Deja claro que no quiere imponer una moral religiosa (que por otra parte comparten todas las religiones y por tanto la mayoría de la humanidad) sino que cree que el Estado tiene obligación de ejercer la justicia: a cada uno lo suyo. Esta ley -dijo- perjudicará a los débiles.
Estos temas de la bioética son la punta del iceberg de un neocapitalismo salvaje.
Les dejamos con esta ponencia: