Si alguien busca la paz yo le digo: La paz no está en la noche ni en el sueño. (La noche tiene ortigas que le hieren la espalda; por el sueño transitan los espectros.) La paz no está en los lagos solitarios, ni en los tupidos bosques, donde los vientos guardan sus secretos. No está tampoco (aunque haya quien lo diga) entre las tumbas. La paz no está en los muertos. Ni en las monta¤as coronadas de nieve, ni en los profundos mares. Ni entre la multitud ni en el desierto. Por la simple razón de que la paz no existe: hay que crearla dentro.