viernes, marzo 25, 2022

"Hay tantos pobres porque hay ricos que poseen demasiado". Ramón Echarren en 1994. Lo que ya no dicen losw informes FOESSA de Cáritas


Agradecemos que los actuales informes Foessa desvelan el sufrimiento que otros silencian frívolamente, a la vez que manifestamos no compartir que no se señale por qué hay pobres. Echarren en 1994 lo decía con claridad, sin los pelos en la lengua del Foessa.

JUÁN GARCÍA LUJÁN

Texto: Juan García Luján/Fotos: Julio Quintana. Canarias Ilustrada. Año I, nº 5. Mayo 1994.

Pregunta: A finales del pasado mes de febrero usted presidió la presentación del documento “La iglesia y los pobres”. ¿Porqué hay tantos pobres en la sociedad del Bienestar?

Respuesta: “Porque hay ricos que poseen demasiado, mucho más de lo que necesitan. Porque las riquezas están injustamente distribuidas, aunque Dios las creó para todos y no para unos pocos, como dice Juan Pablo II. Porque no se legisla buscando el bien de todos. Porque falta amor, solidaridad, capacidad de compartir ,deseos de justicia. Porque sobra egoísmo, incomunicación, egolatría, injusticia, insolidaridad. Porque no se quiere ver la pobreza, la miseria, la marginación, el dolor de los indigentes que existen y están ahí, junto a nuestras casas, a lo largo y ancho del mundo. Porque no se legisla buscando la justicia social. Porque cuando se vive bien, en una sociedad del Bienestar, se acaba optando por un liberalismo salvaje que acaba por apoyar medidas que hacen que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, que los países del Tercer Mundo se hundan en su miseria, que se sacrifiquen a los más miserables porque no son ‘rentables’ ni política, ni social, ni económicamente.”

P. ¿Qué se puede hacer desde la Iglesa, desde las instituciones políticas y desde la sociedad?

R.- “Desde la Iglesia hay que proclamar la dignidad de cada ser humano, su valor infinito y denunciar la injusticia y el egoísmo, que son pecados y deshumanizan al hombre y a la sociedad. También hay que crear cauces como Cáritas para promover la justicia. Desde las instituciones hay que definir el sentido más humano y social de la justicia, del bien común, de la solidaridad, de la economía… hasta conseguir que la convivencia no tenga espacio para la miseria y la marginación. Esto debería llevar a una legislación que tuviera en cuenta que una sociedad injusta que permite la miseria está llamada a la destrucción de los valores más sagrados que sustentan la democracia. Desde la sociedad es preciso presionar a los políticos para que legislen en favor del bienestar de todos y no de unos pocos que ya viven bien, en favor de la justicia y la solidaridad.

P.- En Canarias, según un informe del Gobierno autónomo, más de 16.000 personas pasan o dicen pasar hambre y cerca de un 29% de la población se sitúa en el umbral de la pobreza. En este contexto, durante una conferencia en la Península, usted recordó que “una persona no peca si en grave necesidad y agotadas sus posibilidades roba”, afirmación que fue recogida con especial énfasis en los medios en Gran Canaria.

R.-“Lo que no se puede hacer es hablar de unas supuestas declaraciones, cuando lo que se trató fue de un ejemplo expresado en el seno de una conferencia de más de una hora de duración en donde expuse el tema del derecho de propiedad, tal como expone el Papa en la encíclica ‘Sollicitudo Rei Socialis’. Sacar aquella frase de contexto, ponerla como titular y ofrecerla a los lectores de aquí como si yo hubiera establecido una nueva norma moral que animara a los pobres a robar, sin más, en los hipermercados, me parece una grave manipulación informativa”.

P.-¿Se considera un obispo que molesta al poder?¿No le han llamado desde ningún despacho oficial para pedirle veladamente que no se pronuncia sobre determinadas cuestiones?

R.- Si soy un obispo que molesta al poder político, deben contestarlo los que detentan ese poder. Mi intención no es otra que defender a los pobres, a los débiles, a los que sufren injusticias. Si molesta al poder político será su problema, pero no es esa mi intención. ¡Dios quiera que el poder también se convierta a la solidaridad y a la justicia. Desde la Iglesia e instituciones públicas jamás me han llamado para que no me pronuncie clara o veladamente sobre determinadas cuestiones. Esto desde la democracia. En tiempos anteriores era un hecho frecuente que desde el Ministerio de Justicia o Exteriores me llamaran la atención y denunciaran ante la santa sede. Pero siempre tuve el apoyo del cardenal Quiroga, el cardenal Tarancón y del Vaticano.

