miércoles, noviembre 26, 2014

DESDE EL HOS(pi)TAL INSULAR, PRIMERA LÍNEA DE PLAYA. LAS PALMAS DE GC

Queridos amigos,
el pasado 15 de noviembre el médico de urgencias no me dejó volver a casa. "Tienes una analítica muy mala, empezamos esta misma tarde con plaquetas". Con gran delicadeza me dijo que realmente había leucemia; y que tenía tratamiento.
Las ideas (ya saben) no pararon en la cafetera que es casi siempre mi cabeza. De todo. Lo primero que me sentí fui ASUSTADO, tremendamente. Dentro del susto, cierta racionalidad: si el deselance es el peor (cosa que no se sabe) no se arregla por angustiarse. Y si hay tratamiento...
Creo que me ayudó haber conocido mucha gente que ha sufrido enfermedades, mis padres, para empezar; también el resto de la familia y toda la vida he conocido gentes en situaciones no fáciles. En mi familia somos forofos de la ciencia desde siempre. Mi madre nos daba a todos fotocopia de una revista científica en que se explicaba cómo la salvaron porque acertó el equipo médico que "experimentaba" con ella; hasta salió en la prensa madrileña del año 62. Los jefes de mi padre y la cultura de mi padre respecto del trabajo hicieron que mi padre apenas fuera a ver a la mujer y al hijo a Madrid (¿cosas de antes?) pero los jefes sí llevaron a Lourdes a mi madre a ver si se curaba; mi madre creo que fue por viajar y a rezar. Luego volvió con mi padre y la Frater 8 veces. Mi padre sí decía que se había curado en Lourdes, pero -claro- del estreñimiento, no de la cojera que le vino por aquellas polios del hambre de la posguerra que también le mataron una hermana. Resulta que durante el noviazgo fue operado mi padre y recien casados mi madre. O sea que semanas sin verse, y por eso tenemos las hermosas cartas de amor que se escribieron, guardadas en una caja de cartón reutilizada de la farmacia. Cuando la enfermedad de mi padre, mi madre tampoco pedía milagros, los hacía. Y cuando murió ya no supo o pudo vivir del todo. Cuando su última enfermedad tampoco pedía milagros y decía: "Yo no pido curarme, pido vivir cristianamente esta enfermedad"; eso fue contraportada de la revista Id y Evangelizad. O sea que por mi cabeza no pasó nada de pedir milagritos ni nada de eso; ni chalaneos con Dios... me lo impide la fidelidad familiar.

Para colmo, pocos días antes, Teresa, la enfermera que se había salvado del ébola había hecho una preciosa rueda de prensa que resumí en las parroquias:
1/ Doy gracias a Dios (¿dónde quedaba el laicismo?)
2/ Y al apóstol Santiago (¿dónde el intelectualismo?)
3/ Mis compañeros han hecho el milagro (¿dónde quedaba el espiritualismo?)
4/ No los políticos (¿y el apoliticismo?)
5/ Arriesgar su vida por curar a otros HA VALIDO LA PENA (¿donde la cultura insolidaria dominante y el cada vez vamos peor y antes bla bla bla?)
6/ Si mi sangre puede ser util estoy dispuesta a quedarme seca (¿dónde quedaba la mezquindad del dar algo, por partes o a plazos? Habia dicho SECA). Teresa estuvo colosal.
O sea -resumiendo- susto y Verdad, esa palabra que debiera escribirse siempre con mayúsculas.

