lunes, mayo 12, 2025

GEORGINA ORELLANO, El derecho de las prostitutas a expresarse y asociarse


Para escuchar la entrevista de  radio hay que pinchar la flechita

En estas últimas semanas algunas personas con hábito de reflexión y compromiso, un espíritu analítico experimentado y verdadero espíritu democrático me han mostrado su perplejidad por una entrevista mía a una mujer que ejerce la prostitución (aquí). Una de las cosas que sorprende a estas personas es que a mí María Jose Barrera me parece “pueblo”.  Para ellos María José es una persona equivocada. A mí María Jose me parece pueblo, forma parte de esas personas que me producen, sí, cierta fascinación porque me bajan más a la realidad. No es que yo esté en las nubes pero así, de entrada, no puedo saber que una persona que se me acerca por un funeral lo hace porque su hermano se ha suicidado cuando recibió el recibo de la hipoteca. Esto me pasó hace casi veinte años, en Buenavista, un barrio de Las Palmas de GC. “No digas nada que mi madre no lo sabe”, me dijo. Desde muy niño me recuerdo con alguna apertura a la realidad. Y pronto se puede percibir que esta apertura siempre es parcial y exige esfuerzo y diálogo hacer aproximaciones más justas a la verdad.


Volviendo a la entrevista a una mujer de “Colectivo de prostitutas de Sevilla” a quien sigo en redes sociales porque es amiga (“hermana” dice ella) de Jornaleras de Huelva en Lucha, una iniciativa especialmente solidaria y que ha merecido una película documental de una productora francesa que recomiendo (aquí). Introduje la experiencia de Jornaleras en un cuaderno-libro dedicado a la Historia de la Solidaridad (aquí). Hay quien cree que desde la solidaridad se debe dar voz a Jornaleras pero no a Prostitutas. No creo que eso deba ser así. Por eso hace muchos años publiqué una entrevista de Amanda, una amiga, desde Radio Almaina de Granada a Maria José. Simplemente la reproduje (aquí), Una amiga feminista me ha ido dando alguna información de por qué ella cree que no debe hacerse entrevistas a estas personas. Este diálogo a mí me parece enriquecedor pero no debe bloquearse porque no siempre hagamos lo mismo. Les sorprende y critican (más en privado, por amistad supongo) que además de entrevistarla manifiesto que es para mí un motivo de alegría y un gran aprendizaje. 


Recientemente decidí hacer una nueva entrevista. El motivo central era que a una amiga suya que venía de Argentina a Canarias le habían cancelado un acto sin dar muchas explicaciones aunque parece que la razón es que no se tolera que defiende el trabajo sexual.


Para quien quiera entender (y así poder dialogar) voy a explicar algo esta situación. He  colaborado largamente, sin ser activista pleno, mediante la revista “Autogestión” en las campañas que lograron que dejará de haber anuncios de la prostitución en prensa. Allí llamábamos proxeneta a El País, El Mundo y ABC al menos. En este sentido mi opinión es clara y en sentido genérico me sitúo entre los que creen que la prostitución es una explotación en general y particularmente explotación machista.


Creer en algo no debe impedir el diálogo. Un diálogo que es más que una conversación argumentativa de que uno tiene razón.  Es reconocer los aspectos positivos del que defiende otra cosa, máxime cuando esos puntos de vista diferente son aplastados.


Entrevistar a una persona que dice de si misma ser “trabajadora sexual” no es estar a favor de la prostitución. Es simplemente querer escuchar sus razones. Soy partidario de que no haya prostitución. Me parece una explotación. Todos los informes al respecto hablan de serios problemas de salud en las personas explotadas. Pero la realidad es que las limpiadoras también tienen serios problemas de salud y hasta en profesiones tan hermosas como enfermería abunda el consumo de fármacos para sobrellevar la jornada.


Sin embargo hay una pregunta que responder: ¿Mientras exista esa actividad es mejor tener derecho a sindicato o no? Antes no había derecho a sindicato para los guardias civiles y hoy lo tienen, por ejemplo. En tiempos de esclavitud ¿habría sido legitimo que se asociaran los esclavos o eso seria considerado una justificación de la esclavitud? Mientras exista una explotación el derecho a asociarse es más que legítimo, incluso cuando sea una explotación que se aspira a eliminar.


Forma parte de las ideas democráticas que no se torture ni al peor criminal; la tortura es un medio ilegítimo también para el terrorista y para el criminal, también si con ello se pudiera obtener algunos bienes. Hay líneas infranqueables como es que no se puede torturar. En derecho hay una línea según la cual el acusado puede mentir si decir la verdad le perjudica. Esta si que es problemática. Entre las sagradas a mi juicio está la libertad de expresión. Toda persona tiene derecho a expresar con toda libertad su punto de vista y exponerlo en el debate público.


En esto del diálogo hay que reconocer que el arco de posiciones o ideas es una enorme escala de grises. No hay solo dos posturas. En este caso nada menos que el Papa Francisco. dijo a Évole: “Una cosa es una mujer que quiere ejercer la prostitución porque le gusta o hace una opción libre para ganar dinero y otra cosa son las chicas esclavas". A mí no me entusiasmaba ese cierto posibilísimo de Francisco pero creo que estaba cerca del realismo de María José. Ahora que ha muerto Francisco se habla hasta la saciedad de aquellas Misas como cardenal Bergoglio en la Plaza de Mayo para cartoneros, prostitutas etc en Buenos Aires.


