Aunque la autora habla de padres "controladores" y padres "comunicativos" no creemos -desde nuestra experiencia- que nadie pertenezcamos del todo a un perfil o a otro sino que el "tono" general nuestro puede ser más "controlador" o "comunicativo". Lo que conviene dialogar en la familia y con amigos es como agrandar nuestra parte comunicativa y reducir la controladora.
OLGA R. SANMARTÍN
Obtienen 20 puntos menos que los que realizan los trabajos de forma autónoma. El 86% de las madres y el 63% de los padres preguntan a sus hijos si tienen tareas para casa
Los alumnos con padres que les ayudan a hacer los deberes o se los supervisan de forma sistemática obtienen peores resultados académicos que los que pertenecen a familias donde se fomenta su autonomía y se mantienen conversaciones en casa sobre cómo les va en los estudios o con los amigos, pero sin centrarse en aspectos concretos de las tareas escolares
Así lo pone de manifiesto un estudio elaborado por la Universidad de Oviedo y la Consejería de Educación de Asturias en el que se advierte que, aunque la implicación familiar en el proceso educativo es positiva para el alumnado, hay formas de involucrarse que pueden ser «perjudiciales».
El trabajo, que el Observatorio Social de La Caixa ha publicado, utiliza los datos de la prueba de diagnóstico que hizo el Ministerio de Educación en 2010 a 26.543 alumnos de 2º de la ESO (entre 13 y 14 años). De esta estadística extrajo que el 86% de las madres y el 63% de los padres preguntan a sus hijos adolescentes si tiene deberes para casa.
Además, el 61% de las madres y el 47% de los padres de los estudiantes de este curso comprueba que realizan los deberes. Cuatro de cada 10 progenitores directamente les ayudan a hacerlos. Esto indica, advierten los autores, que «una proporción importante del alumnado de Educación Secundaria no es plenamente autónomo para hacer las tareas escolares».
¿Esto es bueno o es malo? «Que un niño pida puntualmente ayuda para hacer los deberes no es malo. Lo que hay que intentar es que los niños sean lo más responsables posibles.Lo ideal sería que todos los deberes pudieran realizarse de forma autónoma por los chicos, tengan la edad que tengan», responde Rubén Fernández-Alonso, investigador del Grupo de Psicometría de la Universidad de Oviedo y uno de los autores del trabajo. «Son la única tarea escolar que se hace sin supervisión del profesor y sirven para crear responsabilidad», recalca.
PADRES CONTROLADORES Y PADRES COMUNICATIVOS
El estudio habla de dos estilos de implicación familiar. Uno es más comunicativo y en él los padres mantienen con sus hijos conversaciones sobre el colegio para tratar técnicas y hábitos de estudio, relaciones personales en el aula y motivación, y rara vez se centran en aspectos concretos de las tareas escolares. El otro es más directivo y controlador y menos comunicativo y en él los progenitores centran sus interacciones en la ayuda, la supervisión y el control de los deberes y, con frecuencia, se implican directamente en su realización.
Los alumnos pertenecientes a las familias del primer grupo obtienen 20 puntos académicos más que los del segundo grupo, según la investigación. Si se extrapolaran estos puntos a la terminología PISA vendrían a equivaler a medio curso escolar de distancia entre unos y otros.
Los autores han encontrado, además, que este efecto se extiende a la escuela: en los centros educativos en donde hay familias más controladoras las notas son más bajas, mientras que, ahí donde los padres no vigilan tanto, los resultados no sólo son más altos, sino que hay menos diferencias entre los estudiantes. En otras palabras: hay más equidad.
Esta circunstancia, advierten los autores, puede ser aprovechada a la hora de realizar políticas educativas. «Si, durante una reunión, el tutor del aula les dice a los padres que sus hijos no suelen terminan los deberes o los están haciendo mal, al día siguiente los padres se pondrán a ayudarles a hacerlos. Este tipo de información automáticamente les hará que sean más controladores», apunta Fernández-Alonso.
MADRES MÁS IMPLICADAS QUE LOS PADRES
El trabajo también constata que en los hogares españoles la escuela está muy presente. Más del 90% del alumnado percibe el apoyo constante de su familia para el estudio y asegura que habitualmente habla con sus progenitores de su trabajo y de los resultados escolares.
Las madres están «más implicadas que los padres en la comunicación con sus hijos». Según el estudio, más del 80% se interesa por cómo les ha ido en clase, frente al 66% de los padres con la misma actitud.
La investigación también apunta que «las madres tienen perfiles más controladores que los padres». A partir de los datos se observa que ellas preguntan más a sus hijos por las tareas, supervisan con más frecuencia que las tengan listas y les ayudan a hacerlas en mayor proporción que los padres. «Quizá las madres están más preocupadas, están más interesadas en el tema escolar y tienen más tendencia a hablar de las tareas que los padres; al menos, ésta es la percepción que tienen sus hijos», apunta Fernández-Alonso. Los auto