Luisa del Rosario
El científico S. Hawking "demuestra" en "The grand design" que Dios no existe. (...) Dejando aparte el hecho de que desde hace décadas existe un amplio consenso filosófico sobre la imposibilidad metodológica de demostrar la existencia o inexistencia de Dios. (...) Ahí está la pomposamente autodenominada "ciencia" económica para demostrar que creer en un Dios de barba blanca puede ser más racional que creer en la bondad de un enloquecido dispositivo llamado "mercado". (...) Hawking no se da cuenta de que ya nadie reclama a la ciencia que demuestre ridiculeces. En cambio se le pide que se encargue de erradicar el sufrimiento humano evitable, objetivo para el que se muestra vergonzosamente desinteresada (...)