Luego viene la parte religiosa. No porque sea menos importante sino porque es así. Venía a mi mente aquello de "en la vida y en la muerte somos del Señor". Recordaba a aquel gran profesor, Ruiz de la Peña, ya con una enfermedad terminal cuando nos dijo: "Vamos a ver cómo vivo lo que tantas veces he explicado"... Y pensé: pues eso es...
Se refería -creo- a que la teología y espiritualidad actuales acentúan que Dios no  manda sufrimientos sino que es compañero de camino de quien sufre. Claramente lo han dicho los limpios: "Dios está con el que padece y con el que compadece". En mi vida habia habido algunos compadecimientos y llegaba una nueva hora, la del padecer... O sea, una nueva aventura, ¡¡una ocasión de promoción!! Hora -nada menos- de nacer de nuevo, algo que considera imprescindible Jesús.
No pude menos de recordar haber coescrito una biografía del Alcalde Camilo Sánchez, que había muerto de cáncer y con quien tantas horas yo había hablado ¡incluso en este mismo hospital!
Los amigos con su PRESENCIA, con las horas en las salas de espera y todas esas pequeñas cosas que le caen a las personas más admirables que existen y que son los que Julián G. del Castillo llamaba "burrosde carga"; y LA PRESENCIA de los que no podían estar físicamente pero estaban en la oración, al teléfono o al washapp, ha sido siempre consoladora; en estos días he recibido cientos (creo que miles) de llamadas, mensajes, visitas, fotos de partos (¡qué hermosura!), actos culturales, convivencias.... ¡tanta vida entregada! Hasta desde Argentina llegaba una y de bastantes regiones de España.

No pensaba yo escribir esta experiencia pero hoy me ha llegado una foto y me ha surgido la idea de adjuntarla en facebook. Al ver los comentarios me ha parecido que debía contar algo. La foto me ha hecho recordar la cantidad de gente con la que comparto retazos de vida... Es de cuando preparábamos una boda por Santiago de Compostela (precisamente Juan y María tenían que llamarse). Hubo algunas dosis de sacrificio y estábamos alegres, como puede verse. Cuando haces esas cosas no se hacen dándole muchas vueltas, normalmente es porque sí, porque se deben hacer... pero dan un fruto bárbaro. Los trabajos dan fruto siempre, la dureza no los define bien sino la fecundidad. Lo que no da fruto es calcular en el amor (Lebret), lo que no sostiene en las dificultades es haber querido llevar una vida tranquila (Tolstoi); y basta de autoridades...

Los dias siguientes han sido de incertidumbre, algo de cansancio y buen ánimo. Algunos momentos más tediosos los he dedicado a la oración por las vocaciones. Todos saben que no soy muy rezón (más bien antirezonadores) pero venían a mi mente cientos de chiquillos, de la catequesis, de los campamentos... y una oración por su vocación; no para que tengan un mundo fácil (que es la mejor manera de corromperse) sino para que puedan construir un mundo sin paro y explotación, donde todo ser humano pueda amar desde su vocación.

No me ha faltado la preocupación por las cosas de la vida porque para mí son como respirar ¡no puedo no estar en ello! (y no puedo evitar otra autoridad, Milani: "Me importa todo"): La mezquindad del nacionalcaciquismo catalán y la cobardía de quienes siguen teniendo miedo a un monstruo con pies de barro. La necesaria reconstrucción de la vida política, las colas del paro, la mentira montada por los de Lara y Berlusconi con una careta llamada Podemos, los pobres del mundo asociándose para resolver los problemas...

2014 me ha jodido por dos veces (por febrero tuve desprendimiento de retina) y me ha alegrado también por partida doble. En julio tuvimos la Marcha 2014 y es precisamente el 50 aniversario de Rovirosa. Este dijo cuando le cortaron la pata: He cogido como lema "Ahora más que nunca". Pues eso: Ahora más que nunca.

Querría uno escribir como Suso Vega, casi solo enhebrando hechos, pero uno es pequeño y tira de citas. Les dejo la más hermosa, ha sido el himno de algunos campamentos y es de Tagore:
Yo dormía
dormía y soñaba
que la vida noera más que alegría.
Me despertéy vi 
que la vida no era más que servir...
Serví
y vi que servires alegría.
Dios no es un ladrón de alegrías
sino que es un forjador de esperanzas.

Servir es alegría. Ahora más que nunca.