"Si un cristiano no es revolucionario en
estos tiempos no es cristiano", ha dicho el Papa Francisco durante la
inauguración este lunes del Congreso Diocesano de Roma, ante más de
1.000 participantes a los que impartió la catequesis 'No me avergüenzo
de ser cristiano'.
De hecho ha asegurado que "una revolución para transformar la
historia, tiene que cambiar en profundidad el corazón humano" y, en este
sentido, ha precisado que "las revoluciones que han tenido lugar
durante los siglos han cambiado sistemas políticos y económicos, pero
ninguna de ellas ha cambiado realmente el corazón del hombre".
"La verdadera revolución, la que transforma radicalmente la vida,
la ha hecho sólo Jesucristo por medio de su resurrección", ha dicho, al
tiempo que ha citado a Benedicto XVI para remarcar que la resurrección
ha sido "la más grande mutación de la historia de la humanidad y ha dado
vida a un nuevo mundo".
Además, Francisco ha recordado que "con el bautismo, sacramento
pascual" todos los hombres se vuelven "partícipes del mismo cambio" y
como, el apóstol Pablo, les permite "caminar en una nueva vida".
El Pontífice ha añadido que la Fé enseña que sólo "sólo un corazón
nuevo, regenerado por Dios, crea un mundo nuevo; un corazón de "carne"
que ama, sufre y se alegra con los demás, un corazón lleno de ternura
para los que, al llevar grabadas las heridas de la vida, sienten que
están en la periferia de la sociedad". "El amor es la fuerza más grande
de transformación de la realidad, porque derrumba las murallas del
egoísmo y llena las zanjas que alejan a los unos de los otros", ha
remarcado.