jueves, junio 26, 2025

Rafa Pascual , El Corpus y la multiplicación de los panes (Corpus C)




  
Fraude The Chosen 
Eugenio Rodríguez

Mi opinión personal de la famosa serie The Chosen ha extrañado a las personas con las que comento estas cosas. A mí no me gusta. Creo que tergiversa la verdadera realidad bajo la apariencia de la fidelidad al texto.

Entiendo que "guste" porque el personaje es imponente: un Dios que quiere ser amigo, además de ser hermano, que dice y hace cosas tan nuevas es algo conmovedor.

Además hay elementos cinematográficos que pueden estar muy bien.

Pero si no responde bien a lo que verdaderamente pasó no ganamos nada. Si, además, esa lectura mágica aleja a muchos de Jesús creo que no nos tiene cuenta. 

La explicación de Rafa Pascual (audio en esta misma entrada) me parece mucho más acertada.

Este es el episodio:

 
Y aqui un fragmento del comentario de José Luis Guerra (comenta cada semana en Facebook como  Parroquia de San Francisco de Asís - Las Palmas de Gran Canaria

José Luis Guerra
Corpus Christi, a la luz del Evangelio (C) (Lucas 9, 11b-17)

Celebramos este domingo, el Corpus Christi, la fiesta de la vida: De la vida entregada, del cuerpo y de la sangre, entregado y derramada por nosotros. Participar del Cuerpo y de la Sangre de Cristo no tiene otra finalidad. Decía San León Magno – y así lo recoge la liturgia en sus formularios – que “cuando comulgamos en la Misa nos transformamos en aquello que recibimos”. Dios se hace presente en nosotros: Mi corazón lo absorbe y Él absorbe mi corazón…Nos convertimos en una sola cosa…El hombre, decía alguien, es la única criatura que lleva a Dios en su sangre. Llevamos en nosotros, lo decíamos el pasado domingo, un cromosoma divino.

Jesús hablaba a la gente del Reino de Dios y curaba a cuantos necesitaban sanación. Hablaba del Reino y anunciaba que el Reino de Dios estaba cerca y lo hacía con amor. Pasaba e iba curando la vida.El evangelio está repleto de milagros. Jesús toca la carne de los pobres y la carne se cura; toca los ojos del ciego y aquellos ojos muertos se llenan de luz; manda levantarse al paralítico y este se alza y baila por los caminos de Galilea con su camilla al hombro…Todo eso, todos esos milagros, se convierten en signos, en una especie de laboratorio, de adelanto, de ese Reino que predica…Esos milagros que realiza Jesús y la alegría que producen, esa sanación que se produce a su paso, es la puesta en escena de ese mundo nuevo que Jesús anuncia, liberado, sanado.

Y aquellos hombres y mujeres que le siguen se sienten seducidos por el sueño de un mundo nuevo, que ven cómo se hace realidad con Cristo…Y esto les seduce de tal modo que hasta se olvidan de comer…Por eso, los apóstoles se ven en la necesidad de intervenir: “Despídelos, dentro de poco caerá la noche y estamos lejos, estamos en un descampado sin posibilidad alguna para acoger a esta gente”. Se preocupan de la gente, pero adoptan la solución más mezquina: “Despídelos”. Pero Jesús no ha rechazado jamás a nadie, nunca ha despedido a nadie. Y da un primer paso hacia el milagro de los panes que más que “multiplicación” habría que llamar “división”. Jesús improvisa una solución al problema, que pasa por compartir, por la implicación personal en la solución de las dificultades: “Denles ustedes de comer”. “Den”, un verbo simple, práctico: DAR.

En el evangelio el verbo AMAR se traduce siempre por otro verbo concreto, activo, de manos: DAR. “Dios ha amado tanto al mundo que le dio a su Hijo…No hay amor más grande que dar la vida por los amigos…” Los apóstoles, sin embargo, no están en condiciones de solucionar el problema: No tienen sino cinco panes y dos peces…Un pan para cada mil personas…Es ridículo, no soluciona nada. Pero la sorpresa estalla en aquella tarde: un poco de pan, compartido, que pasa de mano en mano, que circula, resulta suficiente, porque sólo se podrá poner fin al hambre, no cuando cada uno se coma su propio pan, sino cuando dividamos, compartamos lo que cada uno tiene, cuando en lugar de acumular hagamos circular lo que tenemos: dos peces, un vaso de agua, aceite y vino sobre las heridas del otro, un poco de tiempo…En definitiva, cuando compartamos de verdad “La vida se multiplica cuando se da.” Todos comieron hasta saciarse. Ese “todos” es importante. En aquel descampado había niños, mujeres y hombres. Santos y pecadores, hombres honestos y hombres de doble vida, hombres escrupulosamente religiosos y muchos otros que quizás vivían al margen… Y “todos” comieron hasta saciarse…Nadie es excluido…