P.- Sigue siendo el sexto mandamiento, la cuestión sexual, un importante muro entre la iglesia y la sociedad?

R.- No creo que hoy el sexto mandamiento sea el muro más importante entre la Iglesia y la sociedad. Hoy, la gente conoce el Nuevo Testamento, y las exigencias del Evangelio. Otra cosa es lo que dicen los medios de comunicación social que están muy obsesionados por el sexo y es de lo único que hablan cuando tratan de la Iglesia o del cristianismo. Curiosamente, la prensa, la radio y la televisión se parecen a los curas de hace cuarenta o cincuenta años,p ara los que sólo existía el sexo…¡Parece que no existe otro tema! Es cierto que para algunos cristianos, guiándose por lo que leen y oyen, tiene problemas en este campo. Pero no son los más, ni creo que, incluso, para ellos, sea el muro más importante”.

P.-¿Justificaría la pena de muerte en los mismos términos que el último catecismo oficial de la Iglesia católica?

R.- Me gusta más la forma expresada por Pablo VI cuando dijo que la vida sólo pertenece a Dios y que la pena de muerte no debería existir nunca”.

P.-Cuando era pequeño mi madre me decía que hay que hacer lo que los curas dicen pero no lo que ellos hacen…¿Es válido este dicho popular?

R.- “Es menos cierto y menos válido que nunca. En todo caso, de lo que se trata es de hacer lo que Jesucristo dijo que hiciéramos”.

P.-¿Sería posible una diócesis única en Canarias?

R.- “Creo que una sola diócesis en canarias representaría un grave retroceso pastoral. Sería volver a situaciones de hace siglos, hoy superadas, en que se buscaba grandes unidades diocesanas para obtener más poder temporal y hasta económico y político. Una sola diócesis en Canarias sería imposible de atender debidamente desde un punto de vista pastoral”.

P.-Usted procede de una tierra, Euskadi, donde la Iglesia está en sintonía con el nacionalismo, ¿cómo ve el auge del nacionalismo en las islas?¿La visión del catolicismo como algo universal se contradice con la defensa de Euskadi o Canarias como un hecho nacional?

R.-“No me siento nacionalista respecto a ninguna nación: ni Euskadi, ni Navarra, ni Madrid, ni España…Quiero mucho a todas esas realidades. Quiero mucho a Europa y a América Latina, que he visitado de arriba abajo. Quiero al mundo entero y sufro con los que sufren en el mundo entero.

El catolicismo dice muy claro que la fe se debe vivir y cultivar en cada lugar. Es algo fundamental en el cristianismo y su pastoral. El cristianismo respeta cada cultura, la cuida, procura humanizarla, la ama…pero no la convierte en un ‘dios’ al que hay que adorar por encima de todo. Defender lo propio es elemental, obligatorio y natural, sin odios hacia lo ajeno y, si hace falta, con toda la solidaridad posible respecto a ‘los otros’, cercanos o lejanos, simplemente porque son seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios y redimidos por Jesucristo”.

jueves, marzo 24, 2022

SINFONÍA DE DOS MUNDOS (HÉLDER CÁMARA)

Uno de los textos sobre fe e historia más interesantes del siglo XX. ¿Una reflexión? ¿una contemplación? ¡Algo más integral! ¡Una sinfonía! La he visto con grupos de creyentes seguramente más de cincuenta veces. La primera impresión es pesimista. Hay que "violentarse" y verla. De nuevo -si hacxe falta- "violentarse" y reflexionar. Y de nuevo "violentarse" y dialogar. Quizá haga falta todavía "violentarse" y poner el am or en acción: Actuar. Se descubre entonces -si se quiere- que es un canto de esperanza.

