Julio Roldán
Con sinceridad, no sé si hay que felicitar al equipo de España por su triunfo en la Eurocopa 2012 en su partido final contra Italia. Lo que sí es cierto es que 300.000 euros se llevan al bolsillo cada uno de los 23 jugadores de la selección española y su cuerpo técnico. En total son unos 7 millones de euros.
Creo que con esas cantidades, ninguno de ellos pasa necesidad o dificultades para llegar a fin de mes. Y en los tiempos de crisis que vivimos, no creo que sea para alegrarnos porque una serie de personas que, supuestamente representan a nuestro país, sean desde hoy mucho más ricos. La selección italiana sí que prometió renunciar a sus primas, o a parte de ellas a los damnificados por el terremoto del pasado mayo en la región de la Emilia, al norte de Italia. Buen ejemplo del que pudieran tomar nota los jugadores españoles.
No puedo gritar eufóricamente por la victoria española en la Eurocopa 2012. Ni tampoco entiendo cómo estos supuestos ases del balón viven inmersos en una burbuja de lujo y comodidad, ajenos a todo lo que sucede en la realidad a pie de calle. Sí que invitaría a mirar más allá y a tener presentes las necesidades de nuestro mundo, tanto a nivel de nuestro país, como a nivel internacional.
En España, un reciente informe de Cáritas afirma que existen más de once millones y medio de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, es decir un índice de pobreza del 21,8%. Es una paradoja, somos ganadores de un campeonato europeo de fútbol, pero sin embargo nuestro país tiene una tasa de pobreza de las más altas en la Unión Europea. Y los campeones, mirando a otro lado, sin consciencia, pensando en ellos mismos.
Fuera de nuestras fronteras, he estado viendo datos de varias ONGs y el coste de sus proyectos en los países empobrecidos. Con esa cantidad que se lleva a casa la selección española, unos siete millones de euros, se podrían llevar a cabo alguno de estos proyectos: casi un centenar en agricultura, más de cien en sanidad, unos 120 de promoción social. También podrían desarrollarse unos doscientos proyectos en el ámbito educativo, o también unos 150 de promoción de la mujer. Y detrás de ellos, miles de personas beneficiadas.
Prometo gritar con todas mis fuerzas la victoria española en la Eurocopa de Fútbol 2012. Eso sí, con una condición: cuando los jugadores de la selección, o al menos alguno de ellos, hagan público su compromiso de donar sus beneficios económicos a proyectos de interés social, dentro de nuestra geografía o fuera de ella. Mientras tanto para los ganadores, el partido más importante, el de la solidaridad, está aún por ganar.