domingo, agosto 23, 2009

EL NO TAMBIÉN AYUDA A CRECER

María Jesús Álava Reyes
licenciada en psicología,

Hay padres que confunden la educación en libertad razonable y controlada, con la indiferencia y el descuido.

La educación es un proceso que no termina nunca.

Es necesario poner unos límites, unas normas básica, unas reglas claramente definidas, que nos ayuden a todos a desarrollar y alcanzar los recursos que faciliten nuestro crecimiento como personas, nuestra convivencia como seres humanos, nuestra responsabilidad con el medio que nos rodea, nuestra alegría, nuestra felicidad, nuestra sensibilidad...; en suma, que nos ayuden a "vivir" nuestra vida.

Si aprendes a observar a los niños, éstos te indican claramente lo que necesitan; pero también es cierto que rápidamente "captan" nuestros estados y emociones, y pocas cosas les perturban tanto como ver a un "adulto inseguro"; en esos casos nos prueban hasta el extremo.

Nada desconcierta más a los niños que la ausencia de normas.

Una de las cualidades que tienen los niños es su gran poder de adaptación... Nos preocupamos inútilmente, pensando que lo estarán pasando mal, sin darnos cuenta de que ellos tienen más defensas que nosotros ante estas situaciones y que estamos trasladando nuestras emociones, nuestros miedos y nuestras angustias.

Perseverancia. Aquí radica uno de sus principales recursos cuando quieren conseguir algo. ... Su insistencia estará en función de la seguridad o inseguridad con que vean al adulto.

Pocas cosas les agobian más que el sentir "despistados" o "inseguros" a los adultos. ... Esa vivencia les produce mucha inseguridad y empiezan a "desahogarse" con una verborrea confusa, llena de exigencias, que cada vez adquiere un tono más alto y apremiante y que consigue, en no pocos casos, "desquiciar" al adulto y que la crispación se apodere de todos.

Cuando no sepamos qué pasa por la mente del niño: ¡sonriámosle, mirémosle con cariño, acerquémonos a él y sentémonos a su lado!; la corriente afectiva hará el resto.

Las primeras edades son cruciales ... la mayoría de las dificultades que presentan los niños en etapas posteriores suelen originarse mucho antes de cumplir los tres años. Será muy importante lo que hagamos en estas edades, y el "peso" de esa educación recae en los padres; otros adultos significativos podrán ayudarlos, pero no sustituirlos.