Sugerencias para un cristianismo del siglo XXI: dialogante, comprometido, plural, vocacional, misionero, en crecimiento
miércoles, febrero 22, 2023
sábado, febrero 11, 2023
ABORTO DISPARA PATERNALISMO DE IZQUIERDA Y DERECHA
Eugenio A. Rodríguez Martín
Paternalismo de derecha o de izquierda paternalismo es. Vía cerrada a la justicia. Carreterilla local en vez de autovía. Con el aborto han salido los dos paternalismos a la palestra a exhibirse impunemente. ¿Y las que abortan dicen algo? No se las ve mucho, prácticamente nada.
Como el Constitucional se ha pronunciado el tema está en el ambiente y me di la penitencia de aguantar a los de 13TV y a los de 24 horas. Sesión continua. Aparentemente dos extremos contrarios que cada vez me parecen más el mismo paternalismo. ¿En algún lugar salen las que abortan? Nada. No encuentro. Siempre un genérico “las mujeres”. Soraya Saenz, Irene, Ione son mamás y lo celebran, hasta Bescansa llevo la criatura al parlamento, pero “las mujeres” tienen derecho a otra cosa.
Hubo un tiempo en que la importancia de lo político estaba bastante presente en la sociedad, quien más quien menos le daba importancia. Luego llegó el desencanto. La cosa rebrotó con “Democracia real ya” y bajó con el 15M y Podemos. Si el PSOE logró que “a España no la conociera ni la madre que la parió”, Podemos logró terminar sin parecerse casi nada al 15M. Y hoy, para las pobres, se propone paternalismo. Antes el 8M era de la mujer trabajadora. No, no, eso no, hoy usando en falso el nombre de “todas” se lo han quedado las de arriba, las de abajo que se las arreglen como puedan.
Lo de 13TV es cosa sería. Dedican un buen rato contertulios e invitados al drama del aborto de manera bastante racional aunque parecen amenazar con el voto a VOX. Buena parte del discurso se dedica al éxito de Red Madre, según el cual cuando una madre recibe ayuda ya no aborta. Sin embargo no plantean ni por asomo una política económica (salarial y de vivienda sobre todo) que haga innecesaria esa ayuda. ¿Paternalismo? Eso parece. El noticiario sigue y tras el punto y seguido se desvela ese fervor ayudativo. Se manifiestan ahora contrarios a subir impuestos a los ricos. Dicen que va contra la economía esa forma de tratar a los inversores. Misterio desvelado.
Lo de 24horas de TVE es también cosa seria. También el aborto es un drama para estos. Pero esto es lo que hay. Los que antes creían en la importancia de las estructuras, de las “condiciones objetivas” prefieren dejar a la mujer sola ante el peligro. Nada de reformas laborales o de vivienda. Es cuestión de libertad. Ya no es hora de recordar que Fidel Castro dijera que “la filosofía del imperialismo se sintetiza en dos palabras: ni los pueblos deben hacer revoluciones, ni las mujeres deben parir“. A mí no me entusiasma Fidel Castro pero sí esa idea tan certera. 24H tiene que condenar a Franco una y otra vez pero no quiere reconocer que el PSOE de la II República estuvo contra el aborto, y no por antiguo sino porque creía que eran las condiciones sociales las que había que mejorar. Tampoco en 24H hablan las que abortan. Tengo la misma sospecha de paternalismo. Las ministras tienen hijos. La ley del aborto también parecen hacerla para otras.
No estoy contra el aborto por razones religiosas. Me bastan criterios racionales. Es cuestión de justicia y hasta de pensiones. Los creyentes no queremos imponer nuestras creencias desde la legislación. Nos basta la razón para defender la vida, para escandalizarnos de que en Islandia ya no nazcan niños con síndrome de Down, que el aborto puede dejar secuelas físicas a veces y prácticamente siempre psicológicas. Es ahí donde tenemos que dialogar.
