Algunos dirán que no tiene nada que ver pero -ante la experiencia Julen- no me parece compatible elogiar las profesiones y dejar intacta la propuesta de la renta básica.
A nadie se le oculta que cientos de miles de personas abrazando a la familia de Julen pueden representar algo tan importante como el consuelo y de igual manera a nadie se le oculta que también son importantes (¿más incluso?) personas que pongan su tiempo, su capacidad y su tecnología al servicio de rescatar a Julen. Cientos de manifestantes y de minutos de silencio pueden ser importantes pero no serían suficientes.
Personas en su trabajo han fabricado tubos adecuados. Otros los han trasladado. Otros han construido la cesta con la que bajarán los mineros. Otros un taladro gigantesco. Alguien ha cedido sus cámaras de fibra óptica para tener visión del pozo.Un equipo de rescatadores asturianos especializados en rescates mineros llegaron. Decenas de camiones y excavadoras trabajando en desmontes hábilmente manejadas por sus operarios. Otros trabajadores han manejado una tuneladora. Psicólogos, guardias civiles, religiosos, cocineros, agricultores, comunicadores, ingenieros, bomberos… Si alguna profesión no ha colaborado lo mismo es que no es profesión.
En todo ello se juega con patrimonio material, intelectual, moral que tiene relación con el Trabajo. Con la profesión. Con la profesionalidad. Con el amor hecho profesión. En todos los casos se da una simbiosis entre manos trabajadoras y tecnología adecuada, que a su vez es fruto del trabajo.
Pero hay algo que no ha aportado nada: el rentismo. Ni el rentismo de los grandes (¿de qué servirían los especuladores en bolsa en esto?) ni el rentismo de los pequeños (esa cosa llamada renta básica).
La experiencia Julen nos grita que cuando tenemos problemas buscamos compasión y profesionales. Que es el trabajo y la técnica (fruto del trabajo inteligente) quien resuelve los problemas. Es ocasión quizá de que se afiance en nuestro patrimonio moral que cada persona tiene cualidades que poner en juego, que no sobra nadie, que nadie debe permanecer ocioso, que no queremos rentistas especuladores ricos ni renta básica para pobres, sino salario justo, que trabajo es más que medio de sustento, que trabajo es salvación y servicio. Que la profesión da eficacia a la compasión y es por ello imprescindible.
¡Sí!
Hemos puesto la catequesis "patas arriba".
Se acabó el ir pasando el tiempo, el aburrimiento que deja las cosas como están...
Dice el Papa: "Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa..." ¡¡¡Nos está diciendo que ya tenemos algo de santos!!! En los niños alegres, en nuestros hijos, ya vemos los jóvenes que van a cambiar el mundo. El próximo 6 de febrero tenemos una oportunidad única de dialogar sobre esos jóvenes. Los niñios que van a ser jóvenes. Y esos hermanos mayores o amigos. Tenderemos una "conferencia performática", una actividad teatral tremendamente atráctiva y sugerente, cómica y dramática al tiempo que nos puede hacer pensar. Está pensada para mayores de catorce años. Reserva ese día aunque nos salimos de nuestros horarios habituales, es un miércoles porque Moisés viene de Madrid y no puede otro día. Esperamos a los padres de los niños de catequesis. Esperamos también a los padres de otros años y que hace tiempo no vemos. Esperamos también con ilusión a los que hace años hicieron la comunión y hoy son jóvenes. Esperamos que la casa se nos quede pequeña. Esperamos que toque nuestros corazones, nuestra cabeza, nuestras manos. Esperamos...
Muchos se niegan a entender las consecuencias internas de un PSOE dividido en todos los terrenos, entre los cuales hay que destacar las muy diferentes formas de vida de sus miembros
Eugenio A. Rodríguez
Protesta el articulista Rafael Álvarez porque Pérez Reverte cuenta las andanzas del hijo de Negrín por el extranjero. No cree el articulista que el personaje fuera tan derrochador. No salgo de mi perplejidad . ¡Vaya forma de negar las evidencias! Se queja en Canarias7 de que siga hablándose así de la familia Negrín con lo que ha costado la rehabilitación del famoso doctor.
