martes, septiembre 02, 2014

Esclavitud y explotación infantil, una cara oculta del futbol

A lo largo del mundo, especialmente en América latina y África, muchos niños viajan a Europa con el sueño de ser futbolistas profesionales e igualar la historia de Lionel Messi con el Barcelona.

Sin embargo, pocos lo consiguen e incluso terminan por conocer una de las caras ocultas del negocio del futbol: la explotación y esclavitud infantil.
El reclutamiento internacional de menores de edad enfrenta las legítimas aspiraciones por una vida mejor con el uso, a veces irresponsable, que los clubes hacen de esa materia prima. Recientemente, la FIFA prohibió al Barcelona fichar hasta el mercado de diciembre de 2015 por el traspaso irregular de futbolistas de menos de 18 años.
Sin embargo, el equipo catalán protestó dicha sanción y argumento, entre otras cosas, que a lo largo de 35 años que tiene La Masía, su centro de formación de futbolistas, ha ofrecido una educación integral y mejor calidad de vida a los niños de todo el mundo que recluta.
La FIFA prohíbe los fichajes de jugadores menores de 16 años cuando la transacción se realiza entre clubes dentro del Unión Europea. Mientras que en el resto del mundo la prohibición se extiende a nivel internacional a los menores de 18 años.
Los traspasos de futbolistas menores de 18 años no son permitidos salvo tres excepciones: que los padres del menor cambien de país por razones no relacionadas con el futbol; que el traspaso se efectúe entre países de la Unión Europea o del Espacio Económico Europeo, teniendo el jugador entre 16 y 18 años; o que jugador y club de destino, perteneciendo a distintos países, no estén a más de 50 kilómetros de la frontera.
Ante las prohibiciones del máximo órgano rector del futbol surge el debate sobre la gran oportunidad que representa para los niños, especialmente de América Latina y África, el ser comprados por un equipo europeo, aunque en dicho proceso quizá se les esté explotando y esclavizando.

El periodista chileno, Juan Pablo Meneses, justamente relata esos hechos en Niños Futbolistas, libro que presentó a principios de año en México, durante una conferencia en la sede de la Red de Periodistas de A Pie. Para escribir la obra, el autor compró los derechos del pase de Milo, un niño futbolista chileno de doce años, para venderlo a un club europeo y retratar el negocio.
"En Latinoamérica, uno va a cualquier campo de futbol donde jueguen niños que tienen capacidades y sus padres están en el campo esperando a alguien que llegue a comprarles a sus chicos, eso está pasando todos los días", dijo Meneses en dicha conferencia ante los medios mexicanos.
Juan Pablo Meneses documentó un negoció perfectamente estructurado, en el que niños de 12 años tienen representantes prestos para lucrar con ellos, mientras que a los 16 años ya son considerados viejos, además de que ven el futbol como un trabajo y sienten la responsabilidad de ayudar a sus padres.
"Lo que está pasando hoy delante de nuestras narices y sin que nos demos cuenta es que estamos viviendo una nueva colonización, donde el oro es la carne tierna del jugador", denunció Meneses.
A decir del propio autor, en Niños futbolistas se retratan las presiones que sufren los niños por parte de sus padres, la indiferencia de sus representantes que los tratan como mercancía y las peleas entre los clubes por cobrar altos porcentajes de las transferencias.
"Los niños son conscientes de que el futbol los puede sacar de la pobreza y esa consciencia hace que lo vivan como un trabajo. Algunos padres dejan sus trabajos para llevar a los chicos a los entrenamientos. Tienen todas las fichas puestas en sus hijos. La responsabilidad es muy fuerte", señaló.
La conclusión, añadió, es que muchos ven el libro como una gran denuncia y otros, sin embargo, como un manual para hacer un negocio.
El escritor chileno se mostró pesimista sobre la búsqueda de soluciones al problema.
"No se puede hacer nada. Es un tema que no tiene solución. En el negocio del futbol "hecha la ley hecha la trampa". Hay mucho dinero dando vuelta. Todos quieren que su hijo sean el nuevo Messi", lamentó.
A raíz de la publicación de Niños Futbolistas, Meneses cuenta que la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFpro, por sus siglas en inglés) solicitó a la FIFA "mayor claridad en cuanto a la transferencia de jugadores menores de 12 años".
"El libro mucha gente lo ha visto como una denuncia de una nueva esclavitud, de una esclavitud que no se ve. Si nosotros llevamos niños a otro país, a otro continente, a trabajar recolectando basura a los 10 años, es un trabajo de esclavo, si lo llevamos a que trabaje todos los días 8 horas a que persiga una pelota, decimos que es un futuro crack del futbol", dijo.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), agencia especializada de la ONU, unos 17.4 millones de menores de entre 5 y 17 años realizan algún tipo de trabajo en América Latina.
"Y en América Latina los niños solo tienen dos maneras de hacerse millonarios rápido: el narcotráfico y el futbol", señaló el escritor de Niños Futbolistas.


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