Sugerencias para un cristianismo del siglo XXI: dialogante, comprometido, plural, vocacional, misionero, en crecimiento
lunes, junio 02, 2025
BAJA UNA IMAGEN. ATENTOS A TODA LA REALIDAD:
Juan María Mena/La Provincia 28.5.25
Una vez más la imagen de la Virgen del Pino pondrá en camino a miles de grancanarios. Ojalá sea un camino sobre todo interior para una salida cualificada por el compromiso social-solidario y evangelizador.
Muchos observadores externos (con cierta distancia de la Iglesia) coincidirán con no pocos observadores internos que buscan una lectura más profunda del acontecimiento: todo parece algo excesivo. Excesivo incluso desde la sencillez y humildad que los creyentes vemos en María de Nazaret, ni reina ni señora, más bien esclava y servidora. Indudablemente suscitará reafirmación entre los cristianos no católicos por su fuerte resonancia poco ecuménica, más motivos para sus argumentos. Tal vez procedía hacer algo más discreto que generara menos molestias a los ciudadanos, incluso más respetuoso con la aconfesionalidad del estado: no se justifica tanta recepción de la imagen por las autoridades, más lucimiento de ambas partes que otra cosa.
Sin duda, habrá mucha emoción, incluso demasiada y hasta frutos positivos, solo Dios los puede contar. Ello no impide afirmar que cuando no hay raíces cristianas profundas, la religiosidad popular se emparenta más con el paganismo y el folclorismo que con una auténtica religiosidad. Cuando las hay, casi sobran muchos de los excesos y pompas: el creyente no los precisa, incluso le estorban, atufan a mundanidad espiritual y a populismo pastoral: dando al pueblo no lo que necesita, sino lo que le agrada, entreteniéndolo con expresiones que no favorecen su madurez cristiana, en seguida bautizadas y compensadas con otros elementos más aparentes.
Si se requiere esa compensación, se reconoce indirectamente esa descompensación que también en el fondo se potencia. La tentación del éxito mundano reaparece en distintas formas, desde que el mismo Nazareno fue tentado en el desierto. Aparece más deslumbrante que la fidelidad y la lucidez profética, siempre psicológicamente más dulce y gratificante.
Dado el fuerte cultivo, la irrestricta apuesta tantas veces por estas formas de religiosidad popular que producen tan pírricos frutos, extraña tanta perseverancia. Otros proyectos evangelizadores se habrían abandonado con mucha facilidad vista su nula eficacia. En este caso, se valora bastante el aplauso de los números, de la muchedumbre, que parecen reavivar ciertos rescoldos de mentalidad de cristiandad. La cristiandad ya fue felizmente enterrada por muchas evoluciones sociales y sensatas reflexiones teológicas y pastorales, pero sigue atrayendo a los nostálgicos que huyen de la intemperie de la sociedad materialista y secularizada, inmersa en un ateísmo práctico mayoritario.
El jubileo bíblico nos provoca estar más atentos a toda la realidad social y política que vivimos, más rico en posibilidades y significados: devolución de la tierra a los pobres, liberación de las esclavitudes, perdón de las deudas, cuidado de la tierra, un año de gracia que mira sobre todo a los excluidos y castigados por la sociedad del descarte. Al fin y al cabo, María lo cantó y vivió en primera persona reconociendo al Dios que enaltece a los humildes y derriba a los poderosos de sus tronos. Que la bajada de la imagen de la Virgen del Pino -no de la Virgen, como tristemente se dice demasiado, con una expresión más imprudente que inocente, porque el lenguaje crea mentalidades- nos acerque a estos frutos.