jueves, febrero 11, 2016

Papa Francisco: Usura, pecado grave contra familias y desesperados

El papa Francisco explicó el origen del Jubileo en la Biblia, durante la audiencia general de este miércoles 10 de febrero en la plaza de San Pedro.
El Pontífice que prosiguió la serie de catequesis sobre el jubileo, incitó a una conversión que se basa en compartir con los necesitados y no aprovecharse de ellos, como por ejemplo con la usura: “¡Cuántas situaciones de usura nos vemos obligados a ver y cuánta angustia provoca a las familias!”.
El Papa contra la usura
Así, arremetió contra la especulación de intereses altos contra familias, pobres y personas desesperadas, incluso llegando al suicidio. “Hombres que no reciben una mano abierta que les ayude, sino la mano que viene a hacerles pagar intereses”.
Por otro lado, declaró: “El jubileo, lo digo recordando nuestra historia de salvación, es para convertirse, para que nuestro corazón se vuelva más grande[…] Pero, les digo: “si el Jubileo no llega al bolsillo no es un verdadero jubileo, ¿entendido? Y esto está en la Biblia, no lo inventa este papa”.  
En este sentido, el Papa ya había dicho que la bandera de los pobres se remonta a dos mil años de cristianismo, adelantándose en autoridad a cualquier ideología.
Por ello, constató: “El mensaje del jubileo bíblico nos invita a construir una tierra y una sociedad basada en la solidaridad, en el compartir y en la repartición justa de los recursos”.
En una plaza soleada, el Papa pidió oraciones para acabar con el mal: “La usura es un grave pecado que clama a Dios […]….¡Cuántas familias están en la calle víctimas de la usura! Recemos para que en este Jubileo el Señor quite del corazón de todos nosotros esta gana de tener más, esta usura, que nos haga generosos”.
Luego habló de los préstamos para ayudar a quien lo necesita. De esta manera, enunció que la Sagrada Escritura también exhorta a responder generosamente a las peticiones de préstamos, sin hacer cálculos avaros y sin pretender intereses imposibles.
La riqueza en pocas manos
El Papa reveló la disparidad de la riqueza acumulada en manos de pocos, aunque sostuvo que las cifras no son exactas. “El 80% de las riquezas de la humanidad están en las manos de menos del 20% de la gente”, dijo, luego interrumpido por los aplausos de los presentes.
A tal propósito, cabe mencionar que, según un informe reciente de la organización sin fines de lucro Oxfam (18.01.2016),  las 62 personas más ricas del planeta acumulan más riqueza que la mitad de los más pobres del mundo.
Así, recordó que el jubileo bíblico estaba volcado a la misericordia con las viudas, los huérfanos, los desheredados, los extranjeros, como Jesús en Egipto.
“De hecho, el jubileo tenía el objetivo de ayudar al pueblo a vivir una fraternidad concreta hecha de ayuda recíproca, podemos decir que el jubileo bíblico era un jubileo de la misericordia por estar basado en el bien del hermano necesitado”.
El Pontífice rememoró la ley bíblica de la caridad a través de la limosna y la donación. Y destacó las donaciones que llegan al Vaticano en sobres dirigidas a la Limosnería Apostólica, que es la Oficina de la Santa Sede que tiene la tarea de practicar la caridad a favor de los pobres en nombre del Pontífice.
“Llegan sobres de personas que escriben “esta es una parte de mi sueldo para ayudar a los demás”. Esto es hermoso, ayudar a los hospitales, a las casas de reposo, a los extranjeros, Jesús estuvo de paso en Egipto”, expresó.
Al final de la catequesis manifestó en resumen: “Si queremos misericordia de parte de Dios, empecemos a hacerla nosotros ahora. Entre conciudadanos, entre las familias, entre los pueblos, entre los continentes. Contribuir [….] a compartir cuanto se posee, en una repartición de los recursos fundada en la hermandad y en la justicia”.
El Papa invitó a rezar por los enfermos y a hacerles sentir nuestro amor, en el contexto de la memoria, este jueves, de la bienaventurada Virgen María de Lourdes, piedad presente en el santuario mariano ubicado en la homónima ciudad de Francia.

