El derecho de propiedad es una categoría de importancia decisiva en la construcción de la sociedad, tanto en el área económica, como en la política y social.
En un mundo de "obesos y famélicos" como el actual, es evidente que uno de los problemas (quizás el mayor) es que el "derecho de propiedad", inviolable e inherente a todas las personas, haya sido, en la práctica, acaparado, tergiversado y anulado. De ahí que nos encontremos en un mundo donde, cada vez más, ese derecho se concentre en pocas manos, mientras millones de personas se hunde en la pobreza, el hambre y la indigencia.
Se vuelve cada vez más patente y real aquello de que vivimos en un mundo en el que flotan "islotes de prosperidad en un océano de miseria".El Para Juan Pablo II afirmaba: "Una de las mayores injusticias en el mundo contemporáneo está en que unos pocos poseen mucho y muchos no poseen nada o casi nada. Todos estos que poco o nada poseen no podrán realizar plenamente su vocación humana fundamental al carecer de los bienes indispensables". (SRS. N.28).Estas palabras, escritas hace más de 10 años han resultado ser realistas y proféticas.
Las formas de apropiación de los recursos unas son pacíficas y otras violentas: unas son legales y otras ilegales; unas son fruto del trabajo y otras, hijas de la corrupción y del engaño….Pero todas ellas han contribuido a que cada vez se concentren más los recursos y el poder. Nos hallamos ante la idolatría el dinero, un dinero que trae poder y un poder que trae dinero.