Actualmente, existen unos 20.000 menores africanos que han
sido abandonados por los equipos y sobreviven en las calles de nuestros
países.
A costa de las familias
Conocida en los organismos internacionales y ONG's como una modalidad de 'trafficking',
esta nueva perversión se lleva a cabo de muy diferentes maneras. Algunos clubes
emplean la táctica de becas ficticias, falsificación de pasaportes o
incluso de contratos de trabajo a los propios menores como jardineros,
empleados del bar de los estadios...
Esta es una realidad que
fue denunciada en el
Parlamento Europeo por
el representante de la ONG Culture Foot Solidaire y ex futbolista camerunés
Jean-Claude Mbvoumin.
20.000 niños abandonados
Miguel Alcantud descubrió
en Noruega a John Obi Mikel, un niño al que tenían escondido en este país los
dirigentes del Chelsea, esperando que cumpliera 18 años. Allí, llevaron también
a tres niños nigerianos para que Obi Mikel no "tuviera añoranza y la
‘inversión' se echara a perder". Además, el director contactó con Ronny
Van der Meij, un abogado especialista en derecho deportivo, que fue quien le
facilitó, entre otros, la información de los 20.000 niños africanos que
vinieron a Europa a jugar al fútbol y hoy malviven en las calles. En París,
Alcantud conoció a menores abandonados después de sufrir alguna lesión o tras
fallar en sus primeras pruebas.
La película se basa en una minuciosa investigación y en algunos ejemplos que desde hace
años han estado saliendo a la luz. Así, algunos de los casos reales que han
sido publicados en la prensa son, por ejemplo, el de conocidísimo Eto'o, que
estuvo siete meses en Francia viviendo prácticamente en la calle cuando tenía
once años, antes de llegar a triunfar, o el propio Messi, que fichó con el
Barcelona con solo doce años. Menos trágicos que otras realidades, como la de
Dungai Fusini, un chico de Costa de Marfil de catorce años que fue quien le dio
nombre al tráfico de niños en Italia. El chaval no iba al colegio, no aprendía
ningún idioma, dormía en el sótano de un restaurante... y tenía una sesión de
entrenamiento vespertina cada día. Un día huyó y fue encontrado un mes después
debajo de un puente.