Por último, encomendó su viaje a México a Dios, además de pedir oraciones a los fieles por su próximo encuentro del viernes con el “hermano”, el patriarca Kirill de Moscú y de toda Rusia, que tendrá lugar en una escala en aeropuerto internacional José Martí de La Habana.

lunes, febrero 08, 2016

El curioso efecto Dunning-Kruger: cuanto menos sabemos, más creemos saber

El caso del inepto delincuente "invisible"
En 1995, McArthur Wheeler, robusto hombre de 1,70 metros y 130 kilos, robó dos bancos a plena luz del día, sin máscara alguna que ocultara su rostro y fue arrestado una hora después que su imagen fuera mostrada en las noticias de ese mismo día. Wheeler, al parecer, confiaba en que aplicar jugo de limón sobre su rostro, le haría invisible a las cámaras. “Pero si usé el jugo”, dijo Wheeler al momento de ser arrestado.
La idea fue sugerida por dos amigos del ladrón, quien, precavido, primero probó su eficacia: se aplicó jugo de limón en toda la cara y luego se tomó una fotografía. Nada apareció, posiblemente porque la cámara terminó apuntando al techo. Por lo tanto, Wheeler asumió que permanecería invisible mientras no se acercase al calor, al igual que la “tinta invisible” hecha con jugo de limón.
Un año después, David Dunning, profesor de sicología social de Cornell, no daba crédito a sus ojos tras leer esa noticia. Intrigado ante esta muestra de credulidad, incompetencia o ambas, decidió investigar qué había detrás. ¿Sería posible –se preguntó– que mi propia incompetencia, me hiciera inconsciente de esa misma incompetencia?
Para averiguarlo, embarcó a su estudiante Justin Kruger en una investigación, con el fin de hallar una respuesta. Lo que encontraron, les dejó sorprendidos.
El experimento
Se realizaron cuatro estudios distintos, con estudiantes de psicología de Cornell. Específicamente, en las áreas de Humor (“habilidad para reconocer lo que es gracioso”), Gramática y Razonamiento Lógico.
El estudio consistió en lo siguiente: Se le preguntó a cada participante cómo estimaba su competencia en cada uno de los campos, y luego, se le sometió a un test, para poner a prueba su competencia real. Entonces, se compararon los resultados, para ver si había algún tipo de correlación. Y efectivamente, la había.
Se dieron cuenta que mientras más incompetente era la persona, menos notaba su incompetencia, y que mientras más competente era, más subvaloraba su competencia.
Dunning y Kruger publicaron en 1999 sus conclusiones, en el paper “Unskilled and Unaware of It: How Difficulties in Recognizing One’s Own Incompetence Lead to Inflated Self-Assessments”(“Sin habilidades e ignorante al respecto: cómo las dificultades en reconocer la propia incompetencia conducen a una autoimagen exagerada”).
Las conclusiones básicas de dicho paper se resumen que, para cierta habilidad o área de conocimiento, los individuos incompetentes:
1 Son incapaces de reconocer su propia incompetencia.
2 Son incapaces de reconocer las genuinas habilidades del resto.
3 Son incapaces de reconocer hasta qué extremo son incompetentes en el tema.
4 Si se les entrena para mejorar sus habilidades, pueden reconocer y aceptar su falta de habilidades previa.
Por lo tanto, esa persona que alardea de sus capacidades vocales, mientras nos irrita los oídos, está obedeciendo a este fenómeno. O cuando los expertos entregan opiniones mesuradas sobre los problemas, mientras

la gente desinformada cree tener soluciones absolutas y rápidas al mismo (¿alguien dijo "Twitter"?). O cuando los clientes de especialistas en disciplinas como medicina, diseño o programación, les hacen perder la paciencia al intentar guiar su trabajo basados en incorrecta noción de que ellos también saben de lo que están hablando. (¿Te has auto medicado últimamente?)
¿A qué se debe esto?
Como los investigadores señalan en el estudio, esta percepción se debe a que las habilidades necesarias para hacer algo bien, son justamente las habilidades necesarias para poder evaluar correctamente cómo lo estoy haciendo .
Por ejemplo, si mi ortografía es pésima, el conocimiento necesario para reconocer que mi ortografía es pésima y corregirla es, justamente, saber de ortografía. Sólo me entero de mi incapacidad cuando alguien más me lo hace ver explícitamente, poniendo en evidencia el contraste entre mi escritura y la ortografía correcta. Y aún así, eso no la corregirá automáticamente, sólo me dará conciencia general de que mi conocimiento es insuficiente. Lo mismo en el resto de áreas del conocimiento.
Respecto a las personas que se subvaloran, esto se debe al efecto de falso consenso: creen que todo el mundo “lo hace igual”, por lo que asumen que sus capacidades son promedio, cuando en realidad, son superiores.
Entonces, ¿Cómo sé si soy incompetente?
En general, comparándose con medidas objetivas de conocimiento (en el caso de la ortografía, son las normas ortográficas directas, no “lo que dicen mis amigos y mi mamá").
Además, debo poner atención a la forma en que tomo decisiones sobre cierto tema. Si tomo mis decisiones u opiniones basándome en: lógica binaria (las cosas son buenas o malas, sin términos medios), primeras impresiones, ausencia de empatía, sin documentación o sin utilizar modelos rigurosos que fundamenten mis conclusiones, probablemente estoy sobrevalorando mi conocimiento.
También es posible evitar problemas derivados de una posible incompetencia, aplicando la sana autocrítica y fijándose en los errores: si algo sale mal, no necesariamente es culpa del resto, se puede deber a un error en los propios procedimientos o métodos.
Esto también tiene que ver con un sesgo cognitivo muy interesante en las personas que se especializan en una sola área: 


