Rooney fue criado en la fe católica, pues es de ascendencia irlandesa. Los abuelos paternos de Rooney se intalaron en las afueras de Liverpoool. De hecho, la resistencia del jugador, algunos la achacan a sus orígenes humildes en un barrio de inmigrantes irlandeses principalmente católico. Miles de irlandeses viven allí. Wayne nació en Croxteth, un suburbio de la ciudad de Liverpool y creció en la zona conocida como Scotland Road o Scotty.
Frente al colegio de mujeres San Juan Bosco, se encontraba la escuela secundaria católica para varones de los hermanos de La Salle, donde Rooney estudió y perfeccionó sus habilidades futbolísticas. Debutó en el fútbol profesional aún siendo un estudiante de 16 años, defendiendo al Everton inglés.
Rooney ha vivido todo un proceso de madurez desde que se inició en el futbol, en 2002. Con cerca de 350 partidos oficiales con el Everton y el Manchester, Wayne reconoció que la experiencia de fe lo ha transformado; y aunque le han censurado por hablar de esto, en entrevista concedida al periódico Daily Mail señaló: “Rezo por mi familia antes de cada partido, pues soy creyente” y agrega: “No le ruego (a Dios) para que me ayude a marcar goles, sino que lo hago para que interceda por mi salud y la de quienes estamos en el campo de juego”.
Esta muestra de fe lo ha acompañado desde pequeño, cuando asistía a la escuela primaria católica y romana Our Lady and St. Swithin’s en Liverpool, donde su asignatura favorita, señala, fue religión. “Hacía dibujos de Dios en la escuela y se lo contaba a mis padres la mayoría de las noches”. Incluso en The Sunday Times, el jugador reveló que “podría haber sido sacerdote” porque disfrutó mucho de su educación religiosa.
Rooney está casado con Coleen McLoughlin, a quien conoció cuando eran alumnos de secundaria. Contrajeron matrimonio religioso, después de seis años de noviazgo, el 12 de junio de 2008 en La Cervara, en un monasterio ubicado en la ciudad de Génova. El Padre Quinn comentó que cuando celebró su matrimonio en Italia, todos los invitados recibieron como regalo un rosario, por lo que el rosario significa mucho para Wayne y Coleen.
Rooney dice que la familia así constituida ha sido determinante “y la oración para ofrecer por la salud de mis 2 hijos y de todos a quienes amo”. Realiza esta muestra de amor en los entrenamientos: “Cuando estoy en la sala de fisioterapia. Allí me dedico a orar algunos minutos”. Sin embargo, reconoce que expresar su fe de esta manera ha traído consecuencias poco agradables para él.
Durante el año 2010, cuando con su selección inglesa estaba participando en el mundial de futbol de Sudáfrica, fue fotografiado luciendo un rosario durante los entrenamientos. Esto despertó la inmediata curiosidad de los medios de comunicación. Consultado al respecto del rosario durante la rueda de prensa, el futbolista sorprendió a todos con su respuesta: “Lo llevo puesto desde hace cuatro años y ustedes no ven los entrenamientos. Obviamente no lo puedo usar durante los partidos. Es mi religión”.
Las declaraciones del jugador, sin embargo, no cayeron bien en el jefe de prensa de la selección inglesa, Mark Whittle, quien interrumpió a Rooney diciendo a los medios “no hablamos sobre religión”.
Pero Rooney como en la cancha al jugar, tiene una fortaleza de espíritu tal que es impermeable a cualquier ataque a su fe. Se complementa en ello con su esposa quien como él, es devota del rezo del rosario y de la Virgen de Lourdes. En septiembre de 2013, Coleen viajó al Santuario para orar por la salud de su hermana Rossie, quien padece una enfermedad incurable, el síndrome de Rett.
Roque Santa Cruz es uno de los delanteros más importantes que juegan en Europa y es una estrella del fútbol paraguayo, país en el que nació. Actualmente juega en el Málaga, equipo de la liga española.