El paternalismo del aborto me parece anacrónico. ¿Ahora que damos la enhorabuena a las parejas cuando se quedan embarazados? ¿Ahora que se pone nombre al bebé mucho antes de que salga por el canal del parto? ¿Ahora que sabemos que desde el momento del embarazo hay cambios en el cerebro de la madre ¡y del padre!? ¿Ahora que decimos que sigue siendo cierto que la madre pare pero también es cierto que el niño nace? ¿Ahora que se insiste en que el nacimiento es un hecho natural cuyo protagonista principal es el bebé? ¿Ahora que decimos más “bebé” que “feto”? ¿Ahora que las madres (y sus parejas) que abortan libremente tienen un duelo tan real como las otras?
El convencimiento de los proabortistas es un débil argumento. Convencidos estaban los partidarios de la pena de muerte, los de la lucha armada, los de “la letra con sangre entra”, los terraplanistas, los que decían que la mujer, los negros o los gitanos era inferiores, Pero todas esas cosas van pasando. Y no solo es cuestión de tiempo. Es la fuerza de los hechos la que cambia la conciencia. Hay que quitar estorbos: intereses (negocio) y paternalismos. De derecha o de izquierda.
martes, febrero 07, 2023
JOSÉ LUIS SABORIDO: LA fe no se transmite, se contagia
I. LA FE
1. La fe no…
La fe no se “hereda”
La fe no se “enseña” ni se “aprende”…
La fe no se “transmite” como se transmite algo que uno –el sujeto - tiene, y que comunica a otro –objeto de la transmisión- no tiene. En realidad sería un tipo de comunicación “bancaria”, como la llamaría Paulo Freire.
2. La fe sí…
La fe se contagia
La fe se propone
La fe se comparte. sobre todo, un compartir un camino…
II. LA TRANSMISIÓN DE LA FE EN LA PARROQUIA
1. La situación
2. La catequesis
a) El “despertar religioso”
b) Una catequesis en crisis
c) Urgencias
- Hay que afrontar el problema de la ausencia de “despertar religioso”
- un “proceso de iniciación cristiana”
- Es necesario desescolarizar la catequesis
- Es necesario priorizar la “experiencia religiosa
Hay que priorizar la catequesis de
- Hay que lograr la orientación
d) Problemas. Todo esto supone un fuerte cambio de mentalidadEn esta situación, sobrevienen las “tentaciones”:
-Seguir haciendo lo mismo
- Abandonar la catequesis
- Revolucionar todo “a tontas y a locas”…
3. El “primer anuncio”
a) La “catequesis misionera”
«Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación.» (EG 27)
b) Qué es el “primer anuncio” o “kerygma”
4. La comunidad
a) El “contagio” de la fe
b) Comunidad y transmisión de la fe
Una crítica.
Un deseo.
5. La familia
a) La familia y el “primer anuncio”
b) La acogida
c) Humanizar la sociedad
No hay derecho al aborto
Hay que ver el esperpento electoralista del Gobierno social-podemita de Sánchez, que es el comunicado enviado al Gobierno de Castilla y León con ocasión de la propuesta de un consejero sobre el aborto. Ay, el aborto. Una cierta derecha hizo de él el eje de toda una ética y hasta de toda religión, y la izquierda ha hecho del mismo todo un derecho fundamental y el eje y signo de toda una política de progreso y de futuro. Ni una cosa ni otra.
El aborto voluntario no es un derecho fundamental, al carecer de calificación moral suficiente, y solo puede llamarse derecho en relación con la ley positiva de cada Estado. Dentro de un siglo, aparecerá como una vergüenza social que los contemporáneos no supimos prever, atajar o remediar; algo así como nos parece a nosotros la esclavitud o la trata de negros de siglos pasados.
La doctrina jurídica actual, de tradición liberal individualista, contempla el nasciturus como un mero bien jurídico, con cierta tutela legal, dependiente de la mujer, dependiente de su libertad, que puede expulsarlo a voluntad del sistema jurídico y biológico, con el poder soberano de administrar la vida y la muerte.
Con menos contemplaciones a veces que con una planta o un animal, y, no digamos, un aninal protegido.
El aborto ha llegado a ser expresión suprema de un llamado derecho femenino, de un derecho que parece separado del derecho común, como si la mujer estuviera sola en el mundo, como si el nasciturus fuera solo propiedad exclusiva de la mujer.
