Bastantes niños de la parroquia participaron activamente y así van experimentando la relación con Jesús.
Los cantos fueron preparados por el Coro y todos nos unimos para cantar Cerca está el Señor.
Terminamos con un picoteo compartido.
Sugerencias para un cristianismo del siglo XXI: dialogante, comprometido, plural, vocacional, misionero, en crecimiento
Creo que me ayudó haber conocido mucha gente que ha sufrido enfermedades, mis padres, para empezar; también el resto de la familia y toda la vida he conocido gentes en situaciones no fáciles. En mi familia somos forofos de la ciencia desde siempre. Mi madre nos daba a todos fotocopia de una revista científica en que se explicaba cómo la salvaron porque acertó el equipo médico que "experimentaba" con ella; hasta salió en la prensa madrileña del año 62. Los jefes de mi padre y la cultura de mi padre respecto del trabajo hicieron que mi padre apenas fuera a ver a la mujer y al hijo a Madrid (¿cosas de antes?) pero los jefes sí llevaron a Lourdes a mi madre a ver si se curaba; mi madre creo que fue por viajar y a rezar. Luego volvió con mi padre y la Frater 8 veces.
Mi padre sí decía que se había curado en Lourdes, pero -claro- del
estreñimiento, no de la cojera que le vino por aquellas polios del
hambre de la posguerra que también le mataron una hermana. Resulta que
durante el noviazgo fue operado mi padre y recien casados mi madre. O sea que semanas sin verse, y por eso tenemos las
hermosas cartas de amor que se escribieron, guardadas en una caja de
cartón reutilizada de la farmacia. Cuando la enfermedad de mi padre, mi
madre tampoco pedía milagros, los hacía. Y cuando murió ya no supo o
pudo vivir del todo. Cuando su última enfermedad tampoco pedía milagros y
decía: "Yo no pido curarme, pido vivir cristianamente esta enfermedad";
eso fue contraportada de la revista Id y Evangelizad. O sea que por mi cabeza no pasó nada de pedir milagritos ni nada de eso; ni chalaneos con Dios... me lo impide la fidelidad familiar.
Los amigos con su PRESENCIA, con las horas en las salas de espera y todas esas pequeñas cosas que le caen a las personas más admirables que existen y que son los que Julián G. del Castillo llamaba "burrosde carga"; y LA PRESENCIA de los que no podían estar físicamente pero estaban en la oración, al teléfono o al washapp, ha sido siempre consoladora; en estos días he recibido cientos (creo que miles) de llamadas, mensajes, visitas, fotos de partos (¡qué hermosura!), actos culturales, convivencias.... ¡tanta vida entregada! Hasta desde Argentina llegaba una y de bastantes regiones de España.
No pensaba yo escribir esta experiencia pero hoy me ha llegado una foto y me ha surgido la idea de adjuntarla en facebook. Al ver los comentarios me ha parecido que debía contar algo. La foto me ha hecho recordar la cantidad de gente con la que comparto retazos de vida... Es de cuando preparábamos una boda por Santiago de Compostela (precisamente Juan y María tenían que llamarse). Hubo algunas dosis de sacrificio y estábamos alegres, como puede verse. Cuando haces esas cosas no se hacen dándole muchas vueltas, normalmente es porque sí, porque se deben hacer... pero dan un fruto bárbaro. Los trabajos dan fruto siempre, la dureza no los define bien sino la fecundidad. Lo que no da fruto es calcular en el amor (Lebret), lo que no sostiene en las dificultades es haber querido llevar una vida tranquila (Tolstoi); y basta de autoridades...
Querría uno escribir como Suso Vega, casi solo enhebrando hechos, pero uno es pequeño y tira de citas. Les dejo la más hermosa, ha sido el himno de algunos campamentos y es de Tagore: