jueves, agosto 28, 2014

Gracias, Obispo Ramón Echarren


25.08.2014 | 16:45


Amigo Ramón, a ti que fuiste muchos años nuestro gran obispo pastor te deseo con miles de personas una feliz entrada en el Cielo. Mañana, te despediremos con pena y con lágrimas pero también con la Esperanza de que un día nos encontraremos de nuevo en la Casa del Padre. Supe ayer muy temprano lo de tu marcha al Cielo y creo de verdad que ahora sí que tienes fuerzas para pedir por nosotros porque ya ves a Dios cara a cara. Sé que para ti acabó la fe y la esperanza y que ya sólo estarás para siempre con la Caridad alabando al Dios que te dio la vida. Gracias Ramón, por los muchos años que fuiste nuestro pastor, años que tuvieron una gran riqueza para nuestras islas y en especial para nuestra diócesis de Canarias. Con qué gusto recuerdo todavía cuando ibas al Templo ecuménico donde me encontraste cuando llegaste a la diócesis. De verdad que no olvido aquella vez que te hice la pregunta de qué podía hacer yo con los que iban al templo con poca ropa y tú, con sonrisa grande, me dijiste: *Paco, no te preocupes por los que llevan poca ropa, sino preocúpate más bien por los que van vestidos y tapan injusticias, ocultan cuernos y simulan que son cristianos*. ¿Cómo voy a olvidar también la vez que te subías por la paredes al saber de un cardenal que hacía semana vacacional en el hotel Oasis?
Gracias, Ramón, por tus muchos años con nosotros siendo un hombre cercano, un hombre que había hecho sociología en Lovaina y que luego estuvo en Madrid echando una buena mano al Cardenal Tarancón que vino a presentarte cuando te destinaron como obispo a Canarias. Gracias porque eras el obispo que nos reunías y nos pintabas el famoso machango iluminado con tres palabras claves de evangelización que necesita el pastor hoy: Caritas, liturgia y Palabra viva. Personalmente te doy las gracias, porque al terminar mis 10 años en el templo, me ofreciste la parroquia de marineros de Valterra en Lanzarote y que luego me dejaste ir dos años con nuestros emigrantes a Alemania dándome a la vuelta la delegación de Caritas donde nos iluminaste y apoyaste especialmente en el mundo de los pobres...¿Cómo no voy a recordar tu empuje para que Caritas pusiera en marcha en Agaete el proyecto Esperanza? ¿Cómo no decir hoy que fuiste tú el que nos mandaste hacer algo por la mujer marginada, y el que tiraba de las orejas cuando algún cura no hacía la colecta por los pobres el primer domingo de mes? ¿Cómo no recordar que fuiste tu quien apoyó el nacimiento de la obra social del hermano Jesús...? ¿Cómo voy a olvidar tu gesto arrugado cuando te dije de irme unos años para Brasil?
Ramón, de verdad que eras un fenómeno como creyente, y que eras un obispo atrevido y un hombre de Dios a quien no le faltaba a veces el ser algo durillo de cabeza. De verdad que me río cuando una vez visitamos Santiago Pérez Mesa, Policarpo y yo a tu madre y ella nos habló de ti y con sonrisa nos dijo: *Les aseguro que mi hijo es muy bueno y que le gusta mucho el Fútbol como a su padre. ... pero no les niego que a veces es algo testarudo de cabeza...*
Amigo Ramón, reza por nosotros para ser mejores personas, mejores cristianos, reza por nuestro obispado que a veces tiene que roer cosas nada fáciles, reza por la unión de los cristianos cosa que te preocupaba fuertemente...Oye, reza para que nuestra iglesia canaria sea más evangelizadora. Gracias, Ramón Echarren, por haberte quedado con nosotros después de tu jubilación, no marchándote para la Península que era tu tierra. Gracias también por tu silencio sabiendo respetar las nuevas líneas del obispo que te sucedió...
Ramón, con cariño olvidamos tus pequeñas flaquezas como el fumar demasiado y alabamos tu disposición siempre a estar en el obispado con las puertas abiertas y escuchar a todo el que te visitaba contestando siempre a nuestros escritos. Gracias también por la vez que me llamaste para darme una carta donde el Nuncio te decía que el Minuto en el que yo felicitaba al papa Juan Pablo II se lo había mandado al Vaticano. Gracias, amigo Ramón, gran amante del fútbol, te deseamos un feliz descanso en el reino de los cielos y que nos toque un día el estar también a tu lado.