Son la madre y el hermano de Shabaaz Bhatti, el ministro cristiano de Pakistán que fue asesinado por odio a la fe. El Papa Francisco les saludó después de la audiencia general. Marta, de 87 años, pidió a Francisco que no deje de rezar por los cristianos perseguidos.
PAUL BHATTI
Hermano Shabaaz Bhatti
"He visto al Papa muy emocionado y conmovido. Ha cerrado los ojos, ha apretado la mano de mi madre y la ha abrazado. Eso lo dice todo”.
Su hermano, Shahbaz, era ministro de Minorías en Pakistán. Se opuso fuertemente a la ley de Blasfemia que condena a quien critique al Islam. En la mayoría de los casos, se usa como instrumento para realizar venganzas personales contra cristianos y otras minorías. En marzo de 2011, los radicales musulmanes lo asesinaron.
Paul Bhatti, que también ocupó ese cargo, asegura la situación de violencia en Irak o Pakistán es complicada y no tiene realmente una raíz religiosa.
PAUL BHATTI
Hermano Shabaaz Bhatti
"Lo que está pasando en Irak y en Pakistán y en otras partes del mundo no es religión, esto es un tipo de terrorismo que usa la religión para sus objetivos personales. En Pakistán hay buenos musulmanes. Hay personas que nos apoyan y hay grandes fuerzas musulmanes que me han acompañado mientras he sido ministro”.
Al mismo tiempo, teme que la radicalización de los musulmanes conduzca a Pakistán a una situación como la de Irak. Por eso, asegura que el diálogo interreligioso es bueno pero que también es necesario realizar acciones concretas.
PAUL BHATTI
Hermano Shabaaz Bhatti
"Hay posibilidades porque tenemos un grupo de terroristas y extremistas que no respetan si quiera a los musulmanes. Hace falta identificar las causas que provocan esta violencia, discriminación y división por las que las personas, al final, son asesinadas”.
Señala que la educación es el principal instrumento para prevenir la violenciaen nombre de la religión.
PAUL BHATTI
Hermano Shabaaz Bhatti
"Si a los niños se les impone una filosofia radical y crecen como kamikazes, se está ejerciendo una violencia también contra ellos. Debemos salvar a estos niños”.
Su familia continua amenazada por los extremistas. Por eso, Paul Bhatti está obligado a vivir entre Pakistán y Europa. Aún con todo, asegura que no alberga ningún sentimiento de venganza. Al contrario, dice que su deber es continuar defendiendo a los que no pueden defenderse, tal y como hizo su hermano Shahbaz.