LA AUDACIA DEL CREADOR

La Audacia del Creador
Si yo estuviera a tu lado, Señor,
antes de la creación,
me gustaría ayudarte:
tan humilde eres.
Si cualquier duda
te indujera a no crear,
yo te diría:
"Es verdad, Señor,
la creación fuera de ti
romperá tu unidad.
Ella será necesariamente múltiple...
Finita, limitada, imperfecta.
No vaciles, Señor;
el valor de crear
demostrará para siempre
tu audacia y tu humildad".
Sí, Señor, poder decirte al fin:
No dudes, sigue adelante.
Hay que crear, hay que construir.
Soñaste con ello 
desde el comienzo de los tiempos.
Ve, Señor, ve
y sobre todo no temas
ir hasta la cumbre
de tu audacia y tu humildad.
Decidir hacer el hombre
ese pequeño gusano de la tierra
- ella también, grano de polvo -.
Decidir hacer el hombre
creador a tu lado.
Tú sólo, Señor,
Tú sólo, sí, tú lo puedes,
Tú sólo, Señor.
Decidir hacer del hombre
- miserable criatura-
el domador de tu naturaleza.
Tu ingeniero, tu heredero.
Tú sólo, Señor,
Tú sólo, sí, tú lo puedes,
Ve, Señor.
Ve, Señor, poder decirte al fin:
no dudes, sigue adelante.
Hay que crear, hay que construir.
Tú lo has querido 
desde el comienzo de los tiempos.
Ve, Señor, ve y, sobre todo, no temas
ir hasta la cumbre
de tu audacia y tu humildad.
Tú sólo, Señor,
Tú sólo, sí, tú lo puedes,
Ve, Señor.
No hay nadie más que tú para ir tan lejos,
correr el riesgo del mañana,
correr la suerte de la eternidad.
El hijo se lo dice al padre
Ve, Señor, ve...
y ánimo.
Tú sólo, Señor,
Tú sólo, sí, tú lo puedes,
Ve, Señor, ve.

II
HOMBRE, HERMANO MIO.

Hombre, hermano mío,
la creación toda entera te contempla.
El océano de los bosques
y el incendio de las flores,
las linternas del cielo
y el espejo del agua,
y el mundo susurrante
de todos los animales en alerta,
entre la confianza y el miedo.
Es la creación, en todas partes a tu derredor.
Un poco de celos y de curiosidad
le inducen a seguir los pasos
del elegido del Creador.
Hombre, hermano mío,
la creación toda entera te contempla.
Y he ahí que vas tan lejos
en la línea de la inteligencia,
¿es la línea de tu suerte?
Y he ahí que vas tan lejos
dando tu inteligencia
al cerebro del ordenador.
Y en el mundo de las estrellas,
eres viajero,
sobre nuevos navíos.
Hombre, hermano mío,
la creación toda entera te contempla,
y te admira.
Y he ahí que vas tan lejos
sobre la línea del egoísmo.
Tan lejos que te muestras indigno
de la preferencia maravillosa,
y casi escandalosa,
que el Señor te ha manifestado.
El rumor de las preguntas
sube de todas partes.
Hombre, hermano mío,
la creación toda entera te contempla,
y se interroga.
¿Por qué, pues, desperdiciaste lo mejor
que te dio, inteligencia y libertad,
para ofender a tu Creador?
Tú has traicionado a tu Padre.
Hombre, hermano mío,
la creación toda entera te contempla,
y te juzga.
El, el Señor,
en lugar de condenarte, en lugar de aplastarte,
envió a su Hijo único
a este grano de polvo:
la Tierra.
Y el Hijo de Dios
sin cesar de ser Dios, es hombre.
El es para siempre el Hombre Dios.
Tú, hombre, hermano mío,
¿qué has hecho de la vida,
de la palabra de Cristo?
Hombre, hermano mío,
el balance cara al año 2.000
del nacimiento de Cristo es terrible.
¿Qué has hecho de Asia,
qué has hecho de Africa,
campos de fuego y de lágrimas?
¿Qué has hecho de los dos tercios
de la América latina,
oprimidos y acorralados?
¡Y la música, y la música!
Ahogada, amordazada 
por el estruendo de las armas.
América latina,
arrabal cristiano del mundo pobre.
Tierra apaleada de niños curtidos al sol;
pero pronto el sol se va a poner,
para no amanecer más.
¿Qué has hecho?
Hombre, hermano mío,
el balance cara al año 2.000
del nacimiento de Cristo es terrible.
¿Qué has hecho de los pobres que están ahí,
dentro de los países ricos?
¿Qué has hecho de los últimos parias,
los más pobres de los países pobres?
Gritan hacia ti,
no comprenden.
No vuelvas la cabeza.
¿Temes acaso su voz?
Hombre, hermano mío,
el balance cara al año 2.000
del nacimiento de Cristo es terrible.

III
¿QUIEN VA A GANAR?

