Mañana quiero empezar a poner el belén en mi casa, y, como estoy en crisis, antes de hacerlo he decidido llamar a uno de esos consultores para que me asesore sobre como rentabilizar al máximo el tradicional nacimiento.
Pastores. Para nadie es un secreto que en todos los belenes hay más pastores que ovejas, parece absurdo, pero siempre ha sido así. Por supuesto me veo obligado a deshacerme de todos, menos uno.
Personajes gremiales. La decisión que he tomado es despedir a todos los artesanos, es duro, pero no ha quedado otro remedio. En su lugar he contratado a un chino.
Posadero. El chino se hará cargo también de la posada. La posada podría funcionar con el sistema de cama caliente.
Ángel anunciador. Se sustituye por un anuncio luminoso, en donde además podremos anunciar las ofertas del chino.
Castillo de Herodes. A Herodes le mantengo en su puesto, no es que haga mucho, pero manda, y no es cuestión de ponerse a despedir directivos. Soldados, me quedo con dos por razones de seguridad, (que bastante calentita está la zona) pero los externalizo. Los contrataré por medio de Prosegur Castillos, para que me presten servicio como guardas de seguridad. Ahorro en costes fijos y gano en flexibilidad.
Paseantes con obsequios. Organizaremos un servicio de logística, para rentabilizar el proceso. Despediremos a todos los paseantes, uno de ellos se quedará con nosotros por medio de ett.
Reyes Magos. Por supuesto con un solo rey es más que suficiente. Posiblemente me quedaré con el rey negro para no ser acusado de racista, además es posible que quiera trabajar sin que le dé de alta
Mula y Buey. Realizaré un “assessment centre” con los dos animales, y el que lo superé trabajará como animal de carga en el servicio de logística antes citado.
San José y la Virgen María. Está más que demostrado que el trabajo que hacen ambos en el portal puede ser desempeñado por una sola persona, y evitamos dos bajas de maternidad/paternidad. Por razones de paridad y el escaso aporte de San José en la gestación, me quedaré con la Virgen María y, lamentablemente, tenemos que despedir a San José
El niño Jesús. A pesar de su juventud tiene mucha potencia. Le mantendré como becario con un sueldo de mierda, hasta que demuestre su valía.
Sugerencias para un cristianismo del siglo XXI: dialogante, comprometido, plural, vocacional, misionero, en crecimiento
lunes, diciembre 21, 2009
miércoles, diciembre 16, 2009
jueves, diciembre 03, 2009
LA HIPOCRESIA EN EL LÍO DE LOS CRUCIFIJOS
Este asunto es fundamentalmente de hipocresía. LA HIPOCRESIA DE LA BANDA RODRIGUEZ ZETA que es meterse con la Iglesia para no meterse con la banca; como no es de izquierdas no se atreve a cosas de izquierda como nacionalizar la banca, subir los impuestos a los millonarios y ofrecer a losa viejos pensiones justas y no limosnas vacacionales.
LA HIPOCRESIA DE LA DERECHA que dice defender el derecho de los padres a educar, como si el derecho de los padres fuera algo menos importante que el hecho de que el Crucifijo es, primero, una verdad, la gran verdad de la historia, hasta el punto de romper el tiempo en "antes de Cristo" y "después de Cristo". Es además la más clara encarnación de la Justicia.
Los niños en los colegios necesitan a Cristo más que a sus padres; Cristo no forma parte del derecho de los padres. Solo eso faltaría.
Algo similar pasa en lo de que los padres sepan que sus hijas abortan. Lo grave es el asesinato; no que los padres no estén enterados.
LA HIPOCRESIA DE LA DERECHA que dice defender el derecho de los padres a educar, como si el derecho de los padres fuera algo menos importante que el hecho de que el Crucifijo es, primero, una verdad, la gran verdad de la historia, hasta el punto de romper el tiempo en "antes de Cristo" y "después de Cristo". Es además la más clara encarnación de la Justicia.
Los niños en los colegios necesitan a Cristo más que a sus padres; Cristo no forma parte del derecho de los padres. Solo eso faltaría.
Algo similar pasa en lo de que los padres sepan que sus hijas abortan. Lo grave es el asesinato; no que los padres no estén enterados.
martes, diciembre 01, 2009
EDUCACIÓN HUMANA Y CRISTIANA
Diego Velicia
La educación camina sobre dos pies: el apoyo y la exigencia. Desde el nacimiento los padres expresamos el amor por nuestros hijos y les exigimos, cambiamos nuestro tono de voz para dirigirnos a ellos y les vamos exigiendo tareas que están un poco por encima de su capacidad. Esto permite a los niños crecer. Caminando sobre estas patas se construye la autoridad de los padres. Lo normal es que los hijos vayan necesitando menos presencia de los padres en sus vidas a medida que van creciendo, porque esto quiere decir que ellos van asumiendo las responsabilidades propias de su edad en relación con el estudio, la colaboración en las cosas de la casa, en la relación con los demás... Lo normal es que un niño de 2 años requiera más atención, más tiempo de los padres que uno de 6 y el de 6 más que el de 12 y así progresivamente. Cuando un muchacho de 12 años requiere más atención que el de 8 años es síntoma de algún problema, probablemente que en las edades tempranas no se haya afianzado la autonomía. Es importante la colaboración de los padres para realizar esta tarea. Y además es imprescindible que se realice en los tres planos de la vida de las personas: el personal, en la relación directa con los niños, el social, en los ambientes en los que se mueve y el institucional, en el que se deciden aspectos que influyen directamente sobre la vida de aquellas personas a las que amamos. Este último es la política, parte imprescindible de la vida.
A la hora de transmitir valores religiosos a nuestros hijos sólo Jesús debe ser el modelo, nadie más. Sus vida, su mensaje, su oración... deben ser las que vayamos haciendo nuestras, para que lo vayan siendo de nuestros hijos.
La educación camina sobre dos pies: el apoyo y la exigencia. Desde el nacimiento los padres expresamos el amor por nuestros hijos y les exigimos, cambiamos nuestro tono de voz para dirigirnos a ellos y les vamos exigiendo tareas que están un poco por encima de su capacidad. Esto permite a los niños crecer. Caminando sobre estas patas se construye la autoridad de los padres. Lo normal es que los hijos vayan necesitando menos presencia de los padres en sus vidas a medida que van creciendo, porque esto quiere decir que ellos van asumiendo las responsabilidades propias de su edad en relación con el estudio, la colaboración en las cosas de la casa, en la relación con los demás... Lo normal es que un niño de 2 años requiera más atención, más tiempo de los padres que uno de 6 y el de 6 más que el de 12 y así progresivamente. Cuando un muchacho de 12 años requiere más atención que el de 8 años es síntoma de algún problema, probablemente que en las edades tempranas no se haya afianzado la autonomía. Es importante la colaboración de los padres para realizar esta tarea. Y además es imprescindible que se realice en los tres planos de la vida de las personas: el personal, en la relación directa con los niños, el social, en los ambientes en los que se mueve y el institucional, en el que se deciden aspectos que influyen directamente sobre la vida de aquellas personas a las que amamos. Este último es la política, parte imprescindible de la vida.
A la hora de transmitir valores religiosos a nuestros hijos sólo Jesús debe ser el modelo, nadie más. Sus vida, su mensaje, su oración... deben ser las que vayamos haciendo nuestras, para que lo vayan siendo de nuestros hijos.