Eduardo Hernández Felipe
Bajo este lema nos reunimos el pasado 9 de julio para hacer revisión de uno de los problemas que podríamos tratar como la epidemia del siglo XXI, el acoso escolar.
Este “juego de niños” – como califican algunas personas-, se cobra, al año, la vida de 200.000 jóvenes y niños de entre 6 a 21 años según la Organización Mundial de la Salud. Desgraciadamente, y a pesar de los continuos esfuerzos por parte de los centros implementando protocolos y educando en la prevención ,continua aumentando cada año el número de los afectados, exactamente un 20% desde el 2015. Este incremento se ve apoyado porla pasividad y negación del problema por parte muchos los implicados por medio de frases como “solo son juegos de niños” o “los acosadores desaparecen si se les ignora”.
¿Quiénes son los implicados? ¿De quién es la responsabilidad de que esto suceda? Son algunas de las preguntas que nos surgían durante la sesión de la semana pasada y la respuesta es la misma. TODOS. Y es que cuando sucede una situación en la que se genera desigualdad y sufrimiento TODOS debemos implicarnos, es más, debemos prevenir que suceda. Y para ello debemos seguir hablando sobre este tema, debemos seguir educando a nuestros hijos hacia el respeto a los demás, la denuncia de aquellas situaciones de injusticia y la defensa de aquellos que lo necesiten.
Por lo tanto la solución del problema no parte desde el centro de estudios exclusivamente, sino que comienza en el día a día con la educación recibida en casa y la colaboración con el mismo.