¿Quién va a ganar?
Sabes muy bien,
hombre, hermano mío,
que tú eres lo suficientemente débil
como para hacer estallar la tercera
y última guerra mundial;
con el demasiado triste poder
de suprimir la vida en la superficie de la tierra.
Y que tú eres lo suficientemente fuerte
como para suprimir de la tierra
la miseria y sobre todo la dominación.
A primera vista, parece
que el odio se apodera de la tierra...
Después de la segunda guerra mundial
cuántas guerras locales han estallado ya.
Y cómo se multiplican
los países que fabrican armas;
y, en la carrera de armas,
cómo se hacen cada vez
más sofisticadas, más costosas
y más aplastantes.
Países que no tienen lo esencial
para su pueblo,
y que no dudan en endeudarse
de forma insolvente
la seguridad nacional.
Un poco por todas partes,
"en la margen izquierda 
y en la margen derecha",
hay secuestros, torturas,
asesinatos,
personas que desaparecen para siempre,
exiliados, refugiados.
Y en el marco de este terror
y de esta inseguridad, 
una sociedad de despilfarro.
¿Quién quitará
esas demasiado pesadas estructuras
que aplastan
a millones de hijos de Dios?
Y que llegan a matar más
que las más sangrientas guerras.
¿Quién quitará
esas demasiado pesadas estructuras
que aplastan a millones de hijos de Dios?
¿Quién va a ganar,
el fuerte o el débil?
¿Quién va a ganar?
¿Quién va a ganar?
Yo los conozco a los dos,
pues el débil soy yo.
Y mi triste poder
de asesinar la tierra,
haciendo una guerra que será la última.
Y perdiendo la vida
que me habían dado.
¿Quién va a ganar?

(Estribillo)

Yo los conozco a los dos.
El fuerte soy yo una vez más.
Yo podría suprimir
de las dos márgenes del mundo,
dominación, hambre, y cólera que gruñe,
y restituir la justicia que me habían dado.
¿Quién va a ganar?

(Estribillo)

¡Mira ante ti!
Ese gran río de odio
sube de la llanura
y te aniquilará.
¡Mira ante ti!
En el mundo se hace carrera de armas.
Es la última alarma.
Y tú no la oyes.

(Estribillo)

Para la seguridad,
llamada nacional,
cuántos pueblos se empalan
en una espada oxidada.
En nombre de la humanidad
se exila, se tortura.
Bajo el peso de las estructuras
tú caes, libertad.

(Estribillo)

¡Mira a tu derredor!
Tiranía, despilfarro,
¿será ésa la herencia
que tú les dejes?
¡Mira dentro de ti!
La miseria y el odio,
condiciones infrahumanas:
¿quién te sacará de ahí?

(Estribillo)

IV
EL ESPIRITU SOPLA

¡El Espíritu sopla!
Quien tiene ojos para ver
y oídos para oír,
descubre, no obstante,
signos de esperanza.
Qué pequeños parecen estos signos:
tal vez ridículos.
Quien tiene ojos para ver
y oídos para oír,
descubre seguramente
signos de esperanza.
Pero cuando Dios ayuda a los David,
hace temblar a los Goliat.
Pero cuando Dios ayuda a los niños,
hace temblar a los gigantes.
Quien tiene ojos para ver
y oídos para oír,
descubre seguramente
signos de esperanza.
Cómo explicar
estas grandes novedades:
de repente fuertes e invencibles,
sin recurrir a la locura,
a la violencia de las armas,
pues esas armas, ellos no las tendrán jamás.
Pues esas armas, ¿quién las fabricaba?
Eran sus opresores,
esos gigantes que ya no les causan miedo.
Quien tiene ojos para ver
y oídos para oír,
descubre, no obstante,
signos de esperanza.
Quien tiene ojos para ver
y oídos para oír,
descubre, seguramente,
indiscutibles signos de esperanza.
Los débiles descubren que se hacen fuertes,
e invencibles en la medida en que se juntan,
en que se unen;
no para pisotear los derechos de los demás,
sino para impedir
que sean pisoteados 
sus derechos fundamentales,
que no son un regalo de los gobiernos
o de los poderosos.
¡Ellos son un regalo del Creador y Padre!
los derechos fundamentales
de los pueblos de la tierra
no son un regalo de los gobiernos,
ni de los poderosos.
Los derechos fundamentales
de los pueblos de la tierra
son un regalo del Padre.
El don del Creador y Padre, el don del Padre.
¿Cómo explicar
que del lado industrializado y rico,
se multipliquen siempre más
grupos que llevan nombres diferentes,
diferentes leaderships,
diferentes objetivos específicos,
pero teniendo todos 
un claro denominador común:
la decisión de ayudar 
a crear un mundo respirable,
más justo y más humano?
Es el espíritu del Señor
quien sopla.
Ahí donde él sopla,
inspira en los países industriales,
la movilización de las buenas voluntades
en los países industrializados.
Cada uno por su lado, cada cual en su camino,
quiere contribuir a crear un mundo respirable,
más justo y más humano.

