El mito del modelo español de trasplantes
El motor del modelo español es el dinero
(...)
Unos raros incentivos, únicos en nuestra sanidad pública y en el resto del mundo civilizado, ya llamados "plus de los trasplantes", gratifican con generosidad todos y cada uno de los actos de este tratamiento, desde la detección del donante hasta la implantación del órgano. Su cuantía es en general alta y variable, dependiendo del número de actos que hayan cumplido. Pago por acto, cuantos más actos más ingresos.
"El plus empuja a una búsqueda constante de más órganos para aumentar los ingresos"
Naturalmente, este engarce del trasplante con el dinero produce no pocas consecuencias indeseables: erosiona las pautas científicas ya que el plus empuja a una búsqueda constante de más órganos para aumentar los ingresos, y es inevitable que se afloje el rigor debido en la selección de donantes y, probablemente también, en la de receptores —los desmesurados porcentajes de donantes no utilizados y de órganos desechados, pero por cuya extracción se han pagado pluses, lo evidencian—; quebrantan la solidaridad social porque las autoridades sanitarias ocultan a la sociedad estos inexplicables pluses temerosas de que su conocimiento público dificulte la obtención de órganos; todo se hace opaco; crea injustas desigualdades laborales teniendo en cuenta que los profesionales que hacen trasplantes tienen ingresos mensuales superiores en un 50% o más a los de sus compañeros con iguales conocimientos, formación, trabajo y experiencia; el plus divide a los profesionales sanitarios del peor modo: por el dinero que cobran.
"Nosotros creemos firmemente que no debería haber ningún incentivo económico para el personal sanitario en el campo de los trasplantes, como ha sido la tradición de los países nórdicos. Ahora hemos cambiado nuestras normas para prohibirlos expresamente", párrafo de la carta que, con fecha del 18 de marzo de 2016, nos envió el director médico de Scandiatransplant, doctor Kaj Anker Jørgensen, acusando recibo de un artículo nuestro. Y podemos asegurar que este sentimiento de rechazo absoluto se produce también en especialistas de otros países cuando conocen que el motor del modelo español es el dinero.
Enrique Costas Lombardía es economista y expresidente de la Comisión Abril. Carlos Lozano Trotonda es médico en el Hospital Universitario Santa Cristina.
https://elpais.com/elpais/2018/06/22/opinion/1529691789_652478.html?fbclid=IwAR3MuIKaElD_0gPlBehhquFCRbOOLYsQd63yOUByqb4vO0HKfncd8t1Z_ts