
¿A las mujeres de “El parto es nuestro” y de “Doña Llum”?
¿A Teresa Escudero de “Pediatría con apego”?
¿A Amaia Vispe y José Valdecasas, de “Postsquiatría”, de Canarias?
¿A residentes y resistentes de “La Cabecera”, “La Capçalera”
¿A Salvador Casado en su consulta y su bitácora?
¿A “bastayamálaga”, de Málaga, claro?
¿A los juristas y profesionales de la salud de Osabideak?
¿A los de Salud por Derecho?
¿A los de “Salud en el Gancho” de Zaragoza, y otros movimientos vecinales honrados?
¿Al “Movimiento Escuchando Voces”, “Primera Vocal” y otros que reivindican al paciente como el mejor experto en sí mismo?
¿A los de “Sano y salvo” y los profesionales que defienden la seguridad de los pacientes?
¿A los de YoSíSanidadUniversal?
¿A los de Silesia?
¿A Rafa Cofiño en Asturias?
¿A los de #SanidadenPrisión?
¿A las de la revista “Mujeres y Salud” (MYS), con Leonor Taboada de directora?
¿A Rafa Bravo y su casi centenaria bitácora “Primum non nocere”?
¿A “El rincón de Sísifo” de Carlos Fernández Oropesa?
¿A los de ATD CuartoMundo?
¿A Fransec Borrell y “Comunicación y salud”?
¿A quienes hacen “Navegantes de 3 Cabezas”?
¿A “salud pública y otras dudas” de Javier Segura?
¿A la alianza feminista de “Contra el Borrado de las Mujeres”?
¿Y a los de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Publica? ¿A los de OSALDE?
¿A quienes llevan “Derecho a Morir Dignamente”, con Fernando Marín a la cabeza?
¿A Ernesto Barrera y su “bot” de NNT?
¿A Fernando Fabiani, con su promoción de la sana salud, incluyendo “La salud enferma”?
¿Al Fòrum Català d'Atenció Primària, Rebel·lió Primària i la Marea Blanca de Catalunya? ¿Y al Foro Andaluz de Atención Primaria y a todas las Mareas Blancas de España?
¿A los extremeños de EVALMED y su GRADE?
¿A Juan Irigoyen y su bitácora de “Tránsitos intrusos”?
¿A los profesionales de centros de salud comprometidos como “San Pablo” en Zaragoza, “Almanjayar” y “La Cartuja” en Granada, “Raval” y “La Mina” en Barcelona, “Daroca” en Madrid, y tantos y tantos que ponen en el día a día ciencia, conciencia y coraje?
¿A José Manuel Freire y los cuatro políticos honrados que entienden el sistema sanitario?
¿A quienes participan y organizan/mos los Seminarios de Innovación en Atención Primaria (SIAP)?
¿A las mujeres profesionales sanitarias del CAPS (Centro de Análisis y Programas Sanitarios), con Carme Valls de siempre y ahora con Anna Pujol?
¿A los del Equipo CESCA, que llevamos desde 1980 transmitiendo ideas y conocimientos?
¿Al “Fitness Revolucionario” de Marcos Vázquez?
¿A SinAzúcar?
¿A “No es Sano”?
¿A los de la “Asociación Acceso Justo a Medicamentos?
¿A la gente del Ateneo Libertario Al Margen, y a tantos anarquistas que buscan un mundo mejor?
¿A la Sociedad Vasca de Medicina de Familia, Osatzen, que organiza congresos sin corrupción, libres de humos industriales? ¿A la Balear, Valenciana, Madrileña...¡y hasta la nacional SEMFYC!, que también?
¿A Pedro Brañas y los miembros del Seminario de Bioética Coruña?
¿A los periodistas de Civio?
¿A los de “Psiquiatría Crítica” con Alberto Ortiz e Iván de la Mata a la cabeza?
¿A los de “Encuentro y solidaridad”, con Emma Contreras y Eugenio Rodríguez entre ellos?
¿A Iona Heath, David Healy, Jeanne Lenzer, Carl Heneghan, Tom Jefferson, Alan Cassels, Nanci Olivery, Vinay Prasad, Peter Doshi, Juan Erviti, Peter Gøtzsche, Paul Thacker,Joan-Ramon Laporte y otros que defienden la ciencia, la ética y la libertad de expresión académica?
¿A las periodistas de investigación científica y médica, Catherine Riva y Serena Tinari de “Re-Check”?
¿A Julian Assange, Edward Snowden y tantos que se han jugado y juegan honor y vida por la libertad?
¿A Profesionales de la Sanidad Por Palestina, España, HW4PS, y las miles de personas que participan en grupos y organizaciones a favor de Palestina y contra el genocidio y apartheid perpetrados por Israel?
ETC, ETC, ETC.
No, no podemos dejarlos solos.

