viernes, octubre 23, 2015

Jesús no perdió sus tres años quejándose explica Péguy

Lo que falta en este clericalismo ético es propiamente Cristo, Cristo como sujeto del Encuentro. El Cristo de Charles Péguy. Como escribía el gran francés en su Verónica. Diálogo de la historia y el alma carnal: “Pero vino Jesús. Tenía que hacer sus tres años. Hizo sus tres años. Pero no perdió sus tres años, no los utilizó para quejarse de los males de los tiempos. Y, sin embargo, existían los males de los tiempos, de su tiempo. Llegaba el mundo moderno, estaba listo. Y él abrevió. De una manera muy sencilla. Haciendo el cristianismo. Poniendo en el medio el mundo cristiano. No imputó, no acusó a nadie. Salvó. No imputó al mundo. Salvó al mundo. Estos otros vituperan, imputan. Acusan las arenas del siglo, pero también en tiempo de Jesús existía el siglo y las arenas del siglo. Pero en la arena árida, en la arena del siglo corría una fuente, una fuente inagotable de gracia”. (M. Borghesi)