A partir de la presentación de un magnífico libro de teología, el profesor Martin Gilabert OP, de la Facultad de Teología de Valencia explica cómo interviene Dios en el mundo, el sentido de la oración de petición, los milagros y otros temas en forma de entrevista que agradecemos a Radio Tamaraceite
Entrevista de Eugenio A. Rodríguez en la Emisora diocesana de Canarias sobre el libro ¿Cómo actúa Dios en el Mundo?
Entrevistamos al catedrático emérito de la Universidad de Valencia, profesor de Teología fundamental sobre un libro que apenas ha sido recensionado en España aunque fue publicado y traducido a propuesta de teólogos destacados. Entiéndase como lógico el lenguaje oral propio de una entrevista de radio.
Martín Gilabert OP, ¿cuál crees que son los más importantes que se plantea este autor?
Bueno lo que dice este señor en el libro, que es lo que dice la teología contemporánea, y además es una opinión más que asentada en la Iglesia. Dios actúa siempre entre causas segundas, o sea, Dios no actúa directamente. Directamente actúa el médico, directamente actúo yo cuando ayudo a los pobres. Dios si ayuda a los pobres es a través de mí que les ayudo, o el médico a través de la medicina. Dios actúa a través nuestro.
¿Dónde actúa Dios a través nuestro? Dios actúa a través nuestro cuando nosotros buscamos la paz, el amor, la reconciliación, la justicia donde hay obras de bondad, obras de justicia, donde hay belleza, aquí es donde ésta actuando Dios. Y todas estas cosas son obras del Espíritu santo. Ya decía Tomás de Aquino que la verdad la diga quien la diga, insisto, la diga quien la diga, aunque lo diga el diablo, procede del Espíritu Santo. Si el diablo dice la verdad o si el diablo hace el bien, estaría haciendo lo que Dios quiere, estaría actuando contra sí mismo. Lo mismo pasa con la justicia, la haga quien la haga, o el amor provenga de donde provenga… eso es obra del Espíritu santo y así es como Dios actúa en la historia y en el mundo.
Eso es lo que dice hoy en general la teología contemporánea y también esta recogido en el Catecismo de la Iglesia, que nos dice que Dios actúa a través de causas segundas. Eso quiere decir que Dios no es una causa más al lado de las otras causas. No es que yo vaya al médico, y después vaya a la farmacia y después me tome el medicamento y después me vaya unos días de reposo a un buen hospital y después de que todo eso ha fallado metemos la oración. No, no, no, la oración no es una cosa más al lado de las cosas. Mi referencia a Dios esta actuando en todo lo demás y en toda la realidad.
Entonces se esta repensando o experimentado o la experiencia de Dios como Omnipotente, omnisciente… ¿Dónde queda la omnipotencia de Dios en esta idea?
Dios es omnipotente pero no a la manera de como nosotros entendemos el poder, nosotros entendemos el poder. A veces entender el poder incluso para actuar en contra de los demás, y pensamos que con el poder podemos hacer lo que nos de la gana, no. El poder de Dios es un poder que de alguna manera podemos decir que está condicionado por la obra que Dios ha creado, porque respeta nuestra libertad y la obra que Él ha creado y respeta la marcha del mundo y la marcha del universo. Todo funciona porque Él lo está sosteniendo en el Ser. Nosotros funcionamos porque Dios nos sostiene en el Ser, pero las cosas las hacemos nosotros. Dios hace posible que nosotros hagamos, y Dios hace posible que la vida sea fecunda y que la vida crezca, pero Dios no es el que interviene como un ingeniero, o como un arquitecto haciendo las cosas, eso no. Dios es el que da la posibilidad del Ser, y el que da la posibilidad de actuar, y así es como Dios actúa
Ocurre un incendio y nos dirigimos a Dios…
Sí claro y lo que Dios nos dice, o lo que nosotros deberíamos escuchar cuando nos dirigimos a Dios es: Vete tú y apágalo y procura que haya las condiciones adecuadas para que no vuelva a ocurrir un incendio. Si ocurre una desgracia que es imprevisible ¿qué es lo que nos dice Dios? Vete y ayuda a la pobre gente que se ha quedado sin casa o que se ha quedado sin cosas, sin ropa, que se ha quedado necesitada, eso es lo que nos dice Dios. ¿Cómo actúa Dios en medio de una tormenta, o de una desgracia o de un huracán? Dios actúa a través nuestro siempre, y actúa a través de nuestra bondad, de nuestra ayuda que hacemos a los demás. Dios no baja del cielo con sus ángeles a apagar el incendio, ni manda la lluvia, la lluvia llega cuando las condiciones meteorológicas y los elementos sísmicos de la tierra permiten que lleguen.