Ellos son también perdedores de largo recorrido, compañeros de fatiga en esta carrera de fondo que es la vida, en lo profesional y en lo personal. Precisan nuestra alegría sin cinismo.

Síntesis

Vale la pena vivir la vida por más que seamos perdedores de largo recorrido, pues somos capaces de encontrar más dignidad en cada una de las mil batallas perdidas que en una batalla ganada.

No es baladí el empeño pues de una guerra se trata y el dolor, sufrimiento y muertos los pone una población que precisa un sistema sanitario público de cobertura universal que disminuya la inequidad e incremente la solidaridad y la ternura.

Estamos ayudando a pasar entre todos una antorcha de ciencia, conciencia y coraje a generaciones futuras. Una antorcha esencial para la salud de pacientes y poblaciones, y para el oficio y el profesionalismo sanitario.

Es por las generaciones futuras pero es también por nosotros mismos, por poder sentir ante la muerte que “ha valido la pena vivir”.

Hay que intentarlo y tener por lema el verso de Claudio Rodríguez de "Lo que no es sueño" que dice “que estamos en derrota, nunca en doma”

https://www.poesi.as/clr65083.htm

Entrevistas de radio:





Sobre la gestión de la Pandemia el 18 marzo de 2020

martes, octubre 14, 2025

FABIO GARCÍA SALEH: El banquete de las brujas

OMBLIGUISMO Y ADULACIÓN

Irene Vallejo/Facebook

Espantada por el grado de adulación a los poderosos que estamos alcanzando mundialmente, vuelvo a la comedia “Miles gloriosus”, donde Plauto borda la sátira del vanidoso. El protagonista, Pirgopolinices, es un rico fanfarrón que presume de sus éxitos, victorias y conquistas con ridícula egolatría. Se cree un triunfador cuando en realidad es el hazmerreír de todos. El parásito Artótrogo, sin ingresos ni trabajo, lo elogia hiperbólicamente para que, a cambio de sus alabanzas exageradas, Pirgopolinoces lo invite a cenar todas las noches y le llene el estómago. Esta parodia tiene más de 2.000 años de antigüedad:
Artótrogo: Ni el propio dios Marte se atrevería a comparar sus proezas con las tuyas.
Pirgopolinices: ¿No le salvé la vida a ese tal Marte?
Artótrogo: Eso no es nada en comparación con tus otras hazañas. ¿Te acuerdas cómo en la India le rompiste la pata a un elefante de un puñetazo?
Pirgopolinoces: Y eso que lo golpeé con desgana.
Artótrogo: ¡Naturalmente! Si llegas a poner toda tu fuerza, tu brazo le hubiera atravesado la piel, el vientre y hasta la mandíbula a ese elefante.
Pirgopolinices: ¿Qué iba a decir?
Artótrogo: Sé lo que ibas a decir: es la pura verdad, lo recuerdo perfectamente.
Pirgopolinices: ¿Y qué era?
Artótrogo: ¡Fuera lo que fuera, da igual!
Pirgopolinices: ¿Te acuerdas por casualidad…?
Artótrogo: Claro que me acuerdo. Venciste a ciento cincuenta soldados en Cilicia, cien en Escilolatronia, acabaste con treinta sardos y sesenta macedonios. A todos esos hombres mataste tú en un solo día.
Pirgopolinices: ¿Cuántos suman en total?
Artótrogo: Siete mil.
Plauto, Miles gloriosus, traducción del latín de José Román Bravo

lunes, octubre 13, 2025

No existe síndrome postaborto


Por Juan Manuel de Prada/ABC

En diversas ocasiones, hemos denunciado desde esta tribuna el cientifismo, que Gregorio Marañón definía «en el caso mejor, la fe excesiva en todo lo que viene de la ciencia; y, en el caso peor, el manejo intencionado de todo lo que no lo es». Este cientificismo ha alcanzado en nuestra época terminal, donde triunfan todas las pacotillas, densidad de enjambre, hasta convertirse en una nueva forma de totalitarismo que pretende ‘explicar’ cualquier asunto, tratando de sustituir al técnico, al historiador, al filósofo, al teólogo y hasta al mismísimo Dios (no en vano uno de los empeños más turulatos del cientifismo consiste en intentar demostrar que Dios no existe). A veces, esta obsesión cientifista se extiende, incluso, entre quienes se supone que deberían denunciarla. Acaba de ocurrir recientemente con el debate surgido en torno al llamado ‘síndrome post-aborto’, que según quienes defienden su existencia incluye depresiones, estrés postraumático, ansiedad y ataques de pánico, trastornos alimenticios y adicciones, entre otras calamidades. Por supuesto, enseguida han surgido voces que niegan la existencia de este ‘síndrome post-aborto’ y de paso también que el aborto cause daño alguno a las mujeres que lo perpetran, invocando la ‘autoridad’ de la OMS y de otros contubernios o conciliábulos al servicio de la ideología sistémica.

