“Los pobres me han evangelizado” es como un pequeño cuaderno de notas del asombro que los pobres producen a un misionero que quería ir a evangelizar y se encontró con un Evangelio “superior”. El ejemplar de los años setenta llevaba veinte ediciones en seis idiomas. No sé por donde va. Lo leí en los años del Seminario o recién ordenado, no sé. Ha estado estos meses en mi mesilla de noche y lo habré releído tres o cuatro veces. Son pequeños hechos protagonizados por pobres. “Un pobre es un gigante” dice Chércoles con razón.
Habla, por eiemplo, del matrimonio que se había pasado toda la vida ahorrando para una peregrinación a Tierra Santa y cuando llegaba el día, devolvieron los billetes porque un vecino iba a dejar de estudiar por falta de dinero para los libros y le dieron lo que tenían; al misionero -cuando intentó consolarlos- le dijeron que ésta era la mejor Navidad. Cuenta del emigrante que pide perdón, con la foto de su lejana familia entre las manos, por acudir a la prostitución. Y así, historias, vida.
Manifiesta vida obrera, vida de familia, de gente creyente que cuando adopta un niño se lleva el que nadie quiere. Y cuenta también de fariseos, de falsos cristianos, engreídos, que le advierten que no se fíe de los pilluelos que precisamente son sus verdaderos amigos.
Alguna vez el misionero José Bouchaud tuvo que ser también el Superior General de los “Hijos de la Caridad” y al preparar algunos “retiros” hizo pequeños textos. Fidelidad, síes y noesm equipo, amor y esas pequeñas experiencias que hacen tan bella la vida cristiana. “A quien le falta el amor y la alegría en la vida es porque él le ha fallado al mundo”, proclama.
¿Cómo amas?
Tienes una sola vida
En el fondo de toda nuestra cobardía, está el miedo de contar nuestra vida con la de Cristo. Hay algo más peligroso que la tentación de infidelidad, es la tentación de fidelidad perezosa.
Dios te ha dado una vida, una sola vida. Depende de ti que llenes de Amor, o que la consumas en camino inútiles.
Lo que importa en la vida, no es tanto el lugar donde estás, sino la dirección que estás tomando, con quiénes la tomas y para qué.
El peor enemigo de tu vida no es la muerte, es el desaliento. La peor de todas las muertes es vivir una caricatura de la vida.
Cuando la noche es oscura, es mejor encender una vela que maldecir la noche (Proverbio chino).
Ser Joven
- Ser verdaderamente joven, no es tener 20 ó 25 años. Es tener un corazón que no sabe lo que es “acomodarse”.
¿Si los jóvenes son prudentes, quién será audaz?
El único camino para conseguir una meta es no desanimarse nunca. El que se sienta al borde del camino reduce a mero espectador de la vida.
Dios te quiere hombre
No se puede encontrar al verdadero Dios sino en el centro de la invitación que Él te dirige para que seas plenamente hombre.
El éxito, la libertad y la felicidad de tu vida dependen a menudo de unos “si” y de unos “no” pronunciados y vividos entre los 15 y 25 años.