Entonces, ¿la comprensión de los milagros también esta cambiando por así decirlo?
Bueno, vamos a ver, Dios actúa en todas partes. Dios actúa cuando el sol sale, cuando crece la semilla, cuando se cura mi madre, y cuando se muere mi madre. Solo faltaría que Dios actuara cuando yo le rezo para que se cure mi madre y Dios estuviera ausente si es que no se cura y se muere. Dios ésta a lo mejor más presente cuando se muere mi madre y el que no lo vea así, entiende que la oración es magia, y la oración no es magia. La oración es poner mi vida cara a Dios y vivir los acontecimientos que me ocurren desde la Fe.
Entonces ¿qué pasa con esto de los milagros? En la vida de cada uno, en la historia del mundo y en la vida ocurren cosas inesperadas, cosas sorprendentes... si uno esas cosas inesperadas o sorprendentes resulta que le han favorecido y además lo ha vivido en un clima de religiosidad, que él ha encomendado en la oración este acontecimiento particular a Dios, y esto le resulta favorable, él puede ver ahí un motivo para dar gracias a Dios y si no le resulta favorable también tiene que ver un motivo para dar gracias a Dios.
A veces hay cosas en la vida humana, cuando una persona se encuentra en una situación como un terremoto, con un tornado, con un acontecimiento y dices ¡qué valor ha tenido esta persona! ¡mira cómo se ha jugada la vida! ¡cómo nos ha ayudado! En esta acción extraordinaria en donde uno se ha descubierto a sí mismo, es donde uno ha visto la grandeza de la humanidad en este acontecimiento en particular. Esto es lo que ocurre cuando hay un acontecimiento favorable que yo he encomendado a Dios y que yo he vivido en clima de religiosidad pero en un clima de religiosidad prudente y moderado, nada de grandilocuencia, ni de poner 50 velitas a la virgen… no, no, lo mejor es vivir esto desde la normalidad ,
Hay un acontecimiento en el libro de Josué, esto para que los creyentes o la gente que nos escucha lo puedan comprobar. Nos vamos al libro de Josué y leemos el relato del paso del rio Jordán por el ejército de Josué y dice allí que las aguas se separaron en dos y allí pasó el ejército de Josué. La nota de la biblia de Jerusalén es la que me interesa a este verso. Dice que las aguas del Jordán se separaron en dos ¿qué dice la nota de la biblia de Jerusalén? Dice que una cosa parecida pasa 2.000 años después, o sea dos o tres o cuatro mil años después, en el año 1200 y pico. Un cronista árabe que se quedó un poco sorprendido que las aguas del Jordán dejaban de fluir, pues en vez de decir Ala y el Corán, y otras cosas más, el cronista árabe se fue aguas arriba y vio que aquel lugar era un lugar de desprendimiento de tierras que de vez en cuando cortaba el agua del Jordán.
Lo que para el ejército de Josué fue un acontecimiento milagroso y fue una ocasión de dar gracias a Dios porque Dios cuidaba de ellos y ven reflejado este cuidado en el acontecimiento que estaban viviendo. Para un cronista 2000 ó 3000 años después fue una cosa normalita; de vez en cuando hay desprendimiento de tierra y no lo vivió como una necesidad perentoria, que su vida se había salvado. No estaba en un clima de religiosidad y era una cosa normalita.
Entonces lo que para unos es una cosa normalita para otros puede ser una ocasión para ver como Dios cuida de nosotros. Pero cuida de nosotros cuando las aguas se separan y cuando las aguas no se separan. Lo que pasa es que a lo mejor unos tiene más tendencia a lazar gritos de júbilos, y acciones de gracias, y cantos de bendición cuando las cosas son favorables y cuando no son favorables pues hace oraciones más de resignación.
¿No te parece necesario hacer una reflexión o una pastoral o una mística sobre que Dios ha elegido ser débil o sea ha elegido no intervenir continuamente y que su lugar es otro?