A ver si aceptan ustedes la realidad: no fue el franquismo quien montó una "leyenda negra" sobre Negrín. Fueron sus compañeros, de manera casi unánime, los que criticaron sus comportamientos. Es mejor dejar tranquilos a los muertos se llamen como se llamen, miremos al futuro, aprendamos del pasado, seamos indulgentes con quienes "no sabían lo que hacían" aspirando a que hagan lo mismo con nosotros los que vengan detrás. Pero si ustedes se empeñan en hablar bien de los más tristes personajes de la historia nos obligan a contar su verdad, no porque queramos ensañarnos sino porque queremos ser mejores.
Fue quien avaló la entada de Negrín en el PSOE quien habló muy mal de él años después. Fueron muchos de sus compañeros, algunos de sus más cercanos colaboradores; algunos fueron personajes de talla moral gigantesca. Fue también Azaña, Prieto... Fue el PSOE quien le quitó el carnet. Las críticas partían de la experiencia, no de prejuicios. Se dio la gran vida mientras otros morían en el exilio. Tuvo a su alcance bienes exagerados mientras otros exiliados vivían de su trabajo. Unos en trabajos más acomodados (como el expresidente Alcalá Zamora que era traductor en Argentina) y otros más obreros (como Cipriano Mera, albañil en París) y así un sinfín de personajes. Nadie ha explicado por qué el que ustedes pintan como gran científico no volvió a ningún trabajo ni a la actividad investigadora sin explicar por qué.
El gran archivo Negrin no deja de ser un robo. Si no lo entregó a Franco, podía entregarlo al presidente en el exilio pero no se entiende que se lo apropie. Eso significa creerse España él mismo, tanto como se lo creía Franco.
Sean ecuánimes y hablen de las cosas buenas que hizo aunque a ustedes no les gusten. Cuenten que prefería entenderse con Franco a los indepes catalanes o que no apoyó la propuesta de ley del aborto de F. Montseny. Sí, Negrín se opuso a romper España o a favorecer el aborto. Hasta en materia de libertad religiosa tuvo algún acierto.
La crítica a Negrín ha sido hecha desde la izquierda porque mientras otros pasaban hambre él se iba de cabarets ("todo incluido") a París en cocheo avión oficial. Fueron izquierdistas de verdad como Besteiro y Mera los que dieron el golpe de Estado contra su gobierno.
No entiendo que la canariedad obligue a defender a Negrín. La verdad es la verdad. Hay que ser honesto con la historia si queremos abrir el futuro.
Mi hipótesis sobre la defensa actual de Negrín es muy simple: ustedes defienden a Negrín porque son tan falsa izquierda como él. No quieren parecerse a ese gigante socialista que fue Besteiro, ni a ese gigante anarcosindicalista que fue Cipriano Mera. Por la sencilla razón de que Besteiro y Mera (y tantos otros) fueron pobres, fueron honestos, fueron honrados. Diferentes, muy diferentes, aunque callen las feministas con mucha voz, no solo políticamente sino también en cosas domesticas como su relación con la mujer. ¿Hay en el archivo Negrín alguna carta de amor como las de Besteiro a Dolores? De eso también habría que hablar y veríamos muchas caras atónitas por Gran Canaria.
«Es peligroso dejar los platos sucios en el lavavajillas mucho tiempo» porque «en unas pocas horas podemos tener unos cuantos cientos de millones de ellos, entre ellos microorganismos patógenos, y cuantos más sean, más difícil se hace el eliminarlos», explica este profesor de Microbiología de la Universidad Miguel Hernández.Meter en el lavavajillas una fuente con los macarrones con queso aún pegados para que salga después reluciente sirve para anunciar detergente, pero es un claro ejemplo de lo que no debe hacerse. «Hay que procurar que los platos y enseres que metamos dentro no vayan con mucha comida pegada» porque «los restos de comida permiten el crecimiento de los microorganismos», explica el microbiólogoManuel Sánchez Angulo,que aconseja poner en marcha el lavavaplatos en cuanto se pueda.
