"Al tiempo (a la vez)
hay que maldecir el clericalismo
y bendecir a la Iglesia.
Esa Iglesia santa,
a la que el clericaismo llama madre
y explota como sierva".
Esto no es poesía, pero podría serlo. No está entre las frases que ponemos en Redes sociales, pero podría estar. Son las palabras de nu político. Sí, un político de primera. Un presidente del gobierno de España. Tan ferrolano como Franco pero a quien pocos, muy pocos, identifican con Ferrol.
Son palabras de un hombre que tenía oratorio en casa. Un hombre que, después de haber sido ministro, quiso saber que pasaba en aquella Cuba española y allá se fue de soldado cuando tenía más de cuarenta años.
José Canalejas no fue un hombre perfecto, ni un político perfecto, ni un intelectual perfecto, ni nada perfecto. Pero supo ver perfectamente el problema clerical. Supo ver que los españoles no eran anticristianos, ni antirreligiosos, ni antiespirituales, ni antieclesiales siquiera. Solo eran anticlericales porque los españoles eran y éramos antiaristocráticos. Porque somos quijotes, tan quijotes que hasta Sancho es Quijote en España.
Canalejas en el Parlamento español, el 16 de julio de 1901 dijo estas palabras. En ese momento no era ministro, ya lo había sido. Más adelante sería Presidente del gobierno. El debate era tremendo sobre el problema religioso.
Cita al gran Victor Hugo, el autor de "Los miserables" la gran obra en que se basa el musical más visto de todos los tiempos. Porque la vida de los miserables es rica, muy rica, y en ellas hay pasión, sentimientos, luchas, vida. En "Los miserables" puede verse la honda sencillez del obispo que defiende al presunto ladrón. Y el obispo hasta ¿miente? para defenderlo. Aunque en realidad no miente, es otra cosa. Y el obispo de "Los miserables" ¿no es un clérigo? Lo es. Y sin embargo no es clerical.Al clericalismo lo definen sus hechos, la forma en que trata a su madre: llamarla madre (de palabra) y explotarla como sierva.
120 años después de esa trifulca parlamentaria ¿habrá alguien como Canalejas en el Parlamento?