Cierto que en una ley ideal sobre la vida, la procreación, la familia, sería muy difícil no conceder alguna excepción legal a ciertos estados de necesidad, a ciertas situaciones trágicas, lo que casi todo el mundo podría entender en casos de conflicto entre dos vidas, violación…
Pero no podemos dar por buerna sin más esa doctrina del mero bien jurídico dependiente, cuando ese sintagma abstracto se traduce por un ser vivo, por otro humano, que acaba siendo mera víctima del disfrute de un derecho.
Y, dejando la dimensión jurídica del caso, lo que me parece increíble en una sociedad democrática, que se fatiga cada día hablando de derechos, de ecología, de la sociedad de cuidados, de la diversidad funcional e intelectual, de la protección de los seres más frágiles y débiles de la creación…, es dar por bueno el estado actual de cosas, con millones y millones de casos de abortos legales, incluso de fetos capaces para la vida, a veces sin la más mínima reflexión crítica y autocrítica sobre tan dramática situación. ¿Cómo?: hasta dando muestras de indiferencia cuando no de satisfacción y ventura ante todo lo que sucede. Y pobre, o maldito, de quien levante la voz y ponga en duda, con cualquier señal que sea, la normalidad, la licitud y el derecho del aborto.
No creo que a tales progresistas insensibles les conmueva ni mucho ni poco que les digan que los más perjudicados son los no nacidos pobres, y las mujeres no nacidas; que el aborto ciega la sensibilidad de las personas; que es el signo del individualismo más posesivo, o el impedimento supremo para una nueva civilización…
Pero nadie podrá negar el cinismo existente en una sociedad, que quiere cararacterizarse por su compromiso social y político en la universalización del respeto de la vida humana, y se abstiene, como mínimo, de reaccionar, de una u otra forma, ante la producción social de la muerte masiva de seres que podrían haber vivido.
No creo que esa pasividad social, esa indiferencia, esa quasi aceptación de ese mal, o desgracia, sufrimiento o fracaso -que todo eso suele reconocerse en el aborto-, de ese abandono a su suerte, a la extinción, a la muerte, de los sujetos más frágiles, dependientes e inhábiles, sea muy coherente con el horizonte utópico, impulsor, de la dignificación y protección de todas las vidas de la creación; de esa universalización de la vida plena, que es, hoy en día, el santo y seña de las sociedades, que llamamos más avanzadas, progresivas, democráticas y humanistas.
domingo, febrero 05, 2023
¿Llevamos a los niños pequeños a Misa?
(sobre al autor)
A veces para que se vayan acostumbrando, otras porque no tenemos con quiénes dejarlos y otras porque daño no les va a hacer, solemos llevarlos con nosotros a la misa de cada domingo. ¿Está bien? ¿Qué es lo que deberíamos hacer? ¿Conoces sitios en donde hayan solucionado este problema?
Una vez más: la eucaristía no es una celebración para niños. Incluso las eucaristías para niños muchas veces no son más que sucedáneo que satisface, pretendidamente, algunos tópicos, pero suscita interrogantes muy inquietantes.
Habría que evitar que asistan a la eucaristía sin participar en ella. Y, por cierto, esto no sólo los niños sino los mayores que sólo oyen los altavoces, no la palabra de Dios. Porque también fue mala idea eso de formular un mandamiento como oír misa entera todos los domingos como sin se mandase oír y se hiciesen acomodaciones para puntualizar el sentido de entera haciendo rebajas para justificar los mínimos.
Cuando existe una comunidad de creyentes que celebra su fe en la eucaristía, la presencia de los niños va siendo progresiva, cuando ya se están preparando para participar en la misma el día de la Primera Comunión.
Cuando lo que se quiere resolver es el problema de atender a los niños para que sus padres puedan vivir sin agobios la eucaristía, y todos los fieles concentrados en una iglesia no tengan que estar aguantando (por generosamente que lo hagan) que los niños procedan como niños durante una misa, entonces se encuentran múltiples soluciones: desde un rincón suficientemente retirado y acondicionado en la iglesia para que los niños jueguen, hasta la organización de actividades paralelas y tuteladas por monitores adecuados para esta tarea en locales cercanos a la iglesia.