Sin embargo:
La lista de riesgos a tener en cuenta en la cocina profesional es realmente extensa:
• Caídas que pueden dar lugar a esguinces, contusiones y fracturas
• Cortes con cuchillos u otros instrumentos/maquinaria
• Quemaduras como consecuencia del uso de productos calientes, fuentes de calor (hornos, freidoras..) , por vapor o pulverización.
Una consecuencia bastante frecuente entre profesionales de la cocina es la aparición de verrugas en las palmas de las manos y los dedos, e infecciones por hongos de uñas, derivadas en su mayoría del contacto con frutas, jugos y sus residuos
• Trastornos musculoesqueléticos como consecuencia del trabajo. Habitualmente son trastornos periarticulares que causan dolor en la muñeca (síndrome del túnel carpiano), el codo (codo de tenista, codo de golfista), de hombro (brazos extendidos tendinitis) y lesiones crónicas de la columna vertebral (dolor de cuello, dolor de espalda baja).
• Riesgos derivados de la manipulación manual de cargas y desplazamientos: ollas, platos, sartenes, carga y descarga de hornos y lavavajillas …
• Otros riesgos derivados de manipulaciones repetitivas realizadas a un ritmo constante en la preparación de platos, posturas forzadas (mucho tiempo de pie inclinándose hacia adelante con la posición frecuente brazos extendidos, flexión, torsión …), y riesgos derivados del uso constante de vibraciones generadas por herramientas electromecánicas como batidores, etc. son fuentes de enfermedades del aparato locomotor.
• Riesgos químicos derivados del contacto con sustancias de limpieza y desinfección. A menudo se trata de productos químicos fuertes que pueden causar intoxicación por inhalación o absorción, así como quemaduras en piel y ojos, o sensibilización alérgica (eczema, asma …). Estos trastornos irritativos y/o alérgicos llegan a la piel causando dermatitis o eczema, y a la mucosa bronquial (asma). Los vapores de cocción y los vapores emitidos durante la preparación de alimentos son calientes y a menudo aceitosos, con olores más o menos intensos que, además de desagradables, pueden resultar irritantes para las vías respiratorias. Y los gases, vapores y el humo producido por la carbonización de grasas animales sobre aparatos de cocina contienen benzopireno, clasificado como probable carcinógeno.
El riesgo potencial de accidentes de trabajo en la cocina es considerable, y más aún en un sector donde a menudo los contratos son temporales y los empleados no siempre tienen el nivel de formación y experiencia adecuados
• Riesgos biológicos: la manipulación de alimentos constante puede causar trastornos de la piel: dermatitis por irritación, o dermatitis de contacto por alergia a las proteínas de origen animal (carne, hígado, pescado, crustáceos o moluscos) y plantas (vegetales, frutas, especias), o a enzimas y aditivos alimentarios (amilasa, ácido benzoico …). Una consecuencia bastante frecuente entre profesionales de la cocina es la aparición de verrugasen las palmas de las manos y los dedos, e infecciones por hongos de uñas, derivadas en su mayoría del contacto con frutas, jugos y sus residuos. Las infecciones secundarias de heridas de la piel por gérmenes patógenos presentes en residuos, las vísceras, etc., son también un riesgo laboral frecuente, así como la contaminación transcutánea por el contacto directo de las mucosas oculares con determinadas sustancias de forma accidental.
• Riesgos de incendio por el uso de hornos, cocinas con quemadores de gas, presencia de muchos productos inflamables (freidoras de aceite …).