Roque es católico practicante y es fiel de la Parroquia del Santo Cristo del Calvario, en Marbella. Junto a su mujer y sus tres hijos, acude a Misa todos los fines de semana. Además, imparte catequesis a los niños de la parroquia dos días a la semana. Es adorador eucarístico y acude a rezar dos veces por semana durante una hora ante el Santísimo Expuesto, ya que en su parroquia hay adoración perpetua. En palabras de Roque, "estar ante el sagrario le sirve para cargar pilas".
Roque es muy consciente de su responsabilidad y del ejemplo que los futbolistas representan para los jóvenes. Por ello, siempre que puede dice a los jóvenes que quieren ser futbolistas que no deben descuidar su vida interior. “Amad la profesión pero hacedlo sin descuidar la vida espiritual que es lo que les va a dejar enfocados en una vida sana porque la vida cristiana te reconforta y te ayuda”.
Esta vida espiritual es justamente la que le ha llevado a ayudar a los más necesitados durante los últimos años. Para ello, creó una fundación. “La idea nació desde el primer momento en que me hice profesional pues en mi país conocí siempre la necesidad que hay en otras partes de la sociedad. Y viendo eso es imposible quedarse con los brazos cruzados”.
El fin de esta fundación es algo más que una ayuda material a los niños. Según cuenta el propio Roque Santa Cruz, queremos demostrar a los niños que hay gente que se preocupa por ellos. A través del amor, que les queremos y que hay gente dispuesta a darles la mano. Esto es lo que necesitan, cariño, atención y saberse que no están solos. Es un trabajo que nos llena”.
Javier
Zanetti, del Inter de Milán, parece realmente
enamorado de Dios: "Estar cerca de Jesús significa ser una persona
feliz. Soy muy
creyente, experimento su existencia y su amor. Cada segundo siento a
Dios presente en mi
vida. Quisiera enseñar a los jóvenes la belleza de creer en Dios y la
importancia de
asumir la propia responsabilidad".
Gabriel
Batistuta, jugador
argentino ya retirado, remarca que "para mí, Jesús es un ejemplo a
seguir. Siempre
he tenido
fe, aún en los momentos difíciles de mi vida. A menudo, lo confieso, he
tenido alguna
duda, aunque quizás estoy usando una palabra muy gorda. Pero siempre he
creído, siempre
he seguido las enseñanzas de la Iglesia". Señala que su fama no le deja
participar
tranquilo cuando va a misa porque hasta ahí le piden autógrafos, algo
que le ha
sorprendido. "Esto no me pasaba en Argentina", asegura. Reza tres veces
al día
y antes de entrar en el campo "para que no me pase nada" y antes de los
momentos
importantes para "agradecer a Dios con la oración".
El chileno Marcelo Salas, exjugador del River Plate, recurre frecuentemente a su director espiritual. "Creo que es muy importante tener un director espiritual que te ayude a estar bien con Dios. Creo mucho en la oración; antes de dormir, rezo. Digamos que me encanta hablar con Dios. No importa tener una casa hermosa o poseer riquezas materiales. Éstas son cosas pasajeras. Lo importante es tener fe en Dios para construir algo bello", afirma.
El nigeriano Kanu tuvo una experiencia trascendental. En 1996, en un momento espléndido de su carrera, le encuentran una anomalía cardíaca y su vida y su carrera corren peligro. Todos daban por terminada su vida. Sin embargo, una operación milagrosa le salvó la vida. "Soy cristiano católico, practicante. En Nigeria hay una Iglesia católica muy fervorosa. No puedes basar tu vida sobre el fútbol o sobre el éxito, o sobre una cosa humana porque cuando falle estarás perdido. Sólo Dios es eterno", señala. Añade que en los momentos de dolor ha sentido la fuerza de los que rezaban por él. "No es retórica, creo en el valor de la oración, no para que suceda un milagro, sino para saber aceptar la voluntad de Dios".