Así las cosas resulta que en un Espacio solidario que he valorado y al que he asistido durante muchos años, el ESPAL (Encuentro de solidaridad con los pueblos de África y América Latina) donde he tenido amigos muy comprometidos, no permite hablar a Georgina Orellano y no dan razones (aquí) (espiral21.com) y (https://espiral21.com/censura-en-el-espal-de-santa-lucia/). Sin embargo Georgina sí que viene de Argentina a Gran Canaria y entonces hace actos típicamente revolucionarios, como es tener un acto en Vecindario en la calle, sin medios, y otro en Café D`espacio, en Las Palmas de Gran Canaria, que es un espacio de acogida completamente ajeno al poder, espacio social autogestionado, en el que se ha hecho más de un acto con personas que no tienen acogida en ningún otro espacio (aquí) y (espiral21.com)


En ese contexto de defensa de la libertad de expresión entrevisté a Maria José Barrera. Me dijo, ante mi explicación de que en el horizonte, en la utopía, supongo que ellas qujeren un mundo sin prostitución, me contestó que yo siga con mi utopía que ella estaba peleando por sus derechos. Estas contestaciones me parece que enriquecen de verdad al entrevistador. A mí me parece que una persona con un fuerte elemento teórico, como es m caso, esa llamada atención es muy pertinente y por eso yo dije de ella que me parecía “pueblo”. Con eso no digo que tenga toda la razón, digo que su forma de razonar es la propia de los de abajo.


Por otra parte creo que es honesto desde la moral solidaria y humanista distinguir entre el error y la persona. La persona tiene derechos inalienables y se puede defender a la persona y condenar el error. Esto lo defiende desde la filosofía y teología por ejemplo de San Agustín y en el siglo XX tiene uno de sus grandes exponentes en Juan XXIII.


Después asistí a una charla de esta mujer argentina, Georgina Orellano. La impresión que me suscitó fue de una mujer combativa con un análisis muy amplio, nada reducido a su propia vivencia. Ella misma contó el proceso y como aprovecharon para aprender de las personas que venían a hacer estudios sobre ellas. Orellano explica perfectamente el patriarcado, las olas de feminismo, la situación en diferentes contextos geográficos etc y siempre con unas alusiones muy importantes a la solidaridad. Sobre todo se percibe una persona luchadora y abierta a otras luchas. Por eso hice un artículo elogiando su actitud solidaria.


Desde estas asociaciones de prostitutas se dice que hay algo injusto en combatir una explotación, la sexual, y dejar a un lado, por ejemplo, a las limpiadoras de casas particulares. En esto creo que tienen razón. Es cierto, como dicen las personas que combaten la prostitución que no es lo mismo fregar que ser la fregona; también yo lo creo. Para la mayor parte de las personas, aunque la explotación de las manos también es explotación, la explotación sexual afecta a algo más íntimo que realizar tareas de limpieza. Pero las partidarias de lo que llaman “trabajo sexual” tienen derecho a mostrar su perplejidad porque las mismas personas que combaten la prostitución no combaran el trabajo de limpieza de domicilios.


Desde que fui al Seminario a los 11 años pude vivir la hermosa experiencia -al principio sin conciencia- de ver que no había limpiadoras. Todos los días a las siete y media de la mañana dedicábamos quince minutos a limpiar los espacios comunes entre todos los que vivíamos allí. Los curas que dirigían aquello también limpiaban. Sí que había cocineras que a veces hacían de madres y te enseñaban a coser un botón o simplemente te escuchaban. Cuando aquellos dos curas que dirigían aquello se quisieron comprar el coche más barato del mercado (entonces era el conocido “dos caballos”) pidieron prestado el dinero a una de las cocineras. De forma que soy firme partidario de limpiar entre todos.


Años después conocí a un militante cristiano, obrero toda su vida y relativamente conocido en España, Julián Gómez del Castillo. Él decía que no estaría mal que todas las mañanas las calles las limpiaran los universitarios para “pagar” parte de la importante deuda que tenían con la sociedad. Habrá quien lo considere inviable pero a mí también me seduce la idea. De forma que sí, comparto la idea de las prostitutas de que nadie nace para limpiar. 


Por mí puede prohibirse que las kellys hagan las camas en los hoteles, que lo hagan los usuarios que les va a venir bien. Los estudios de ergonomía dicen que levantar veinte edredones al día por encima de los hombros provoca lesiones. Ellas no sienten siempre el calor del feminismo aunque lógicamente son feministas dado que es un trabajo fundamentalmente de mujeres. Las limpiadoras acuden empastilladas a trabajar y eso debe originar protestas. No entiendo que se combata la prostitución y no la explotación turística.


Ni estas mujeres que ejercen la prostitución ni nadie tiene toda la razón. Hoy es más verdad que nunca que nadie educa a nadie. Como experimentó Freire nos educamos juntos mediatizados por el mundo. Este “mediatizados” tiene enjundia. Es clave para ello que la verdad se busca juntos, la verdad se busca en la vida. No hay que tener miedo a la verdad y abandonar los propios postulados porque se abraza una verdad mayor, más bella, más fraterna, más justa, más solidaria, y para eso hay que buscar juntos. En estos días me ha sorprendido, el para mí desconocido Deleuzi, según quien lo importante para saber quien soy no es buscar respuestas sino moverse. Somos devenir, más que definiciones hace falta estar dispuesto a transformarse.


Por todo ello creo que es un servicio ofrecer esta entrevista a Georgina Orellano. Para mí, conocerla ha sido una gran experiencia,