1.- Vive y ama la naturaleza.
En la playa, en la montaña, en
el campo, descubre la presencia de Dios. Alábale por haberla hecho tan hermosa.
2.- Vive tu condición de cristiano.
No te avergüences en verano, ni
disimules tu condición de cristiano. Falsearías tu identidad. La fe y el
amor no se van de vacaciones.
3 - Vive el Domingo.
En vacaciones, el Domingo sigue
siendo el día del Señor y Dios no se va de vacaciones. Conecta tu móvil con El.
Siempre tiene cobertura.
Acude a la Eucaristía dominical.
En el tiempo libre lee el Evangelio y reza. Cuenta con la Virgen. Es tu Madre.
4.- Vive la familia.
No tengas miedo de la bondad, más aún de
la ternura. No hagas sufrir. Que tu presencia alegre
a todos.
5 - Vive la vida.
La vida es el gran don de Dios.
No hagas peligrar tu propia vida y evita riesgos a la vida de los demás. Vive
la fiesta haciendo felices a los
demás. "Dime cómo son y celebras tus fiestas y te podré decir cómo
es tu civilización"(Saint-Exupery).
6.- Vive la amistad.
"Un amigo fiel es un refugio seguro:
el que lo encuentra ha encontrado un tesoro. Un amigo fiel no tiene precio, no
hay manera de estimar su valor". Ecl
6,14-15.
7.- Vive la justicia.
No esperes que todo te lo den
hecho. Otros trabajan para que tú tengas vacaciones. Ellos también tienen sus
derechos. Respétales y respeta sus bienes.
8.- Vive la verdad.
Evita la hipocresía, la
mentira, las murmuraciones, la presunción engañosa e interesada o la
vanagloria.
9.- Vive la limpieza de corazón.
Supera la codicia, el egoísmo y el hedonismo. Vacación no
equivale a permisividad. Nunca te aproveches de los demás.
10. Vive la solidaridad.
No lo quieras todo para ti. Piensa en quienes no tienen
vacaciones, porque ni siquiera tienen el pan de cada día. La caridad tampoco
toma vacaciones. En verano seguimos siendo cristianos.
En fin, estos diez mandamientos
se vuelven a encerrar en dos: en vacaciones y en todo
tiempo, sigue acordándote de Dios y del prójimo, relacionándote con
ellos.
En verano, seguimos siendo cristianos: tenemos una magnífica
oportunidad de serlo y también de demostrarlo. La fe nos hace creyentes, el
amor creíbles. ¡Feliz verano!.
Parroquia de san Miguel. Pamplona