Primera audiencia general del Papa Francisco tras el descanso vacacional y en su primera catequesis abordó un tema fundamental que está ofreciendo ríos de tinta en los medios de comunicación: ¿Cómo cuidar de aquellos que, tras el fracaso de su enlace matrimonial han contraído una nueva unión?
Divorciados vueltos a casar: es verdad que su situación “contradice objetivamente” el sacramento del matrimonio, pero ni están excomulgados ni la Iglesia los rechaza. Lo dijo hoy el Papa Francisco en su nueva catequesis sobre la familia, dedicada a las familias heridas. Si bien, no entró en la cuestión concreta del acceso a la comunión, sí habló de la actitud de las comunidades cristianas ante estos casos.
Es necesario “discernir” cada situación, advirtió el Papa: “no es la misma situación la del que sufre la separación que la del que la ha provocado”. La Iglesia es maestra pero tiene corazón de madre, y “busca siempre el bien y la salvación de las personas”.
Pero lo más urgente, advirtió el Papa, es que estas familias no se sientan rechazadas por la Iglesia. Pensando sobre todo en el bien de los niños nacidos de estas nuevas uniones, “¿cómo podemos recomendar a los padres que les eduquen en la vida cristiana, si les mantenemos apartados de la vida de la comunidad?”, se preguntó el Papa Francisco que pidió “no añadir más pesos” a los niños que viven esta situación: “Es importante que ellos sientan la iglesia como madre atenta a todos, siempre dispuesto a escuchar y encontrar.”
Las comunidades cristianas deben tener “una acogida real hacia las personas que viven en estas situaciones, sobre todo los pequeños”: “Se debe hacer de manera que no se añada otro pero a los que los hijos ya tienen que llevar”, añadió el Papa, “y por desgracia, el número de estos niños es muy grande”.
“Hay una necesidad de cuidado y fraterna hospitalidad, en amor y verdad, hacia los bautizados que han establecido una nueva cohabitación tras el fracaso del matrimonio sacramental”, explicó Papa Francisco recordando que “de hecho, estas personas no están excomulgadas y no deben ser tratadas como tales”.Papa Francisco finalizó su intervención aludiendo al Buen Pastor: “Cada uno debe hacer su parte en la toma de la actitud del buen pastor, que conoce que cada una de sus ovejas y no excluyen de su amor infinito”.