No existe un ‘síndrome post-aborto’, como no existe un ‘síndrome post-adulterio’ ni un ‘síndrome post-asesinato’. Existe algo mucho más real, algo mucho más aflictivo que un ‘síndrome’; algo que no pertenece al ámbito de la ciencia, sino de la filosofía moral, que es otro ámbito del conocimiento que el cientifismo trata de colonizar. El aborto es un crimen monstruoso, un acto de injusticia absoluta, porque consiste en la destrucción deliberada de la vida más inocente e indefensa. Y cuando perpetramos o consentimos un crimen monstruoso la conciencia reacciona infligiéndonos un torturante dolor moral. Porque la conciencia humana, aparte de descubrir racionalmente el bien y el mal mediante un juicio teórico, adapta nuestra conducta a tal juicio. Y esta capacidad para emitir un juicio práctico sobre la naturaleza de sus propios actos es la grandeza mayor del ser humano. Inevitablemente, cuando nuestros actos no obedecen el juicio de la conciencia, se produce –si no hemos dejado de ser humanos– un dolor moral acorde con el grado de malignidad de dichos actos. Es lo que vulgarmente denominamos ‘sentimiento de culpa’ o ‘remordimiento’, que puede llegar a convertirse en un infierno en vida, mucho más terrible que cualquier ‘síndrome post-aborto’; sobre esta cuestión Dostoievski escribió algunas de las más grandes obras de la literatura universal. Este dolor moral, sin embargo, no es ninguna ‘enfermedad’ ni afección, sino por el contrario, una reacción benéfica de la conciencia.

Pero aquí llega siempre alguien que proclama: «¡Pues yo he abortado y mi conciencia no me lo reprocha!». Y así ocurre, en efecto, porque ha dejado de ser persona, ha sufrido aquel proceso que C. S. Lewis denominaba ‘abolición del hombre’. Como nos enseña el demonio Escrutopo, las leyes morales son como los colores primarios: siempre las mismas, siempre inmutables; trascienden todas las culturas y todas las épocas, no pueden ser cambiadas, reemplazadas ni ‘superadas’ sin destruir nuestra condición humana. Pero surgen ‘manipuladores sociales’ que intentan redefinir o reemplazar las leyes morales universales creando sistemas éticos basados en subjetivismos (deseos, conveniencias, utilidades, etcétera) o ideologías; sólo que al redefinir o reemplazar las leyes morales no crean ningún sistema moral nuevo, sino que destruyen o abolen la condición humana, produciendo seres producto de su manipulación, sin libre albedrío ni juicio moral; seres sin conciencia, o con la conciencia averiada, que pueden ser moldeados según los intereses de los manipuladores sociales. El Gran Inquisidor de Dostoievski lo explicaba maravillosamente: «Les permitiremos pecar, ya que son débiles, y por esta concesión nos profesarán un amor infantil. Y nos mirarán como bienhechores al ver que nos hacemos responsables de sus pecados. Y ya nunca tendrán secretos para nosotros».

Estos manipuladores sociales han convertido la conciencia en una mera ‘subjetividad’ que puede forjarse libremente su propia moral, según sus conveniencias y deseos personales. De este modo, la conciencia se degrada a la condición de mecanismo exculpatorio. O, como señalaba Newman en su ‘Carta al Duque de Norfolk’: «La conciencia es una consejera severa, pero en este siglo se ha reemplazado con una falsificación de la que los dieciocho siglos precedentes jamás habían oído hablar o de la que, si hubieran oído, nunca se habrían dejado engañar: es el derecho a actuar según el propio placer». Pero actuar según el propio placer, acallando el juicio de la conciencia, nos convierte en autómatas que han perdido su centro moral y con ello su humanidad; y nos deja en manos de los manipuladores sociales. Además, acallar el juicio de la conciencia mientras dura nuestra vida terrenal no nos libra de su juicio, cuando nuestra conciencia sea por fin liberada: «El hombre –señalaba Castellani– está obligado a consultar su conducta con su propia razón; pues no será por la conciencia de otro que será juzgado por Dios, sino por la propia».

No existe el síndrome post-aborto; existe la conciencia, que reacciona provocando dolores morales que pueden llegar a resultar extraordinariamente tortuosos, si no renegamos de nuestro crimen. Los manipuladores sociales han logrado postergar esos dolores morales destruyendo nuestra humanidad, pero nunca los podrán anular. Y cuando esos dolores se postergan demasiado, se convierten en eternos. ‘That’s all, folks.’