Claro, claro, ese es el misterio de la encarnación que comienza ya desde la mismísima creación del mundo, Dios pues hace que las cosas sean y las cosas funcionan por si mismas, gracias a que Dios las esta sosteniendo desde el Ser, pero no las sostiene como las sostiene un ingeniero, repito. “No hay brisa si no alientas, monte si no estás dentro”. ¿Qué es lo que está dentro de la brisa y del monte? Está el Espíritu que es indetectable pero que sea indetectable no quiere decir que no sea real. Lo que pasa es que nosotros somos unos materialistas y los primeros que somos materialistas somos los propios creyentes y cuando hablamos del espíritu, pues nos pensamos que estamos hablando de cosas irreales, no, no, no,… es espíritu es lo más real que hay, y si es el espíritu de Dios no digo nada,… Es el espíritu de Dios quien hace posible todo eso, Dios solo actúa por medio de su espíritu no actúa materialmente, materialmente es imposible que Dios actúa en este mundo, si actuara materialmente eso no sería Dios.
A mi este tema me reocupa especialmente no porque yo crea que haya que tener una fe muy ilustrada, muy leída, muy universitaria sino porque la experiencia me dice que mucha gente deja de creer cuando Dios no responde a estas demandas que le han dicho, porque muchísimos sacerdotes, por ejemplo, cogen el texto “pidan y se les dará”, y lo cogen para pedir que se curen las enfermedades y los problemas…
“Pedir y se os dará” lo que dice el texto paralelo es que Dios os dará el Espíritu Santo a los que lo piden y así es como Dios actúa. Puedo contar una anécdota real de un buena familia cristiana que un día escuchó en su parroquia que si le pedía no se que cosa a una determina virgen, la virgen se la concedía; esta familia fue a pedir no que se le aumentara el sueldo, sino que se curara un niño de una familia amiga que estaba muy malito, y esa familia era también muy cristiana y santa, a la vuelta el niño se había muerto. Una crisis de fe impresionante hasta que hablaron conmigo y les dije es que no se lo han explicado bien, no es que os hayan engañado, han actuado de buena fe, pero es que la oración no es magia, la oración es otra cosa.
Otra anécdota, esta en plan positivo, una muchacha amiga mía, de cuarenta y tantos años, la pobre mujer tiene un trastorno bipolar, se va a Lourdes, y en Lourdes le pide a la virgen, y dice “no le he pedido que me curara, le he pedido que me haga asumir con elegancia y buen humor mi enfermedad”. Le dije: “Tú has encontrado la buena oración”. La buena oración no es pedirle que te cure, la buena oración es que tú puedas ser feliz en tu circunstancia y tu situación. Ese es el milagro, el milagro es que esa muchacha fue a Lourdes y no se le ocurrió pedir algo material, sino que le se ocurrió pedir la alegría y la alegría es un don del Espíritu Santo.
Esto es muy frecuente, mi madre misma decía esto mismo, yo lo he oído muchas veces, pero he oído también lo contrario. Quería preguntarte si tu crees que hay una critica a la oración de petición que es tan exagerada que se ha trasroscado. Estoy pensando en Torres Queiruga…
La oración de petición en el fondo lo que pedimos es que venga a nosotros tu reino, esa es la oración de petición del padre nuestro. Todo lo que contribuya a que el reino venga, como por ejemplo que nos aparte del mal y que todos tengamos pan y todo lo demás esté al servicio del reino. Esa es la oración de petición. Como dice Torres Queiruga a Dios no tenemos que infórmale de nuestras necesidades, Dios está más enterado que nosotros de nuestras necesidades.
Entonces ¿qué hacemos en la oración de petición? En la oración de petición cobramos conciencia de lo mucho que necesitamos de Dios y por eso toda buena oración de petición no termina diciendo concédeme esto o lo otro, sino sobre todo que se haga tu voluntad. Y tu voluntad es que yo sea feliz y que ocurra lo que ocurra en mi vida yo sepa asumir esto con elegancia y sepa asumir esto desde el amor, y desde una visión positiva de las cosas.
Yo quería preguntarte también si crees que la propuesta de que desaparezca la oración de petición también es exagerada.