(Estribillo)

El quiere enseñar a unir
las comunidades de base,
esas primeras legiones 
venidas del mundo pobre.
El quiere enseñar a unirlas
a esos hombres nuevos,
surgidos del mundo rico,
para que forjen mañana,
un mundo respirable, más justo y más humano.
Es el espíritu del Señor quien sopla.
El dice:
El amor, el amor más fuerte
que el odio.
El amor vencerá al odio.

V
LA ESPIRAL DE LA VIOLENCIA

En aquel tiempo,
unos niños discutían
en plena imaginación creativa.
Mi padre tiene una bicicleta,
el mío una motocicleta,
en nuestra casa, mucho mejor,
porque tenemos dos.
Mi padre tiene una limusina,
que funciona con turbinas,
en nuestra casa, mucho mejor,
porque tenemos dos.
Mi padre tiene un gran avión,
para atravesar la barrera del sonido;
lo creerás, no lo creerás,
pero nosotros tenemos tres.
Yo no tengo nada de eso,
pero mi padre a mí me llevará...
¿A dónde?
Lo leeréis en primera plana:
mi padre y yo.
Durante ese tiempo,
una población infantil discutía
en plena destructiva.
"Vals macabro"
Yo he desencadenado
la primera guerra mundial,
Verdún, camino de muertos,
"Chemin des Dames".
Guerra primera
no ordinaria,
gran carnaval.
¡Vuestra pequeña gran guerra!
¡Un juego de niños,
antes de la mía!
Yo he desencadenado
la segunda guerra mundial,
Berlín, Varsovia
y Buchenwald,
el mundo entero echado abajo,
Hirosima.
Fabuloso sacrificio,
en forma de fuego artificial,
Hirosima.
Y si yo desencadenara
la tercera guerra,
sería ciertamente la última.
Nosotros poseemos diez veces más
de lo necesario,
para hacer desaparecer
la vida en la tierra;
¡adiós a la tierra!
Durante ese tiempo...
Durante ese tiempo,
el tercer mundo se preguntaba
en silencio:
¿Y nosotros? ¿Y nosotros?
¿Teniendo la miseria,
acaso no tenemos la guerra,
la más monstruosa
de las guerras?
Hoy en día,
la miseria llena nuestros cementerios
mucho más que vuestras dos últimas guerras.
Atención,
hombres, hermanos míos:
la violencia número uno
es la miseria, miseria que engloba
infra-alojamiento, infra-trabajo,
infra-diversión, infra-salud,
infra-vida, opresión,
dominación.
La violencia es la guerra;
la violencia es la miseria.
La verdadera guerra es la miseria.
Cuando la miseria estalla,
y conduce a asaltos,
a robos,
a asesinatos,
al odio;
cuando la miseria estalla,
y llega a suscitar
la falta de seguridad,
el deseo de venganza, el pánico,
se trata ya de la violencia número dos.
La miseria es la venganza.
La miseria es la violencia.
La miseria es el odio.
Entonces llega la represión,
es la violencia número tres.
La represión, muy a menudo,
salvaje, brutal.
Nosotros estamos ya en plena espiral
de la violencia.
Espiral de la violencia.
La espiral de la violencia.
Para combatirla, la violencia,
hay que combatir la miseria.
La verdadera guerra es la miseria.
¿Y nosotros, los niños?
¿Pensáis vosotros en vuestros hijos?
Mañana, sin embargo,
es nuestra era,
mañana es el año 2000.
Pensad en ello
desde hoy.

VI
EN MEDIO DE LA NOCHE

"Y ellas, estas alianzas,
se burlan de los sistemas políticos.
Se instalan
y se sienten a gusto
en el Oeste y en el Este,
al Norte como al Sur".
Es cierto, Señor,
es medianoche.
¡Pero cómo olvidar
que tanto más bella es la aurora
cuanto la noche es más oscura!
¿Y nosotros, los niños?
¿Pensáis vosotros en vuestros hijos?
Pues mañana nosotros seremos los mayores.
El año 2000 será nuestro tiempo.