Ito, exjugador del Betis, se muestra orgulloso de ser cofrade de Santa Genoveva. "Como todas las personas, he pasado por diferentes épocas en mi vida: en la niñez veía a Jesús de una forma anecdótica; me preguntaba si existía o no. Después he pasado por momentos de duda, pero he madurado y me he formado un criterio propio de la religión", sostiene.
Kovasevic, ex jugador croata de la Real Sociedad, decidió dejar el fútbol para dedicarse a Dios más intensamente, junto con su esposa. "He decidido dar un vuelco a mi vida. En mi escala de valores, Dios está en primer puesto, y en el segundo la familia. El estilo de vida de los jugadores está muy lejos de esta escala de valores, así que he dicho basta. En el Brescia ganaba mucho dinero, pero no estaba sereno. No me interesaba ni el sueldo, ni los coches, ni las bellas mujeres. Son cosas efímeras, pasajeras. He encontrado una felicidad más grande que la que podía darme el fútbol".
Otro testimonio muy interesante es el del argentino Abel Balbo. Organizó el famoso encuentro de los futbolistas argentinos que jugaban en Italia con el Papa en 1996. Un encuentro que marcó la vida de muchos de los que participaron. "Cuando estaba en el Udinese, iba yo solo a misa", explica. Después, empezaron a venir conmigo dos o tres compañeros hasta que hubo un momento en que venía a misa casi todo el equipo. He sabido que muchos de aquellos que todavía están en el Udinese continúan yendo a misa", comenta satisfecho. Opina que "la Iglesia es mi madre. Tengo una buena relación con la Iglesia. Tengo muchos amigos sacerdotes. Lo siento por los que dicen que creen en Dios pero no en la Iglesia. ¡Es una afirmación sin sentido! Es verdad que hay algunos sacerdotes que no están a la altura de su misión, pero yo no voy a una iglesia para llevarme bien con el cura o para ver si es bueno y simpático".
Al belga George Grun se le fortaleció la fe cuando perdió a su hija en 1992. "He vivido una tragedia increíble. Y es en la fe en donde he encontrado la fuerza, el coraje, la esperanza para seguir adelante. Y es en Dios donde he encontrado el sentido de la vida. Porque la vida para nosotros los seres humanos continúa aún cuando pierdes una hija pequeña. La vida no termina aquí en la tierra. Es esta certeza la que me ha dado el coraje de continuar, de seguir adelante. Como católico puedo decir que he descubierto el amor de Dios aún en esta tragedia. He descubierto la oración, que no sólo debe ser un refugio en los momentos de desesperación".
Luigi di Biagio, del Brescia, manifiesta que "la fe viene de adentro. Cada vez que voy a misa me siento cerca de Dios. Me encuentro muy bien, paso una hora hermosa".
El chileno Marcelo Salas, exjugador del River Plate, recurre frecuentemente a su director espiritual. "Creo que es muy importante tener un director espiritual que te ayude a estar bien con Dios. Creo mucho en la oración; antes de dormir, rezo. Digamos que me encanta hablar con Dios. No importa tener una casa hermosa o poseer riquezas materiales. Éstas son cosas pasajeras. Lo importante es tener fe en Dios para construir algo bello", afirma.
El nigeriano Kanu tuvo una experiencia trascendental. En 1996, en un momento espléndido de su carrera, le encuentran una anomalía cardíaca y su vida y su carrera corren peligro. Todos daban por terminada su vida. Sin embargo, una operación milagrosa le salvó la vida. "Soy cristiano católico, practicante. En Nigeria hay una Iglesia católica muy fervorosa. No puedes basar tu vida sobre el fútbol o sobre el éxito, o sobre una cosa humana porque cuando falle estarás perdido. Sólo Dios es eterno", señala. Añade que en los momentos de dolor ha sentido la fuerza de los que rezaban por él. "No es retórica, creo en el valor de la oración, no para que suceda un milagro, sino para saber aceptar la voluntad de Dios".
Ito, exjugador del Betis, se muestra orgulloso de ser cofrade de Santa Genoveva. "Como todas las personas, he pasado por diferentes épocas en mi vida: en la niñez veía a Jesús de una forma anecdótica; me preguntaba si existía o no. Después he pasado por momentos de duda, pero he madurado y me he formado un criterio propio de la religión", sostiene.