La asistencia precoz a la eucaristía no va a mejorar su manera de comprenderla ni de vivirla. Más bien al contrario. La expresión de una fe comprometida y compartida no puede hacerse en falso, y justificar así, de una manera bienintencionada pero equivocada, el que se siga viviendo el resto de la vida en falso.
Ni rezar sin rezar. Ni ir a misa sin vivir la misa. Ni el soportar unos ritos, unas oraciones, unas predicaciones que no se pueden entender, y que dejan como poso que ir a misa es un rollo y, en cuanto podamos, ya no iremos.
El respeto a los niños y el respeto a la eucaristía son las dos coordenadas que pueden orientar a los que andan buscando soluciones. Y la existencia de una comunidad de fe que celebra la eucaristía de verdad será la que encuentre las soluciones concretas para los niños nacidos, bautizados y catequizados por esa misma comunidad.
viernes, febrero 03, 2023
EDUCACIÓN: CUATRO LADRILLOS QUE NOS CONSTRUYEN COMO PERSONAS (RADIO)
Estos cuatro elementos surgen de la revisión, de la reflexión y del diálogo de nuestra tarea como padres, profesionales, como monitores, como familia, acerca de nuestra tarea educativa con niños y jóvenes.
No es ninguna teoría científica (al menos de momento) que se estudie en las universidades, sino que pretende colaborar con todas aquellas personas que les interesa la educación y el crecimiento integral de los niños y de los jóvenes. Se trata de reflexionar sobre cuatro elementos que son como la base sobre la que se va construyendo y madurando la personalidad a lo largo de la vida. Esta reflexión está abierta al diálogo y a las aportaciones de todos los que quieran hacerlas.
REFLEXIVIDAD
El primero de estos 4 elementos es la reflexividad. Reconocemos una etapa en la vida de los niños, normalmente una etapa temprana, en la que los niños nos hacen preguntas y se hacen preguntas, ¿por qué pasa esto? y cuando les damos una respuesta, vuelven hacer otra vez la misma pregunta y ¿por qué pasa eso?
La reflexividad la podemos definir como la capacidad de hacerse preguntas. Es importante hacerse preguntas, yo diría que es el primer paso, el primer ladrillo para construir una personalidad adecuada al mundo en que vivimos. Hacerse preguntas requiere la cualidad y la capacidad de centrar la atención, es decir, la capacidad de dirigir la atención hacia un objeto determinado, mantenerla durante un tiempo. Esta capacidad nuestra de concentrar la atención se ve atiborrada por un montón de cosas. Necesitamos la sorpresa, la capacidad de sorprendernos. Esta capacidad es muchas veces imprescindible para hacerse preguntas. Además de la necesidad de centrar la atención es importante también ser capaces de contener el primer impulso que muchas veces brota ante una pregunta, el primer impulso de dar una respuesta sin abrir una pausa. Esta pausa, a menudo imprescindible entre la pregunta y la respuesta, es la que nos permite introducir nuevas opciones, nuevas variantes de respuestas, nuevas posibilidades, ser más creativos. No solo es importante dar buenas respuestas sino abrir este espacio entre la pregunta y la respuesta que permita considerar las alternativas, que nos permita valorar nuestro primer impulso. A veces puede ser un primer impuso adecuado o correcto, pero otras veces podemos encontrar mejores respuestas cuando somos capaces de hacer este "alto".
Esta dinámica de la reflexividad tiene mucho que ver con la capacidad o la dinámica de los adultos de hacernos preguntas a nosotros mismos en alto delante de los niños y darnos respuestas. Quizás si los adultos nos hiciéramos más preguntas y diéramos menos órdenes potenciaríamos más en los chavales esta cualidad de ser reflexivo. También tiene que ver con la capacidad nuestra de hacerles preguntas a ellos, no interrogatorios sino preguntas acerca de cosas que vemos en la realidad y dejar que ellos den sus propias respuestas. Esa dinámica desde pequeños permite acrecentar la cualidad de la reflexividad.