creen que por manejar bien un aspecto de las cosas, manejan bien todos los aspectos de muchas cosas distintas. Así que ojo, cuando estemos opinando fuera de nuestra área de especialidad, y todo el mundo pareciera estar en nuestra contra, es posible que nos estemos equivocando.
Y en ese sentido, la mejor forma de ahorrarse vergüenzas y prevenir errores que muchas veces salen caros (financiera y humanamente), es ser receptivo ante la crítica y las opiniones de los demás. Por lo tanto, es importante trabajar en equipo y escuchar al otro.
Y naturalmente, 


este síndrome se puede superar… ¡aprendiendo más del tema! Como dijo Will Durant: “La educación es el progresivo descubrimiento de nuestra propia ignorancia”. En la medida que aprendemos más de un tema, rápidamente vamos descubriendo un mundo de sutilezas de cosas que aún quedan por saber. Cualquiera que se haya lanzado a una aventura (sea estudiar una carrera, emprender, liderar un equipo o cargo público) sabe perfectamente que "otra cosa es con guitarra".
Conclusiones para la vida
En primer lugar, lo que podemos aprender de todo esto, es a tomar con pinzas la opinión de alguien que dice ser “bueno” en algo… puede ser malísimo o excelente, pero casi nunca es simplemente “bueno”, debido a este efecto psicológico. Esto es especialmente delicado cuando se trata de contratar a un experto en un área que no dominamos (por ejemplo, un abogado), pues no contamos con las herramientas para evaluar su competencia, por eso es recomendable consultar la opinión de sus colegas y anteriores clientes.
Lo interesante (y quizás algo peligroso), es que además, quienes son incompetentes, “no sólo llegan a conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impide darse cuenta de ello”, nos indican Dunning y Kruger. 
Por lo tanto, y como segundo corolario,


muchas veces la culpa de nuestras desgracias no es el resto ni la mala suerte, sino nosotros mismos y nuestras decisiones, y correspondería hacer un sano ejercicio de autoanálisis al momento de fracasar o experimentar dificultades en nuestras actividades o proyectos. Todos tenemos un grado de incompetencia, porque todos somos perfectibles y podemos mejorar siempre. El error consiste en olvidar ese hecho.
Es importante, entonces, cultivar la empatía y trabajar en el propio orgullo, de modo que no nos ciegue a las opiniones de otros, o nos haga reaccionar de manera exaltada o furiosa ante las críticas. También, en línea con eso, resulta importante no asignar a priori segundas intenciones a quienes nos dan su opinión, sino que evaluar lo que nos dicen de la manera más objetiva posible, y ver en sus reales méritos lo que nos están diciendo, dejando a un lado nuestra opinión sobre la persona que lo dice.
Además, es posible ver que quienes son abiertamente incompetentes y dicen ser mucho mejores de lo que son, no lo hacen por completo debido a una suerte de vanidad o egolatría, sino a que también son víctimas de este interesante fenómeno psicológico. Estas personas, muchas veces, permanecen sin evolucionar ni mejorar, pues ya consideran que están bien y que el resto se equivoca. Esto hay que evitarlo, cosa que tampoco nos puede llevar al otro extremo, que sería la falsa modestia. Debemos conocer nuestros méritos, pero observarlos siempre con una mirada crítica, pues todo siempre es perfectible.
En conclusión, lo importante es trabajar sobre nosotros mismos cada día y esforzarnos por aprender más, para ser mejores. Porque al final, no son más exitosos quienes se “duermen en sus laureles”, sino quienes se imponen a su propia desidia y van mejorando cada día.