• Riesgos psicosociales: La carga mental de trabajo (horarios extensos e irregulares, trabajo nocturno, fines de semana y festivos), los requisitos de velocidad y calidad de servicio, la presión constante de órdenes debido a los picos de actividad, etc. pueden ser también fuente de enfermedades psicosomáticas. El trabajo bajo presión durante la preparación de comidas y el tener que respetar los tiempos de comida puede derivar en conflictos con compañeros, conflictos por quejas de clientes insatisfechos… en definitiva, una serie de situaciones que pueden generar consecuencias emocionales difíciles de soportar psicológicamente si se mantienen durante un largo periodo de tiempo y que pueden inducir a un estrés constante en el lugar de trabajo que derive en alteraciones psicológicas, síntomas de ansiedad, síntomas de depresión… Todo ello puede llevar a una dependencia de alcohol o tranquilizantes y a trastornos somáticos (digestivo, cardiovascular). En este caso, los trabajadores eventuales o de temporada, en su mayoría estudiantes o empleados con poca o ninguna experiencia laboral, son los más vulnerables.
Diego Velicia, psicólogo del COF Diocesano Valladolid Una discusión es una especie de escalera. Alguien dice algo que molesta al otro y ese otro le contesta, pero, en su respuesta, intenta quedar un peldañito por encima del otro. En el tono, en la contundencia del argumento propio, en el desprecio al argumento del otro… se trata de quedar por encima. Dependiendo de las circunstancias se intenta quedar muy por encima de otro, o sólo un poquito. Pero por lo general por encima. Y el otro responde subiendo al siguiente escalón. Y así consecutivamente. Buscamos nuevos argumentos, elevamos la voz, rebatimos los argumentos del otro… A medida que vamos subiendo por la escalera se intensifica la tensión. N uestro organismo experimenta algunos cambios: sube el ritmo cardíaco, los músculos se tensionan, la respiración se agita… Y al tiempo nuestro cerebro va dejando de escuchar. Al mismo ritmo en que va aumentando la intensidad de nuestro enfado, se nos hace más difícil ponernos en el lugar del otro, nos invaden pensamientos negativos y le atribuimos intenciones dañinas. Los procesos que suceden tanto dentro de cada persona, como entre las dos personas que están discutiendo, hacen muy difícil que una discusión sea productiva. ¿Qué suele salir de una discusión? Heridas que tardan tiempo en cerrarse, distanciamientos, pérdidas de control, sensación de incomprensión y rabia… Es poco frecuente que de una discusión se extraiga una buena idea, un acuerdo para el futuro… ¿Cómo abordar entonces las conversaciones sobre temas de “alta tensión” (cada pareja tiene los suyos) para que no se conviertan en una discusión? Aquí va un pequeño truco que puede parecer magia, pero no lo es. Sabemos que cuanto mayor es la tensión, mayor la dificultad para controlarse uno mismo. Por lo tanto, lo antes posible, conviene reconocer la parte de razón que tiene el otro. Obsérvese que en la discusión lo que hacemos normalmente es fijarnos en las cosas en las que el otro no tiene razón. Pues bien, se trata de hacer justo lo contrario. Concentrarnos en la parte de razón que tiene el otro. Y decírselo, con frases como “en parte estoy de acuerdo contigo”, “creo que tienes parte de razón cuando dices…” Es poco frecuente que en una conversación haya una de las partes que no tiene ninguna razón, ninguna parte de verdad en sus argumentos. Pero, centrados en nosotros mismos como solemos estar en medio de una discusión, nos cuesta aceptar la parte de verdad que el otro tiene. Para poderlo hacer, hay que actuar rápido, pues si empezamos a ascender por la escalera de la discusión nos va a costar muchísmo más reconocer su parte de razón y expresársela. A veces es necesario pararse un momento, respirar hondo y contar hasta diez para no dejarse llevar por el impulso de subir por la escalera. ¿Cuáles son los efectos de este “truco”? En primer lugar hay un efecto interno y es que en lugar de la ira habitual experimentaré que estoy en calma y que no veo al otro como un enemigo a derrotar. En segundo lugar hay un efecto en el otro. Y es que el otro (que ya estaba anticipando mi respuesta pensando que iba a subir al siguiente escalón) de repente se va a ver escuchado, reconocido, valorado. Y como consecuencia de los cambios en los dos, hay un tercer efecto, que es en vez de la escalera de la discusión, va a aparecer un nuevo escenario en el que dos personas miran juntas una realidad para intentar encontrar un punto común, una síntesis que dé respuesta al problema. Y esto no es magia, pero se le parece…