domingo, mayo 21, 2017

miércoles, mayo 17, 2017

FE Y COMPROMISO VI: Francisco Pinto

En la fila superior, segundo por la izquierda

martes, mayo 09, 2017

MARCELINO, EL CURA INFLUYENTE POR SU NO QUERER INFLUIR

Al fallecer Marcelino Legido sentí el deber de ofrecer a la sociedad una reflexión sobre cómo este cura pobre de Castilla había sido quizá el sacerdote más influyente en España en esos años del postconcilio. 
La tesis central era que influía máximamente porque no quería influir y que su nota característica era el entusiasmo. Que yo no fuera de sus amigos más cercanos no me parece que desacredite esta idea sino todo lo contrario: nos influyó a todos. Influía porque no quería influir y su forma de "encarnación" suscitaba un entusiasmo indescriptible, su “obsesión” por desaparecer formaba parte esencial de su “carisma”. 
Este artículo tiene tres partes. Primero señalo la influencia general de Marcelino. Después ofrezco de nuevo esa idea acompañándola de aquello que puedo explicar mejor: su influencia en el Seminario de Salamanca, donde no tenía ningún cargo y apenas tenía presencia. Termino aludiendo al "otro" santo de ese momento del Seminario: Antonio Romo. Lo hago así porque creo que eso explica algo esencial: diferentes "acentos" son convergentes dentro de la espiritualidad de encarnación.



lunes, mayo 01, 2017

CHARLA COLOQUIO: "Historias de amor: la muerte del hijo en etapa perinatal"

Pilar y Óscar con los asistentes
El pasado viernes Oscar Quintela y Pilar Gómez-Ulla expusieron a los padres de la catequesis y otras personas de la parroquia su experencia de duelo perinatal. Han colaborado en la creación de la "Red el Hueco de mi vientre"
La muerte de un hijo en etapa perinatal es una crisis vital enorme. Para unos padres que pueden ser jóvenes, que quizá no han tenido muy cerca el dolor de la pérdida... se trata de algo difícil de imaginar. El inicio de la vida, concebir, gestar, esa dramática y espectacular transformación hacia la maternidad y paternidad, y casi al mismo tiempo les toca despedir al hijo y encontrarse de frente con la muerte, el desgarro indescriptible y un silencio lleno de dolor.
Familia con "presencias" simbólicas
Pero como toda crisis vital, es también una ocasión de crecer. Por el contacto con la muerte, nos da la oportunidad de valorar la vida y vivirla con una conciencia e intensidad nuevas. Por el dolor desconocido hasta entonces, nos puede hacer sensibles al sufrimiento de otros, a la injusticia evitable. Por la experiencia del vínculo con el hijo, podemos descubrir en nosotros una capacidad de amar más allá de la muerte, una unión con el hijo, entre nosotros como padres y con toda la humanidad en su experiencia de parir y de amar, en su experiencia de dolor. Nos sentimos hermanos de toda la humanidad enamorada, y de toda la humanidad sufriente. No es raro que los padres en duelo sientan que nada está igual en su vida, y que también en su dimensión espiritual se transforman y maduran.
El 98% de las muertes intrauterinas en el mundo se dan entre los empobrecidos (The Lancet 2016). Esto significa que son en gran número ¡evitables! Y eso puede y debe cambiar.
En España apenas existen cuidados paliativos perinatales. Así, los bebés que nacen antes del límite de la viabilidad mueren sin atención médica paliativa. Los padres que reciben un diagnóstico de su bebé en gestación «limitante de la vida», son en la práctica empujados a abortar, porque no se les ofrece la atención adecuada para transitar el camino de acompañar a su hijo el tiempo que viva.
Y eso puede y debe cambiar.
Pilar (ponente) y Eugenio (párroco)
En ocasiones los padres cuyo hijo tiene alguna anomalía toman la decisión de abortar estando aún en estado de shock. Sin información de cómo es la vida de las familias que tienen un hijo en esas condiciones. Sin información actualizada de los avances médicos. Y eso puede y debe cambiar.
Profesionales y familias ya estamos caminando juntos en esa dirección. Amistad, trabajo y esperanza. Eso es la Red el Hueco de mi Vientre.
De esto hemos hablado en Las Palmas de GC. Porque queremos hacer del hueco de nuestro vientre una caja de resonancia para el dolor de otros. Dar sentido a nuestro propio dolor y hacerlo fecundo.

Hemos preguntado su opinión a los asistentes y nos han llegado alguno ecos: 

-Estuvo muy interesante. Algunos de los asistentes contaron sus vivencias. Creo el narrar una vivencia personal hace que se empatice más. Me pareció un acto de generosidad que compartieran algo tan personal e íntimo con nosotros.

-LA VERDAD ES QUE LA VIDA ESTA LLENA DE RETOS  Y PRUEBAS , ALGUNOS SE SUPERAN Y SE SIGUE HACIA DELANTE Y OTROS NOS PUEDEN HUNDIR DE POR VIDA.  LO UNICO QUE NOS QUEDA  ES QUE LA FAMILIA ESTE LO MAS UNIDA POSIBLE Y QUE EXISTA SIEMPRE EL AMOR. PARA SUPERAR EL GRAN DOLOR . EL AMOR LO SUPERA TODO 💓
 
Todo el mundo tiene derecho a la vida, que nadie debe culpa de no ser completo o nacer enfermo y, que junto a tod@s podemos ayudar a salir adelante a esa familia que por circunstancias de la vida ha dado vida a una persona con alguna enfermedad o capacidad reducida... que son esas personas y familias las que más necesitan ayuda y que todos junt@s insisto podemos... Esto nos hace unirnos más, protegernos y luchar contra cualquier adversidad que nos ponga la vida.

-Sabía que la(s) persona(s) que daban la charla estaban involucradas en la creación de la red "El hueco de mi vientre" y pensaba que se iba a exponer sobre todo cómo se había creado y cómo funcionaba esa red. Mi sorpresa fue encontrarme a un matrimonio hablando de su experiencia personal con la muerte no ya de uno (con lo duro que es eso), sino de dos niños. En esta época en la que nos ha tocado vivir en la que tanto miedo tenemos al dolor y éste se aparta, se oculta o se vive en privado, unos padres rotos por el dolor han decidido que su experiencia puede ayudar a los demás y doy fe de que lo consiguen, no sólo por cómo está funcionando la red (ya han arrancado en muchas comunidades), sino porque al final de la exposición todos pudimos comprobarlo con muchas personas que se animaron a sacar sus respectivos dolores y mostrarlos a los que estábamos allí reunidos, historias no menos dolorosas que la de los ponentes.  De la pena más profunda se saca y florece algo precioso. Me encantó.