Kovasevic, ex jugador croata de la Real Sociedad, decidió dejar el fútbol para dedicarse a Dios más intensamente, junto con su esposa. "He decidido dar un vuelco a mi vida. En mi escala de valores, Dios está en primer puesto, y en el segundo la familia. El estilo de vida de los jugadores está muy lejos de esta escala de valores, así que he dicho basta. En el Brescia ganaba mucho dinero, pero no estaba sereno. No me interesaba ni el sueldo, ni los coches, ni las bellas mujeres. Son cosas efímeras, pasajeras. He encontrado una felicidad más grande que la que podía darme el fútbol".
Otro testimonio muy interesante es el del argentino Abel Balbo. Organizó el famoso encuentro de los futbolistas argentinos que jugaban en Italia con el Papa en 1996. Un encuentro que marcó la vida de muchos de los que participaron. "Cuando estaba en el Udinese, iba yo solo a misa", explica. Después, empezaron a venir conmigo dos o tres compañeros hasta que hubo un momento en que venía a misa casi todo el equipo. He sabido que muchos de aquellos que todavía están en el Udinese continúan yendo a misa", comenta satisfecho. Opina que "la Iglesia es mi madre. Tengo una buena relación con la Iglesia. Tengo muchos amigos sacerdotes. Lo siento por los que dicen que creen en Dios pero no en la Iglesia. ¡Es una afirmación sin sentido! Es verdad que hay algunos sacerdotes que no están a la altura de su misión, pero yo no voy a una iglesia para llevarme bien con el cura o para ver si es bueno y simpático".
Al belga George Grun se le fortaleció la fe cuando perdió a su hija en 1992. "He vivido una tragedia increíble. Y es en la fe en donde he encontrado la fuerza, el coraje, la esperanza para seguir adelante. Y es en Dios donde he encontrado el sentido de la vida. Porque la vida para nosotros los seres humanos continúa aún cuando pierdes una hija pequeña. La vida no termina aquí en la tierra. Es esta certeza la que me ha dado el coraje de continuar, de seguir adelante. Como católico puedo decir que he descubierto el amor de Dios aún en esta tragedia. He descubierto la oración, que no sólo debe ser un refugio en los momentos de desesperación".
Luigi di Biagio, del Brescia, manifiesta que "la fe viene de adentro. Cada vez que voy a misa me siento cerca de Dios. Me encuentro muy bien, paso una hora hermosa".
El alemán Oliver
Bierhoff ríe al
recordar que cantaba en el coro de su parroquia. "Me alegro mucho de
haber recibido
una educación católica que me ha ayudado tanto en la vida. Creo que
cada cosa que pasa
tiene un sentido. Dios me protege y no debemos tener miedo, al
contrario, debemos ser
capaces de afrontar cada cosa con serenidad".
Irureta: "La fe es mi gran apoyo"
El
ex-entrenador del
Deportivo de La Coruña y ex-futbolista, Javier Irureta, es un hombre de fe.
"Soy un hombre de fe humilde", aclara. "Es la que
me enseñaron mis padres desde niño. Para mí, Dios es importante en mi
profesión y en
mi vida. Creo que dependemos de tantas cosas y es tan insignificante
nuestra vida que para
mí, la fe es un apoyo permanente". Irureta: "La fe es mi gran apoyo"
Asiste a la Santa Misa todos los domingos y les hace rezar un Padrenuestro a los jugadores antes de entrar al campo. "Ellos reaccionan bien; es bueno para tener un espíritu de compañerismo, de solidaridad. La vida de un jugador es tan trepidante, tan rápida, que le hace falta detenerse un minuto y reflexionar", indica. Esto es lo que experimentó hace años cuando realizó el Camino de Santiago en agradecimiento por haber ganado el campeonato de
Liga Española. "Es una experiencia muy bonita; la soledad te permite un reencuentro contigo mismo, con la propia naturaleza", expresa.