Eugenio Rodríguez
Para mí el 22 de diciembre es el día más triste del año. Estos meses hemos podido ver las colas en los kioskos de la lotería. No me vengan con cuentos, es clarísimo, están tristes. Los he visto.
También la miserable COPE se dedica a radiar con entusiasmo el sorteo. No digamos la SER, que no deja de ser la radio de Franco.... Todos sabemos cuál es el tema del 22D... Por eso me entristece.
Creo en la democracia. La mayoría prefiere la fidelidad, la solidaridad, un trato justo... pero hoy también la mayoría juega a la lotería... aunque echo en falta estudios rigurosos. Me entristece ver que tantos confían a la suerte el arreglo de algo.
Nadie confía a la suerte el colegio de sus hijos, ni la elección de persona con quien formar una familia, ni con quien pone en marcha una empresa, ni con quien pasa unos días de convivencia... Nadie confía a la suerte nada importante.
¿Se puede creer en el amor y jugar a la loteria? No.
La lotería es un negocio. Una mentira. Una forma de concentrar la riqueza. Una manipulación. No tiene nada bueno. No hay nada bueno. Es inmoral. Del todo.
Mientras sube el precio de la luz...
¡Y usando niños!