Claro que es exagerada, porque la oración de petición -en el fondo como toda oración- no pretende sacarle cosas a Dios, sino que pretende dialogar con él. Por tanto de la misma forma que yo, a veces, a mi madre, a mis amigos, a mi esposa o a mis hijos les puede contar mis propias necesidades, a veces se las cuento a Dios. Contarle mis necesidades a los cercanos no quiere decir que yo espere que me las vaya a solucionar, pero bueno se las cuento a lo mejor hasta me ayudan, pero el contársela es una manera de manifestarle confianza y de manifestarle afecto. Por eso tampoco tenemos que hacer desaparecer la oración de petición, lo que tenemos que hacer es situarla bien, y comprender que la oración en primer lugar antes de una petición es una acción de gracia, como la Eucaristía.
Te leo un fragmento corto de nuestro sínodo diocesano que me parece muy acertado “Creemos que no ha de hablarse de crisis de vocaciones sino de ausencia de grupos y comunidades integrados por creyentes cuya fe, no exenta de debilidades, constituye el centro de su vida, por ello es tarea prioritaria en la iglesia potenciar comunidades vivas, evangelizadoras que desde la riqueza, la complementariedad, la interrelación… ¿Te parece esto más acertado, que esta insistencia permanente en la oración por las vocaciones, que luego le hecha la culpa a Dios de que no hay vocaciones?
Claro. El tema de las vocaciones es para otro coloquio y para una buena reflexión. El tema de las vocaciones yo creo que es un tema que tiene causas sociológicas. No que los creyentes damos mal testimonio y cosas de este tipo. Lo que hay que hacer es que aquí donde haya comunidades vivas, y donde haya comunidades de verdad que necesitan un presbítero, de esta comunidad que necesita, surgirá porque de esta necesidad surgirán vocaciones. Pero donde hay comunidades muertas, comunidades donde la fe se ha convertido en una cosa sociológica, yo creo que desde ahí es muy difícil que surjan vocaciones.
Creo que el problema de la vocaciones es un problema complejo, es un problema sociológico y cultural. Hoy vivimos en un mundo que no favorece estas cosas, pero es el mundo en su globalidad, es la sociedad en su globalidad, esta sociedad probablemente tal como está mal montada necesita menos vocaciones que a lo mejor otras sociedades que nos parece que son más pobres, más necesitadas.
No estoy convencido de que las vocaciones sea una cosa que seamos nosotros culpables, pero bueno esta bien pedir por las vocaciones, como esta bien pedir por todo. Cuando pedimos por los pobres o por los náufragos en el Mediterráneo y por los inmigrantes, si la petición no va acompañada, de: “yo, Señor, ayúdame a que yo sea tu mano para que esta gente pueda sentir tu ayuda a través de mi mano”… Pues lo mismo con las vocaciones. En esta comunidad necesitan unos presbíteros, necesitamos religiosos o religiosas, pues bueno vamos a ver como aquí creamos un ambiente, un clima y el humus para que de ahí surjan, pero yo creo que no hay base para que surjan en muchas comunidades y en muchos lugares.
En este magnífico libro ¿cómo actúa Dios en el Mundo? Me impacta sobre todo el capitulo sobre el padecimiento de Dios. Dios como alguien que padece, aunque que habla de la impasibilidad, habla de la compasión ¿Cómo ves tu este tema padecimiento de Dios?
Sí, esto del padecimiento de Dios es un tema que ya hace muchos años que algunos hablan. El mismo Juan Pablo II en la encíclica sobre el Espíritu Santo, allí tiene unos párrafos muy interesantes sobre el sufrimiento de Dios. En el fondo el sufrimiento de Dios es una expresión que hay que entender en sentido análogo, Dios sufre pero no como nosotros, el sufrimiento de Dios es una manera de decir que Dios nos ama, y el amor, digamos, lo pasa mal cuando el amado ve que está mal.
En este sentido podríamos decir que hay algo equivalente a este sufrimiento que provoca el ver que el amado esta mal, hay algo equivalente em Dios a nivel de Dios y vivido desde Dios, y de la misma forma el pecado, por ejemplo, pues digamos, en la medida que es un rechazo de Dios, el amor se siente rechazado. pues podríamos decir que también el amor sufre y hay algo equivalente en Dios.
Lo que pasa es que cuando vemos describir esto no solo el sufrimiento sino la alegría y cualquier cosa que queremos describir en Dios, siempre tenemos que saber que estamos hablando con conceptos pobres y aproximados, pero sí, yo creo hoy se podría hablar y de hecho pues es un tema que viene de lejos, no es un tema moderno aunque actualmente muchos hayan escrito sobre esto con mas detalles.
Para seguir a Martín Gelabert nihilobstat.blogspot.com