AUTONOMÍA
El segundo elemento es la autonomía. Si en la primera hablamos de la capacidad de hacerse preguntas, la autonomía tiene que ver con la capacidad de plantearse a uno mismo la pregunta sobre “¿qué tengo que hacer ahora?” “¿qué pide de mí esta situación?”. También con la capacidad de responderse a esa pregunta y poner la respuesta en marcha. Lo que sucede es que muchas veces, no hay pregunta porque esa pregunta es constantemente respondida exteriormente. “Tienes que lavarte los dientes”, “ven a comer”, “ayuda a poner la mesa”, “estudia, vamos hacer los deberes”, “vístete”… En demasiadas ocasiones los padres, y los adultos en general, lo que hacemos es decir a los chicos lo que tienen que hacer, sin dar espacio para que ellos se hagan la pregunta.
Es verdad que para que exista la autonomía, además de esa capacidad de hacerse la pregunta, de esa reflexividad, tiene que existir la voluntad que supone ponerse en marcha. Se trata de decidir actuar y hallar la respuesta adecuada a esa pregunta. Muchas veces el primer paso a la hora de actuar es el más difícil de hacer, y también el que permite iniciar el movimiento. Esta autonomía la entendemos desde la capacidad de hacerse la pregunta de qué tengo que hacer, qué pide de mi esta situación, y también con la capacidad de responderse, de dar una respuesta adecuada y en tercer lugar de ponerse en marcha, es decir de dar el primer paso y llevar a la práctica aquella respuesta.
SERVICIALIDAD
El tercero elemento lo llamamos servicialidad, los dos anteriores tanto la reflexividad como la autonomía se puede volver hacia uno mismo, de forma que las pregunta que yo me hago y las respuestas que me doy tienen que ver conmigo. De esto modo conducen, o podrían conducir al autocuidado, podríamos decirlo así, en una dinámica sana, y no es poco que sea así.
La servicialidad tiene que ver con la capacidad de hacer la pregunta de "qué necesitan los demás”. En la "autonomía" nos hacíamos la pregunta ¿qué pide esta situación de mi? ¿qué tengo que hacer ahora?, pero en la servicialidad lo que valoramos, lo que nos preguntamos es ¿qué necesitan los demás? ¿qué necesita mi familia?, o ¿qué necesita este amigo?, o ¿qué necesita este grupo de amigos, qué necesita mi clase en estos momentos?. También el gran mundo, el barrio, el colegio, la ciudad, el mundo en que vivimos, y la pregunta “¿yo qué puedo hacer ? ¿qué puedo aportar?” Me planteo lo que yo puedo hacer, lo que pide de mi esta situación para transformar, para corregir, también para mejorar y ampliar las cosas que van bien, para también corregir las que no van bien.
Es verdad que no todas las personas autónomas y con reflexividad estan disponibles para los demás. La servicialidad da un paso más al introducir la mirada al pequeño y al gran mundo y preguntarse no solo por lo que me toca a mi ahora , sino por lo que necesitan los demás. Una servicialidad sin reflexividad, no es más que obediencia, muchas veces sin mucho sentido y una autonomía sin servicialidad puede llevar únicamente al egoísmo.
SOCIABILIDAD
El cuarto y último elemento lo hemos denominado sociabilidad. La sociabilidad tiene que ver con la capacidad de establecer lazos y relaciones sociales sanas que vayan dirigidas también a un objetivo común. Es decir, relaciones que no se quedan única y exclusivamente en el propio beneficio.
Todas estas dimensiones han de equilibrarse entre sí. Podemos encontrarnos, por ejemplo, con un problema de sociabilidad por exceso, es decir personas que por la relación social pierden de vista el “¿para qué?”, la relación social se convierte en el objeto de la propia relación con lo cual se pueden llegar a hacer cosas o dejar de hacerlas solo para “encajar”.
Además si la relación es el fin en sí mismo, por ejemplo en una pandilla de amigos, en un grupo o asociación, eso puede generar un círculo cerrado que se estanca. También nos podemos encontrar con chavales que tienen una sociabilidad defectuosa, retraídos, con dificultad para relacionarse con otros, dificultad para iniciar nuevas relaciones, y de esa manera, permanecen muchas veces aislados. De esa forma -aislados- tampoco pueden dar respuesta a las necesidades y problemas que detectan a su alrededor. No damos respuesta si nos quedamos aislados en que las relaciones en sí mismas sean el objetivo, pero tampoco damos respuesta si somos incapaces de establecer relaciones que nos permitan abordar ese objetivo.