Dunning y Kruger ganaron el Premio IgNobel del año 2000 por este descubrimiento.

martes, febrero 02, 2016

VICTOR VALDÉS: NI SE ME PASA POR LA CABEZA PONER UN LOGRO PERSONAL POR ENCIMA DE UN LOGRO COLECTIVO



 Pocas veces se ha visto una entrevista tan sincera como la de Víctor Valdés en la cadena RCN. El todavía portero del Manchester United abre su mente y su corazón para describir cómo ha cambiado su vida desde la grave lesión de rodilla que sufrió en el Barcelona. El dolor que ha sufrido ha sido suficiente para afirmar y desvelar que si pudiera cambiar algo, "no volvería a ser portero". Estas son las mejores frases de una entrevista que dura 45 minutos.

 La lesión: "Cambiaría el día en que me lesioné, en casa contra el Celta. La maldita jugada empezó con que el árbitro pita penalti. Creo que era Ayza Gámez, que venía de haber pitado un penalti fuera del área. Yo como capitán presiono, él lo consulta con el linier y pita libre directo. Y en esa falta cambió mi vida, porque me lesiono. Si hubiese sido penalti seguramente no me hubiese lesionado. Cambiaría que ese día yo no hubiese sido el capitán, porque sin el brazalete seguramente no hubiera ido a pedir que lo sacara del área. Nunca lo olvidaré"

 Qué le ha enseñado la lesión: "Voy a explicar una cosa que, gracias a Dios, viví: la lesión me hizo volver a sentir lo que es la vida no siendo futbolista. Me fui a Alemania para recuperarme, era difícil, pero yo lo iba a conseguir sí o sí y pasara lo que pasara. Los futbolistas vivimos una vida irreal. Volvía la vida real, a pagar un café, a tocar monedas y esa cura de humildad me ha servido ahora que he vuelto a la actividad como futbolista profesional. Yo vengo de tres meses en Augsburgo, de comprar mi billete de tranvía, de ir con muletas, de estar solo. Eso no me lo quitará nadie" No será el de antes: "Yo nunca más seré una superestrella, porque yo he estado ahí lesionado. Y ya he dicho que el fútbol te aparta. ‘Te has lesionado la rodilla… que pase otro’. ‘Tú ya no vales’. Pero tú vas a valer, si quieres. Y es tu fuerza de voluntad la que te tiene que hacer llegar. Esa es la mayor enseñanza". 

Qué enseñará a sus hijos: "No me gusta la fama. Cuando se apague la luz, yo estaré con los niños, enseñándoles qué pasa cuando se enciende y deseando que se les encienda. Pero para mí ya no, y espero que cuando se acabe no me encuentren". Cambiaría su profesión: "Si volviera a nacer no sería portero de fútbol, me hicieron creer que tenía talento, que servía y por circunstancias de la vida fue subiendo hasta profesional pero no es un camino fácil y no me ha compensado todos los años de sufrimiento. He tenido muchos días en los que no quería estar ahí, juego porque me convencieron de jovencito, he aceptado el camino con disciplina, pero se me ocurren miles de momentos de sufrimiento. No es un camino fácil y seguramente no me ha compensado los años que has sufrido con lo que han ido bien".

 La salida del Barcelona: "Realmente la despedida que tuve del Barcelona no fue la deseada por culpa del tratamiento que tenía que seguir en Alemania y por culpa de mi carácter: me aparté y me fui. La gente seguramente esperaba mucho más de alguien como yo. Seguramente me recrimino ciertas actitudes de este tipo de mi persona".

 Lo que más valora de un entrenador: "La comunicación. Tuve la suerte de estar con Guardiola y aparte de las enseñanzas, él fue un catedrático. Se adaptaba si tenía que decirle algo a uno o a otro. Eso es lo más difícil para un técnico, que sepa adaptar su orgullo y su mensaje al futbolista. No es fácil manejar los egos".

 Cómo es en el vestuario: "Yo soy muy bromista. Me gusta hacer el payaso. Yo soy medio bufón, y siempre me he hecho más con los jugadores que aceptan mis bromas. Un ejemplo es Xavi. Se ha reído conmigo como nadie. Hemos vivido momentos irrepetibles dentro y fuera del vestuario. Y los que quedan, porque esa sí que es un amistad irrompible"

 Mejores delanteros: "Ha habido muchos. Raúl, que era una ‘mosca cojonera’. Era atípico, parecía que no estaba, pero era letal. Ronaldo Fenómeno, que definía de una forma precisa. Cristiano Ronaldo, al que me ha tocado sufrir muchas veces. Es letal, tienes que estar muy atento porque dispara desde cualquier sitio."